Los países en desarrollo marcarán el paso de la economía internacional en los próximos 23 años y cinco de ellos cambiarán el curso de los negocios, predijo hoy el Banco Mundial
Esas cinco naciones son Brasil, China, India, Indonesia y Rusia, que en el 2020 superarán la participación de la Unión Europea (UE) en el comercio internacional, según el último informe del Banco Mundial sobre "Perspectivas Económicas Globales y de los Países en Desarrollo".
Rusia, clasificada tradicionalmente fuera del mundo en desarrollo, fue incluida en esa categoría debido a que se cuenta en el grupo de países de bajo y mediano ingreso por habitante, explicó Milan Brahmbhatt, el principal redactor del informe.
El panorama económico internacional cambiará de manera importante. En efecto, las naciones en desarrollo han dependido en gran medida de su acceso a los mercados del Norte industrial, pero ya es evidente que los países ricos mecesitan los mercados del Sur para mantener su crecimiento y esa dependencia será mayor en el futuro.
Hacia el 2020, según el Banco Mundial, los países pobres comprarán 40 por ciento de la producción de los ricos, frente a 25 por ciento en la actualidad.
Los miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) dependerán de los consumidores del Sur para colocar la mitad de la producción adicional determinada por su crecimiento económico, se anunció en el informe.
Las exportaciones del área de la OCDE al mundo en desarrollo tendrán alta participación de tecnologías y de servicios especializados. El sector de telecomunicaciones será su principal fuente de ingresos.
La mutua dependencia económica de países ricos y pobres será aún más clara en los próximos 25 años, afirmó Joseph Stiglitz, economista jefe del Banco Mundial.
Así mismo, las relaciones comerciales se modificarán. Brasil, China, India, Indonesia y Rusia tendrán en conjunto hacia el 2020 un participación en el comercio internacional 50 por ciento superior a la de la UE.
En la actualidad, la porción del comercio internacional de esos cinco grandes del mundo en desarrollo sólo representa un tercio de la participación de la UE.
En varios casos, ese crecimiento del comercio no estará conducido por empresas locales, sino por corporaciones multinacionales, que ya aportan un quinto del producto industrial mundial.
Un tercio del comercio mundial corresponde a operaciones entre filiales de las mismas multinacionales, se advirtió en el informe.
Los beneficios no se distriburián entre todos, admitió Brahmbhatt, que prefiere hablar de "escenarios" previsibles, , y no de "pronósticos".
Varios países de Medio Oriente, Africa, Europa oriental y Asia central "aún carecen de requisitos básicos para ganar la confianza de los inversionistas y sus empresas permanecen fuera de los mercados de capitales y de la competencia", dijo Brahmbhatt.
Esos problemas se deben a la presencia de "políticas e instituciones nacionales débiles y inadecuados e nsuficientes servicios de transporte y de comunicaciones", según el experto.
Pero la generalidad de los países en desarrollo se beneficiarán de la creciente fortaleza de los cinco grandes, destacó el Banco Mundial, pues los mercados emergentes líderes tendrán progresiva influencia em los precios internacionales.
Los cinco grandes aumentarán su demanda de materias primas, con el consiguiente impacto favorable en Africa y América Latina, se observó en el informe.
El aumento de consumo de alimentos y combustible de los cinco grandes, que reúnen a la mitad de la población mundial, no repercutirá en los precios si la tecnología ayuda a aumentar la producción, indicó el Banco Mundial.
El Banco considera que los países en desarrollo cumplirán con sus recomendaciones e impondrán el orden macroeconómico, abrirán sus mercados y conducirán un Estado amistoso con el mercado. También prevé que los aranceles agrícolas se reducirán a la mitad.
La agencia vislumbra, además, un "ambiente económico internacional favorable", si bien podría verse influido por factores incontrolables como el clima, los rumores y la percepción de los inversores de las oportunidades de inversión y de las políticas de gobierno.
El Banco Mundial cree que el crecimiento económico de los países en desarrollo ascenderá a 5,4 por ciento anual entre 1997 y el 2006, frente a 2,6 por ciento en los años 80. El crecimiento el año pasado fue de 5,5 por ciento, el más alto en 20 años.
Uno de cada cinco países en desarrollo experimentó caída de ingresos por habitante en esta década, cuando en el decenio anterior la mitad habían sufrido ese descenso.
Los flujos de capital privado a los países en desarrollo alcanzaron el año pasado una cifra sin precedentes de 245.000 millones de dólares, mientras la inversión extranjera directa, considerada "inversión real", fue de más de 100.000 millones de dólares por primera vez.
De todos modos, casi todo ese dinero se dirigió a una docena de economías de mercado emergentes, con riesgos particulares. El mayor crecimiento en los países industrializados, por ejemplo, podría empujar las tasas de interés al alza. A su vez, eso podría enlentecer el flujo de inversión privada al mundo en desarrollo.
El Banco Mundial se vio obligado a reconocer la creciente importancia de las finanzas privadas y a limitar, en consecuencia, su propio papel en el futuro como prestamista a las áreas que los privados dejan de lado, dijo Stiglitz a IPS.
Entre otras cosas, eso significaría menos préstamos del Banco Mundial para proyectos de infraestructura y más para redes de seguridad social lo que, según el informe, será necesario para minimizar el "costo social" de la integración económica.
"Los trabajadores en algunos sectores podrían quedar sin empleo por un tiempo, pero los costos sociales serán pequeños y temporarios", asegura Brahmbhatt.
El experto admitió que la mayor competencia entre países en desarrollo (en especial los "cinco grandes") podría desencadenar otra fiera competencia en los mercados laborales. Los más flexibles (con menores salarios y mayor capacidad de traslación de empleados de un sector a otro) ganarán.
Al promover la liberalización comercial, el informe presta escasa atención a la pobreza.
El Banco, en una declaración adjunta, dice que "al contribuir a mejorar el crecimiento económico en el largo plazo, la liberalización comercial hará, al parecer, una sustancial contribución a la reducción de la pobreza". (FIN/IPS/tra- en/aa/mk/ff-mj/if dv/97