Cuba comenzará una campaña masiva de vacunación para que en un año toda la población menor de 20 años esté inmunizada contra la hepatitis B, anunció el Ministerio de Salud Pública.
Niños y adolescentes en escuelas primarias y secundarias serán inoculados a partir de octubre con las tres dosis de una vacuna recombinante cubana contra este virus que se aplica en la isla desde 1991 a sectores seleccionados.
El jefe del Programa de Vacunación de Salud Pública Miguel Angel Galindo, reveló que con la inmunización el pasado año de 1,1 millón de personas comienza a apreciarse un "notable impacto" en los índices sanitarios.
El experto no reveló la cantidad de casos que se reportan en la isla pero aseguró que la morbilidad por hepatitis B se redujo 48 por ciento entre la población menor de 15 años y 32 por ciento en el grupo de 15 a 24 años.
El virus que produce la hepatitis B se transmite de persona a persona, por el contacto de la piel o de las mucosas dañadas que tienen rastros de sangre incluso imperceptibles o por líquidos corporales infectados.
Entre los grupos de mayor riesgo se encuentran los pacientes que reciben transfusiones de sangre, los recién nacidos de madres infectadas, los trabajadores de los sistemas de salud y las personas que practican sexo sin protección.
La hepatitis vírica está considerada por los científicos como una de las enfermedades infecciosas más comunes, pero, aunque se reporta desde hace siglos, no se conocen sus agentes causales.
La Dirección Nacional de Estadísticas de la salud pública asegura que en 1996, hubo 250,1 casos de hepatitis de todos sus tipos por cada 100.000 hombres y 183,5 por cada 100.000 mujeres.
Con el nuevo programa de inmunización las autoridades de salud pretenden interrumpir la transmisión de esta afección entre la población vacunada en el plazo de tres años y, a largo plazo, propiciar la eliminación del cáncer hepático, la cirrosis y otras dolencias derivadas de la hepatitis B.
La vacuna recombinante cubana antihepatitis B fue lograda en el Centro de Ingenieria Genética y Biotecnología en 1991, comenzó a aplicarse a los hijos de madres portadoras y a los pacientes en diálisis aquejados de insuficiencia renal.
En 1992 inició la vacunación de todos los recién nacidos, unos 150.000 cada año, independientemente de la condición positiva o negativa al virus de la madre.
La introducción paulatina del programa alcanzó algunos centros escolares y a unos 70.000 trabajadores de la salud que enfrentan un riesgo de infección de cinco a diez veces superior que el del resto de la población.
El programa de salud incluye la cobertura de la población menor de dos años inmunizada contra la difteria, el tétanos, la tosferina, el sarampión, la tuberculosis, la rubeola, la paratoditis, la meningitis meningocóccica y la hepatitis.
En la isla se consideran erradicadas la poliometilitis, la difeteria, el tétanos del recién nacido y el sarampión.
Además de la vacuna contra la hepatitis B, los científicos cubanos lograron la vacuna antimeningocóccica y trabajan en los preparados vacunales con el sida, el cólera, el dengue y la leptospirosis. (FIN/IPS/da/dg/he/97