CHILE: Ofensiva gubernamental para erradicar trabajo infantil

El gobierno de Chile estudia la creación de un sistema de becas de educación para familias de escasos recursos, dentro de una ofensiva para erradicar el trabajo de niñas y niños entre seis y 14 años de edad.

Según un informe del gobierno, divulgado el lunes en conjunto con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en el país trabajan 47.000 menores, cifra que equivale a 1,9 por ciento de los 2,5 millones de habitantes entre seis y 14 años.

Este es uno de los porcentajes más bajos de América Latina, según dijeron los ministros Roberto Pizarro, de Planificación, y Jorge Arrate, de Trabajo, quienes subrayaron que esa baja incidencia debería facilitar la eliminación del trabajo infantil.

La "radiografía" realizada establece que en el tramo de 12 a 14 años, trabajan dos por ciento de las niñas chilenas y 6,3 por ciento de los niños.

El informe, basado en la Encuesta Nacional de Caracterización Socioeconómica (Casen) de 1996, determinó que en el grupo de seis a 11 años trabajan 0,9 por ciento de los niños y niñas y 4,2 por ciento en el rango de 12 a 14 años.

Estos últimos equivalen a 32.000 personas, en tanto los menores de seis a 11 años que trabajan son 15.000.

El estudio estableció igualmente que en la categoría de 12 a 14 años trabajan regularmente 1,4 por ciento de los niños chilenos y 2,8 por ciento lo hacen en forma ocasional, correspondiendo la mayor proporción a hogares indigentes y pobres.

Entre los menores que trabajan en forma regular, 31,5 por ciento están apartados del sistema de enseñanza, al igual que 8,1 por ciento de los que lo laboran ocasionalmente.

Mario Ferrari, representante de Unicef, informó que esta agencia de la Organización de Naciones Unidas encargará un estudio para determinar con mayor precisión las condiciones socioeconómicas, familiares y educacionales de los infantes que trabajan.

"Existe una postura cultural que ve el trabajo de los niños como algo natural para los hijos de los pobres, que deben aportar así al sustento familiar, pese a que diversos estudios demuestran que ese aporte es casi inconsistente", dijo Ferrari.

En 1995, Unicef y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe demostraron en un completo estudio que el trabajo infantil tiene un alto costo para los estados en términos de pérdida de posibilidades de educar y capacitar a su población.

El ministro Arrate indicó que el estudio de Unicef dará una base más sólida a las medidas de erradicación del trabajo infantil, y advirtió que la cantidad real podría superar la cifra de 47.000 niñas y niños detectada en la encuesta Casen.

Es muy probable que muchos padres, por vergüenza, oculten a los encuestadores que sus hijos contribuyen con actividades laborales al sustento de hogares pobres, explicó Arrate.

"El trabajo infantil condena a los niños a ser adultos pobres y a tener hijos que deberán a su vez trabajar, y así se mantiene el círculo vicioso de la pobreza", advrtió el ministro de Trabajo.

Ferrari puntualizó que no existen estrategias únicas para erradicar el trabajo infantil e impedir la deserción escolar de los hijos de familias pobres.

El representante de Unicef recomendó, no obstante, impulsar políticas de incorporación a la escuela y dotar al sistema educacional de posibilidades de atención eficaz a los niños más pobres, fortaleciendo también la capacidad de sus familias.

En esta línea, el ministro Pizarro dijo que lo fundamental es lograr que todos los niños entre seis y 14 años ingresen en el sistema de educación y contrarrestar las causas que los obligan a trabajar.

A ese respecto, indicó que los ministerios de Planificación, Hacienda y Educación analizan la creación de un sistema de becas para subsidiar a familias de niños que trabajan y retener a éstos en los centros de enseñanza. (FIN/IPS/ggr/ff/hd/97

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