Francia y Gran Bretaña, dos de los mayores productores de armas del mundo, proponen restricciones a las ventas de equipamiento militar a los gobiernos que violan los derechos humanos y podrían obligar a Estados Unidos a seguir sus pasos.
"El Reino Unido establecerá nuevas reglas sobre ventas de armas y Francia respaldará esa política", dijo a IPS Luke Warren, del no gubernamental Council for a Livable World Education Fund con sede en Washington.
Estos dos países son los principales vendedores de armas de Europa, por lo que su respaldo a un código de conducta en la materia en la Unión Europea (UE) convertiría la legislación sobre venta de armas en una realidad, agregó Warren.
Esta postura "también daría un gran respaldo al código para la Organización de Naciones Unidas (ONU) propuesto por el premio Nobel de la Paz y ex presidente de Costa Rica, Oscar Arias", sostuvo el activista.
Estados Unidos fue el principal vendedor mundial de armas entre 1991 y 1996, con un total de 99.500 millones de dólares, seguido por Rusia, Francia, Gran Bretaña y China, según el Servicio de Investigaciones del Congreso de Estados Unidos.
El cambio en la política de venta de armas de Gran Bretaña se produjo con la elección en mayo del nuevo gobierno del Partido Laborista encabezado por el primer ministro Tony Blair. El de Francia, conducido por el primer ministro socialista Lionel Jospin, dijo la semana pasada que respaldaba a Londres.
"El gobierno estudiará con interés la posibilidad de adoptar un código de buen comportamiento, tanto en Europa como en la ONU. Respaldar estas propuestas solo tiene ventajas y moraliza el comercio de armas", sostuvo Jospin.
Warren sostuvo que la posición de Londres y París es una buena señal, pues aventaría los temores entre legisladores de Estados Unidos en torno a una propuesta de código de conducta en debate en el Congreso de Estados Unidos.
"El argumento contra este código es que si Washington se niega a vender armas a un país acusado de violar los derechos humanos las venderán Francia y Gran Bretaña", explicó Warren. Pero la decisión de los dos países europeos de restringir el comercio armamentista influirá sobre los legisladores.
El código propuesto está a estudio de un comité del Senado. La mayoría de los senadores consideran que no es adecuado que se implemente como ley, y procuran otros mecanismos jurídicos.
Joost Hiltermann, director del Proyecto de Armas de la no gubernamental Human Rights Watch, dijo que el respaldo francés a la política británica es "un avance positivo" y que las nuevas consideraciones sobre derechos humanos podrían integrarse a un código de conducta.
De los tres códigos en debate, el de Estados Unidos es el que lleva más retraso, debido a la oposición en el Congreso, explicó.
En su informe anual al Registro de Armas de la ONU la semana pasada, Gran Bretaña difundió la lista de ventas de 1996, cuando aún era primer ministro el conservador John Major. Entre los compradores figuran países acusados de violar los derechos humanos, como Indonesia, Kuwait y Arabia Saudita.
Indonesia compró el año pasado 17 aviones de combate británicos Hawk, nueve vehículos artillados Scorpions y nueve vehículos acorazados personales. Arabia Saudita adquirió seis aviones de combate Tornado, 48 misiles y lanzaderas. Kuwait, por su parte, compró 116 vehículos artillados Warrior.
El gobierno laborista anunció en mayo que podría prohibir las exportaciones de armas a regímenes dictatoriales o que violen los derechos humanos, que podrían utilizarlas "en represión interna o agresiones internacionales".
El Foreign Office (Cancillería) británico explicó que las ventas ya autorizadas no serán anuladas, entre ella una de vehículos artillados y cañones navales a Indonesia.
El diario The Independent, de Londres, sostuvo que el gobierno teme que, de detenerse esas transacciones, haya reclamos de compensación económica.
El secretario (ministro) de Relaciones Exteriores, Robin Cook, dijo que esos contratos eran obligaciones contraídas de forma legal, por lo que debían ser cumplidos. Pero, agregó, en el futuro las ventas de armas a Indonesia serán analizadas "a la luz de los derechos humanos y la situación en Timor Oriental".
El principal contrato de venta de armas firmado por compañías británicas, que se remonta a 1988, tiene como comprador a Arabia Saudita, es por un monto total de más de 32.000 millones de dólares y concluirá el año que viene.
En los diez años, se habrán vendido 48 Tornados, 60 entrenadores de avanzada para pilotos de jet, 88 helicópteros, misiles de última generación, barcos de guerra, buscadores de minas y tanques de batalla.
Londres respetará el contrato "por su impacto en las exportaciones y el empleo", según la revista semanal especializada Defense News, de Washington.
"Somos uno de los 'cuatro grandes' en materia de venta de armas. Es una fuente de fortaleza de nuestra economía, pero es muy importante que exhibamos responsabilidad en el comercio de armas y nos aseguremos de que se regule con propiedad", sostuvo Cook. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/mj/ip/97