Dirigentes comunitarios y políticos de la mayor minoría negra del norte de Sudán, los nubios, afirman que tanto el gobierno como los rebeldes enfrentados en una intensa guerra civil hace 14 años los someten a un persistente acoso.
Quién sea el principal agresor de los nubios depende de la fuente de información.
El político nubio Hassan Kanda, integrante del Consejo para la Paz que patrocina el gobierno fundamentalista islámico, acusó al Ejército de Liberación del Sur de Sudán (SPLA), que desde 1983 lucha por la autodeterminación de esa región, cuya población mayoritaria es negra y de religión cristiana o animista.
Kanda sostuvo que el SPLA desarrolla una política de etnocidio contra los nubios que se manifiesta en incursiones a sus poblados en el norte de Sudán y el secuestro de mujeres y niños que son conducidos al sur del país.
"Bautizan a algunos niños con nombres dinka o nuer (etnias predominantes en el sur), y a veces les marcan el cuerpo, el rostro o la cabeza con signos característicos", dijo Kanda a IPS.
Pero African Rights, organización internacional de derechos humanos con sede en Gran Bretaña, acusó del genocidio del que son víctima los nubios a las fuerzas del gobierno sudanés.
El grupo denunció en un informe difundido a mediados de este mes que las comunidades nubias son atacadas por el ejército a pesar de la firma de un acuerdo de paz entre Jartum y un grupo escindido del SPLA que opera en el norte, el SPLA-Nuba.
"Aviones bombarderos y helicópteros artillados atacaron blancos civiles, docenas de poblados fueron incendiados, al igual que los alimentos almacenados, y cientos de civiles fueron asesinados", afirmó Africa Rights.
El gobierno impuso el año pasado un estricto embargo de asistencia humanitaria al área nubia, que quedó bajo control del ejército, lo que provocó "desplazamientos, hambre y desolación" a pesar de los "llamados a la paz" del gobierno, sostuvo la organización.
Muchos nubios fueron obligados por los soldados a trasladarse a "campamentos de paz" alrededor de poblados irregulares. Miles fueron secuestrados con ese fin.
"Las mujeres son violadas en los campamentos y los hombres reclutados a la fuerza por las milicias, mientras decenas de miles sufren hambre", agregó Africa Rights.
Mohamed Nour Musa, un ex profesor nubio de 70 años de edad, acusó a los dos bandos en pugna. "Nuestra región es hoy el campo de batalla para sudaneses del sur y del norte. Somos los kurdos de Sudán, atacados por todos los flancos", dijo.
Los sudaneses del sur pretenden evangelizar en la fe cristiana a los nubios, mientras los árabes del norte, que componen la mayoría del gobierno, procuran convertirlos al islam, según Musa.
Hasta 1983, la población nubia se estimaba en tres millones de personas. Desde entonces, la mitad huyeron a áreas rebeldes del sur, donde la mayoría de los jóvenes combaten en filas del SPLA.
Unos pocos procuraron refugio en el norte, pero algunos de ellos retornaron al área nubia debido a las diferencias culturales con la mayoría árabe y porque los campos de desplazados se convirtieron en campos de batalla de los predicadores musulmanes y cristianos.
El problema consiste en si la región nubia debe considerarse parte del territorio septentrional o del meridional.
El acuerdo de paz firmado en abril entre el gobierno y facciones escindidas del SPLA prevé la celebración de un referendo dentro cuatro años, que determinará la secesión o la permanencia del sur en el estado de Sudán.
Hassan Kanda considera que la zona nubia es parte del norte. La unión con el sur le acarrearía a los nubios la misma opresión, esta vez por parte de las etnias mayoritarias meridionales.
Por su parte, Musa se opone a la permanencia en Sudán, pues, explicó, la adhesión de los jóvenes nubios al SPLA indica una adhesión a la independencia del sur.
"No podemos permanecer en el norte. Nuestra cultura y religión son las mismas que las predominantes en el sur", concluyó. (FIN/IPS/tra-en/nb/kb/mj/ip/97