ARGENTINA: Docentes en ayuno escépticos ante promesa oficial

Tras cumplirse cinco meses del ayuno que los maestros argentinos realizan en reclamo de mayor presupuesto educativo, el presidente Carlos Menem admitió hoy que su gobierno tiene una deuda con ellos y por primera vez prometió aumentos, pero los docentes descreen en la promesa.

A 45 días de las elecciones legislativas en las que, según las encuestas, el oficialismo podría perder por primera vez en 10 años, el presidente ofreció un incremento de 20 por ciento a los maestros que regiría a partir de 1998 y se nutriría de una ley de financiamiento que será enviada al parlamento.

En diálogo con IPS, Marta Maffei, secretaria general del gremio de los maestros, consideró "positivo" que Menem asuma ese compromiso pero advirtió que el aumento requerido es muy superior a lo que ofrece, en principio, el gobierno.

Remarcó que el ayuno no se levantará hasta que no haya garantías de una solución.

Los maestros reclaman que aumente de tres a seis por ciento la proporción del producto interno bruto destinado a educación, tal como reza la ley de educación, y que se incremente 50 por ciento el salario docente, uno de los más deteriorados de la administración pública en los últimos 10 años.

Este jueves, en el día del maestro en Argentina, Menem sorprendió con la publicación de una carta en todos los matutinos en la que reconoce la "deuda" que mantiene su gobierno con los docentes y en la que asume el compromiso de que su más inmediata estará dirigida a recuperar sus salarios.

La promesa fue recibida con cautela por los maestros, que realizan un ayuno por tandas en una tienda de campaña levantada frente a la sede del Congreso Nacional desde el 2 de abril.

La "carpa" se transformó en un símbolo de resistencia de los maestros, que reciben cotidianas muestras de adhesión de la población y de otros sectores.

Programas de televisión y radio fueron transmitidos desde la tienda, y artistas, escritores, políticos, sindicalistas y religiosos se hiceron presentes para apoyar la medida de fuerza que esta vez consiguió gran respaldo popular porque -a diferencia de las largas huelgas tradicionales- no afectó el curso escolar.

En los primeros meses del ayuno, que tiene a los maestros a dieta líquida, el gobierno había deslindado su responsabilidad en las provincias, que están en bancarrota. A medida que el ayuno cobró impulso, se intentaron soluciones al problema pero hasta ahora ninguna se concretó.

Los maestros sufren una dispersión salarial que hace que entre una y otra provincia haya diferencias de hasta 300 por ciento.

Pero aún en el mejor de los casos, el salario más alto de un maestro no alcanza para adquirir 40 por ciento de la canasta familiar. Si se toma el promedio, no llega ni a 25 por ciento de la cesta.

Para revertir este deterioro, que afecta a la escuela pública en general, los maestros reclaman una ley de financiamiento educativo.

Pero desde que están en la carpa no consiguieron que los legisladores aprueben ni uno de los 15 proyectos presentados.

A fines de julio, la ministra de Educación, Susana Decibe, aseguró que el presidente respaldaba la creación de un fondo de financiamiento de 1.000 millones de dólares que se nutriría de impuestos. Pero el ministro de Economía Roque Fernández resistió la medida.

Ahora, los maestros temen que la promesa de Menem sea un intento de recuperar su confianza y de aquellos que respaldan su reclamo, de cara a las elecciones legislativas que, por primera vez en una década, podrían arrojar una derrota al oficialismo.

Según el matutino Página 12, el gobierno maneja encuestas que le indican que la nueva alianza opositora, conformada por la Unión Cívica Radical y el Frente País Solidario, le lleva 11 puntos de ventaja al oficialismo a nivel nacional para los comicios de octubre. (FIN/IPS/mv/dg/ip-ed/97)

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe