El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) exhortó a China y Rusia, dos de los mayores productores de minas antipersonales del mundo, a incorporarse a las negociaciones para un tratado que prohíba las mortales armas.
"Pedimos a todo país que se haya mantenido al margen de estas conversaciones o asista sólo como observador que se integre como pleno participante en un esfuerzo por concretar un acuerdo que podría cambiar el aspecto de nuestro planeta", exhortó el viernes Carol Bellamy, directora ejecutiva de UNICEF.
La participación de China y Rusia es esencial para el proceso, destacó, debido a su carácter de miembros permanentes con poder de veto del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Además, la participación debe ser completa, "sin reservas, excepciones ni excusas", porque "en este asunto de vida o muerte, las razones humanitarias deben estar por encima de toda consideración política", señaló.
Sin embargo, ambos países anunciaron que no participarán de las negociaciones ni firmarán el supuesto tratado antiminas que se presentará ante una conferencia mundial en Ottawa, Canadá, el próximo diciembre.
Actualmente, 105 países participan de una conferencia en Oslo que está dando los toques finales a la redacción del acuerdo. Las negociaciones encabezadas por Canadá, llamadas "el proceso de Ottawa", concluirán el 19 de este mes, según se prevé.
"Aunque sería posible alcanzar un acuerdo mundial irreversible para prohibir las minas de tierra sin la participación de algunas naciones pequeñas, sería imposible hacerlo sin el compromiso de China y la Federación Rusa", subrayó Bellami.
Varios países en desarrollo e industrializados, entre ellos Grecia, Turquía, India, Pakistán, Sri Lanka, Israel, Egipto, Corea del Norte, Corea del Sur y la mayoría de los estados de Medio Oriente, le dieron la espalda al tratado.
Casi todas estas naciones están ausentes en las conversaciones de Oslo o asisten simplemente como "observadores". Se trata principalmente de naciones en guerra con sus vecinos o con movimientos separatistas.
Estados Unidos, en un cambio de política, decidió el mes pasado incorporarse al proceso de Ottawa, pero procurando excepciones al tratado.
"Procuraremos reconciliar nuestros objetivos humanitarios, que son reales y profundos, con nuestros objetivos de seguridad nacional", anunció James Rubin, portavoz del Departamento de Estado.
"Estos últimos incluyen una excepción geográfica para las minas antipersonales en Corea", añadió.
Stephen Goose, presidente de la Campaña Estadounidense para Prohibir las Minas de Tierra, una coalición de ONG y grupos de derechos humanos, opinó que la intención de Washington de procurar excepciones "constituye un intento de negociar de mala fe".
La coalición de Goose, con sede en Washington, apoya el llamado internacional a un acuerdo "sin reservas, excepciones ni excusas".
Los 10 países que expresaron reservas (Belarús, Corea del Norte, Corea del Sur, Cuba, China, Israel, Pakistán, Rusia, Siria y Turquía) defendieron su derecho a utilizar las minas como arma de autodefensa. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/ml/ip/97