Un programa de teléfonos comunitarios de dos empresas que brindan el servicio celular en Sudáfrica penetra en zonas no cubiertas por el monopolio estatal de Telkom.
Las empresas MTN y Vodacom firmaron con el gobierno sudafricano contratos bajo los cuales se ven obligadas a brindar el servicio en áreas marginadas y cobrar tarifas subsidiadas a los consumidores.
"Son un poco más caros que los teléfonos públicos comunes, pero a veces hay que hacer una llamada urgente", dijo Jabu Moeketsi, que supervisa las cabinas de teléfonos celulares.
La telefonía celular se introdujo en Sudáfrica en julio de 1994. Desde entonces el sistema superó a los teléfonos fijos, con un millón de abonados y uno de los índices más altos del mundo.
Por otra parte, el Estado tuvo el monopolio de las telecomunicaciones durante todo este siglo, aunque sólo fue capaz de tender cuatro millones de líneas en ese tiempo. Telkom, de propiedad semiestatal, es la única empresa que brinda el servicio de líneas fijas en el país.
En la era del correo electrónico, muchos de los 37,9 millones de habitantes de Sudáfrica nunca hicieron una llamada telefónica, mucho menos tuvieron en su casa un teléfono, aunque el país es de ingresos medios.
La instalación de líneas telefónicas continúa favoreciendo a las ciudades y las áreas únicamente blancas durante la era del apartheid.
Promedialmente, hay alrededor de 10 líneas telefónicas cada 100 personas. Pero en las áreas más prósperas, la cifra puede alcanzar 45 cada 100, mientras en las zonas rurales empobrecidas sólo hay 0,1 líneas cada 100 habitantes.
En partes de la capital de la provincia de Guateng, la penetración es de hasta 75 por ciento, pero en provincias como Cabo Oriental, sólo de uno por ciento.
Expertos en el sector creen que parte de la batalla hacia el acceso universal puede ser dada utilizando tecnología celular, especialmente en las remotas áreas rurales en que es difícil instalar líneas fijas.
Alan Knott-Craig, de Vodacom, atribuye parte del éxito de los teléfonos celulares al servicio de productos prepagados que llegaron al mercado a fin del año pasado.
La competencia es tan dura en la industria celular que los precios de un aparato cayeron de 700 dólares hace unos años a casi nada en la actualidad.
Las líneas telefónicas que brinda Telkon aún son un lujo para muchos sudafricanos.
"Mis padres ni siquiera sueñan con tener un teléfono en su casa. Si hay una emergencia deben viajar cinco kilómetros hasta el centro comercial más cercano", dijo el residente en Johannesburgo Joseph Rapetswane, nacido en la Provincia Norte, una de las más pobres del país.
Telkom no instala teléfonos en hogares con ingresos menores a 200 dólares al mes, los cuales deben depender de los teléfonos públicos.
La reciente venta de 30 por ciento de sus acciones a la estadounidense SBC Communications y Telekom Malasia debería aumentar la eficiencia de la corporación.
Durante los próximos cinco años Telkom se propone gastar entre ocho y 12 millones de dólares en la expansión de red, dijo Mac Geschwind, funcionario de Telkom.
El plan incluye la duplicación de las conexiones a 8,3 millones de líneas en el 2005, con unos 120.000 teléfonos públicos y 1,7 millones de líneas para consumidores locales.
Pero el capital para poner en marcha el plan aún debe ser encontrado. Parte de las dificultades que enfrenta Telkom son los altos costos de brindar teléfonos rurales. Cuesta tres veces más instalar teléfonos en las áreas rurales que en los centros urbanos. (FIN/IPS/tra-en/gm/pm/dv/97