Al cerrar la frontera de su país con Tajikistán, el presidente de Uzbekistán, Islam Karimov, se distanció del coronel Mahmoud Khodabardiyev, a quien supuestamente alentó a alzarse en armas contra el tratado de paz entre el gobierno tajik y los insurgentes islámicos.
Karimov tomó la decisión de bloquear los pasos fronterizos luego de que el domingo, fuerzas leales al presidente de la república ex soviética de Tajikistán, Imamali Rahmanov, expulsaran a Khodabardiyev de su bastión en la sudoccidental localidad de Kurgan Tyube.
La caída de Kurgan Tyube puso fin a la rebelión que durante tres semanas mantuvo Khodabardiyev, de origen étnico uzbeko, quien se oponía al ingreso de los milicianos islámicos en el ejército de Tajikistán, uno de los capítulos del acuerdo de paz.
El bombardeo aéreo del cuartel general de Khodabardiyev, una operación que sólo pueden haber realizado aviones de guerra rusos, convenció a Karimov de la determinación de Moscú de ayudar a Rahmanov a sofocar la rebelión y a implementar el tratado de paz que firmó el 27 de junio con los insurgentes islámicos.
En segundo lugar, Karimov parece haber deducido que, si la situación en Tajikistán continuaba estancada, pronto se desataría la violencia entre grupos étnicos tajikos y uzbekos.
El conflicto podía extenderse de Tajikistán a la también república ex soviética de Uzbekistán, y luego a Afganistán, para desestabilizar Asia central.
Uzbekistán cuestionó el tratado de paz que las partes en pugna en Tajikistán firmaron en junio en Moscú, por entender que ignoraba a la "Tercera Fuerza", representada por la minoría uzbeka.
Lo que Uzbekistán no expresó en público fue la preocupación de Karimov, de firme laicismo, ante la participación en el poder de grupos islámicos tajikos, resuelta en el tratado de paz.
A juicio del presidente uzbeko, esa cláusula del acuerdo confiere respetabilidad al fundamentalismo musulmán y complica su esfuerzo por contener a los militantes del Islam en Uzbekistán.
Cuando el movimiento radical islámico Talibán derrotó en mayo en Afganistán al general Abdul Rashid Dostum, de origen étnico uzbeko y aliado de Karimov, éste cerró la frontera de su país con territorio afgano, y sigue hoy decidido a mantener aislado a Uzbekistán de la ofensiva del fundamentalismo musulmán.
La "Tercera Fuerza" aludida por Uzbekistán es la minoría uzbeka de Tajikistán, que engloba la cuarta parte de los más de cinco millones de habitantes del país y está concentrada en la región septentrional de Hojand.
En la época soviética, la industrializada zona de Hojand era hegemónica en Tajikistán y de allí surgieron muchos dirigentes del Partido Comunista tajiko. Al derrumbarse la Unión Soviética a fines de 1991, Hojand permaneció fiel a la vieja doctrina y organización comunista.
En la guerra civil subsiguiente, que se prolongó de mayo de 1992 a junio de este año, los uzbekos de Tajikistán lucharon contra las fuerzas islámicas.
Abdumalik Abdulljanov, un ex economista comunista transformado en empresario, se convirtió en su líder. Su designación como primer ministro a principios de la guerra civil agravó el conflicto.
Abdulljanov exigió en forma reiterada que la Tercera Fuerza fuera incluida en las negociaciones que sostuvieron durante tres años el gobierno de Tajikistán y los islámicos.
Los dos bandos tajikos, así como Rusia e Irán, los mediadores, ignoraron su exigencia. El tratado de paz resultante estipuló la incorporación de los milicianos islámicas al ejército regular.
Khodabardiyev, atrincherado en Kurgan Tyube, se declaró el 24 de julio jefe del Consejo de Defensa de la zona centro-sur, cuya autonomía proclamaba, para exigir la anulación del ingreso de los milicianos islámicos en el ejército.
Aunque oficialmente era sólo vicecomandante de la guardia presidencial, Khodabardiyev estaba en posesión de la mayor parte de las armas pesadas de la república tajika y de su principal activo económico: una gran fábrica de aluminio, ubicada en el centro-sur del país, cerca de la frontera uzbeka.
Dos comandantes progubernamentales se enfrentaron en combate el 8 de este mes en la capital, Dushanbe, y Khodabardiyev vislumbró la posibilidad de tomar la ciudad.
Pero la ruta de acceso a Dushanbe estaba bloqueada por soldados leales a Rahmanov. Poco después, las tropas del Ministerio del Interior tomaron el control de la fábrica de aluminio.
A eso siguió el bombardeo por aire del cuartel general de Khodabardiyev en Kurgan Tyube. Como Tajikistán no tiene aviones de guerra, los aparatos utilizados en la incursión sólo podían pertenecer a la fuerza de más de 25.000 hombres que Rusia mantiene en el país.
Karimov, que según denuncias no confirmadas habría alentado a Khodabardiyev a rebelarse contra el proceso de paz, tomó nota del mensaje que el bombardeo de Kurgan Tyube envió a los uzbekos.
Khodabardiyev se forjó una posición de poder en Tajikistán en los cinco años de guerra civil, pero al firmarse la paz, sus rivales en el gobierno vieron llegado el momento de enfrentarlo.
El comandante rebelde ha perdido la batalla. Sus fuerzas están reducidas a unos cientos de hombres y la salida a Uzbekistán a través del pueblo fronterizo de Termez fue cerrada con grandes bloques de cemento por las autoridades uzbekas.
Karimov parece haber hallado la forma de aislar a Uzbekistán de Afganistán y Tajikistán, al menos por ahora.
Sin embargo, el cierre de la frontera no ofrecerá una solución de largo plazo al problema de la militancia islámica en Uzbekistán, pues las zonas limítrofes del sur del país son bastiones de fe musulmana. (FIN/IPS/tra-en/dh/rj/aq/ip/97