Nuevas teorías médicas surgieron en Estados Unidos en torno al llamado "síndrome de la guerra del Golfo", que aqueja a gran parte de los soldados estadounidenses y europeos que participaron de ese conflicto en 1991.
Decenas de miles de veteranos de la guerra del Golfo sostienen que fueron intoxicados por un cóctel de sustancias químicas que se les administró durante el conflicto, en el que fuerzas aliadas encabezadas por Estados Unidos expulsaron a las tropas iraquíes de Kuwait.
Las sustancias incluyen píldoras anti-gases neurotóxicos, repelentes de insectos y collares antipulgas, así como agentes químicos neurotóxicos a los que estuvieron expuestas las tropas estadounidenses.
Ahora, un informe del Departamento de Veteranos de Guerra de Estados Unidos (VA) obtenido por la revista Navy Times sugiere la posibilidad de que algunos ex combatientes hayan contraído una enfermedad tropical parasitaria.
En algunos veteranos se encontraron pruebas de leishmaniasis, una dolencia tropical parasitaria transmitida por moscas de arena.
Para los opositores a la versión oficial de los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña, según la cual el síndrome es principalmente el resultado de la "fatiga de batalla" o del llamado "estrés postraumático", el informe filtrado aporta más pruebas que sustentan sus argumentos.
Muchos veteranos del Golfo manifiestan síntomas que incluyen sensibilidad química, fatiga crónica y dolores musculares y articulares, según los resultados preliminares del VA. Otros estudios hallaron evidencia de daño cerebral.
El Centro de Investigación sobre Riesgos Ambientales de Nueva Jersey, dependiente del VA, encuestó a 1.161 ex combatientes acerca de los síntomas que experimentaron por más de seis meses.
Los encuestados fueron seleccionados a partir de un registro de veteranos del Golfo que habían concurrido a un centro médico del VA para un examen físico. Muchos se quejaron de dolencias que atribuyeron a su servicio en el Golfo.
Los investigadores hallaron que 323 veteranos del registro, o 28 por ciento de los encuestados, presentaban síntomas que se ajustaban a la definición más libre del síndrome de fatiga crónica. De ellos, 186, o 16 por ciento, tenían síntomas que correspondían a una definición más estricta.
Otros 141 (11 por ciento) describieron síntomas de sensibilidad química múltiple, mientras siete por ciento se ajustaba a ambos diagnósticos.
En una muestra normal de civiles, es previsible que 0,5 por ciento de ellos padezcan el síndrome de fatiga crónica.
El Centro de Investigación sobre Riesgos Ambientales de Portland, también del VA, está estudiando la frecuencia de la fibromialgia, una enfermedad muy común que produce dolores generales, rigidez y fatiga, y se origina en los músculos y tejidos blandos.
Las personas que padecen fibromialgia tienen múltiples puntos sensibles en áreas musculares específicas. La mayoría de los 125 ex combatientes seleccionados para el estudio que realiza el Centro de Portland se quejaron de estos síntomas.
De ellos, a 16 por ciento se les diagnosticó fibromialgia, pero los investigadores aún no la vincularon con el servicio en el Golfo.
Los investigadores de Portland también informaron sobre la posibilidad de una leve leishmaniasis en 10 de los 102 veteranos estudiados en una muestra tomada al azar, pero se necesitan nuevas pruebas para determinar la validez de los resultados.
Por otra parte, investigadores del Centro Médico de la Universidad de Texas afirmaron que algunos ex combatientes sufren de una forma de lesión cerebral característica de las víctimas de envenenamiento.
Los investigadorse realizaron pruebas neuropsicológicas en 46 veteranos del Golfo de una unidad de reserva de la marina estadounidense, de los cuales 20 estaban sanos y 26 se quejaban de problemas de memoria y sueño, fatiga, confusión, falta de equilibrio, dolores musculares y articulares.
Los ex combatientes enfermos obtuvieron resultados deficientes en 59 de 71 pruebas neurológicas.
"Estadísticamente, estos resultados son alarmantes", destacó Jim Hom, el médico que dirigió las pruebas. "Hay algo malo en estos veteranos… y se relaciona con un daño neurotóxico", agregó.
Funcionarios de gobierno habían sugerido que muchos de los problemas que padecen los veteranos se relacionan con el estrés, pero Hom resaltó que sus pruebas contradicen tales afirmaciones.
"Se trata de un daño cerebral que no puede atribuirse a problemas psicológicos", aseguró, y añadió que los ex combatientes enfermos muestran un tipo "global" de lesión que compromete todo el cerebro.
El daño afecta la memoria, la inteligencia, la atención, el uso del lenguaje, la coordinación óculo-manual y otras funciones cerebrales, explicó. Los resultados de las pruebas fueron muy similares a los de un estudio de trabajadores afectados por organofosfatos, realizado en 1988.
"Necesitamos avanzar más en esta dirección y dejar de utilizar el estrés como excusa", dijo Hom.
Asociaciones de veteranos de Estados Unidos y Gran Bretaña señalaron que un gran número de hijos de ex combatientes padecen anomalías, pero ambos gobiernos rechazaron la afirmación.
La Corte de Distrito de Maryland rechazó el martes las demandas de tres mujeres que procuraban una compensación porque sus hijos nacieron con defectos debidos, según ellas, a la exposición de sus esposos a sustancias tóxicas durante la guerra del Golfo. Estos fueron los primeros juicios por ese motivo.
Las mujeres proyectan apelar la sentencia. Los tres niños involucrados en los casos, de tres a cinco años, nacieron con anomalías físicas y cerebrales, así como problemas renales y pulmonares. (FIN/IPS/tra-en/jmp/rj/ml/he-ip/97