El Tribunal Internacional para la antigua Yugoslavia investiga la participación de un ministro yugoslavo en el secuestro de 81 personas, entre musulmanes y serbobosnios, perpetrado por la policía de Montenegro al comenzar la guerra de Bosnia-Herzegovina.
El tribunal internacional instalado por la Organización de Naciones Unidas en La Haya (Holanda) cree que el ministro de Defensa de Yugoslavia, Pavle Bulatovic, tuvo responsabilidad en los hechos, dado que se desempeñaba como ministro de Policía de Montenegro en mayo de 1992, cuando se produjo el secuestro colectivo.
Montenegro forma junto a Serbia la nueva República Federal de Yugoslavia, levantada sobre los escombros de la antigua federación, que también englobaba a Bosnia-Herzegovina, Croacia, Eslovenia y Macedonia.
"El tribunal de La Haya está intersado en cierto ciudadano de Montenegro, que pudo tener participación en la deportación en mayo de 1992 de musulmanes y serbobosnios a la República Serbia de Bosnia", informó el fiscal del Estado de Montenegro, Vladimir Susovic.
Sesenta y tres musulmanes y 18 serbios de Bosnia-Herzegovina que habían huido de la guerra a Montenegro fueron entregados por la policía montenegrina al ejército serbobosnio de Radovan Karadzic, que luchaba contra el gobierno islámico de Bosnia.
Bulatovic, en su calidad de ministro de Policía de Montenegro, "puede haber autorizado o decidido la deportación, pero no tenemos certeza", explicó Susovic.
"Investigamos el caso, y así hemos hemos informado al tribunal internacional" de La Haya, que solicitó la intervención de la Fiscalía del Estado a través del Ministerio de Justicia de Montenegro, agregó.
La prensa oficial de Yugoslavia se limtió a transcribir el comunicado del Ministerio Federal de Justicia, que calificó de "declaración política". Sólo los periódicos independientes de Podgorica, capital de Montenegro, y de Belgrado, capital de Serbia y de Yugoslavia, abrieron los viejos archivos del caso.
Según señalaron en Belgrado observadores independientes, el episodio investigado fue "un caso claro de caza del hombre" organizado por la policía montenegrina con colaboración de militares y paramilitares serbobosnios.
Los hechos se registraron entre el 19 y el 27 de mayo de 1992 en territorio montenegrino de la región de Sandzak, mayoritariamente musulmana y que cubre el sur de Serbia y el norte de Montenegro. Muchos habitantes del lugar están emparentados con musulmanes de Bosnia-Herzegovina.
La policía allanó casas de familia, lugares de trabajo y los asentamientos para refugiados, e incluso invadió una oficina de la Cruz Roja en la localidad de Pljevlja para llevarse los registros.
En algunas ocasiones, los policías montenegrinos fueron acompañados por militares y paramilitares serbobosnios que buscaban a determinadas personas, según el diario Nasa Borba, el semanario Vreme y el Comité de Helsinki para los Derechos Humanos de Sandzak, que publicaron amplia documentación del caso.
Los 63 musulmanes detenidos fueron deportados a territorio en poder del ejército de Karadzic. Algunos fueron canjeados posteriormente por serbobosnios cautivos de los musulmanes, y viven ahora en la nueva federación croata-musulmana.
Otros lograron emigrar al extranjero, y están distribuidos por Europa. Pero se ignora el paradero de la mayoría de los miembros del grupo.
Mientras, los 18 serbobosnios también arrestados, muchos de los cuales se hallaban en su residencia de verano sobre la costa del mar Adriático, fueron tratados como desertores y entregados a Karadzic.
Las autoridades de Montenegro recompensaron a un oficial Damjan Turkovic, por su participación en el operativo, con el ascenso al cargo de jefe de policía de la norteña localidad de Berane, donde todavía se desempeña.
Las detenciones se realizaron sin causa, explicación ni garantías, señalaron los periódicos independientes y el Comité para los Derechos Humanos de Sandzak.
"Las autoridades de Montenegro se rehusaron durante mucho tiempo a dar explicaciones a los familiares de los secuestrados, arguyemdo que nada sabían de lo ocurrido", destacó el comité.
"Sólo cambiaron de actitud cuando las agencias humanitarias y la prensa independiente acusaron públicamente a la policía de los hechos", agregó.
El presidente de Montenegro, Momir Bulatovic (sin relación de parentesco con Pavle Bulatovic) declaró en 1994 a Vreme que "agencias humanitarias y diarios advirtieron 'un gran error' al comienzo de la guerra en Bosnia".
"Tan pronto como las autoridades montenegrinas tomaron conocimiento del error, la práctica se interrumpió", dijo el presidente.
Resta saber la responsabilidad que el ministro de Policía Pavle Bulatovic tuvo en los hechos. De momento, se ha negado a efectuar comentarios. (FIN/IPS/tra-en/vpz/jmp/ff/hd/97