NEPAL: Aprendiendo a convivir con los parques nacionales

Un proyecto ecológico financiado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) probó que las extensas reservas naturales de Nepal pueden coexistir con la población sin ser una carga mutua.

Los parques nacionales y los santuarios de flora y fauna representan 14 por ciento del territorio del reino del Himalaya y brindan protección a especies en peligro como el tigre real de Bengala y el rinoceronte de un solo cuerno.

Pero la administración de la vida silvestre tiene sus propios problemas, especialmente en las estribaciones de la cordillera del Himalaya o las llanuras de Tarai, provocados por la presión del crecimiento de la población.

La incorporación hace 25 años de políticas de protección de la naturaleza enfrentaron a los conservacionistas con las comunidades que viven junto a los parques.

Los residentes dependían de los bosques para obtener leña para cocinar sus alimentos y forraje para alimentar a sus animales. La fauna silvestre, por otra parte, se internaba en los cultivos de arroz fuera de los parques en busca de alimento.

A comienzos de los años 70, el gobierno prohibió gradualmente el ingreso de los aldeanos a los parques por temor a la caza furtiva y la degradación de la fauna. El resultado fue el permanente estado de conflicto entre los administradores de las reservas y los habitantes de zonas aledañas.

"Los elefantes salvajes comen nuestros cultivos, pero se supone que no debemos sacar leña de los parques para arreglar nuestras chozas. Los aldeanos consideramos a las reservas como enemigas, porque afectaron nuestra vida diaria", declaró Bhuwan Silwal.

Silwal es un trabajador comunitario que vive cerca del Parque Nacional Real Chitwan, el santuario de tigres más famoso de Nepal.

En 1994, la oficina del PNUD en Nepal entregó al gobierno 1,3 millones de dólares para implementar un proyecto que se ocupara del problema, y así nació el Programa de Parques y Personas (PPP).

El programa es aplicado desde enero de 1995 en los parques nacionales Real Chitwan, Real Bardiya, Real Suklaphanta, Parsa y Koshi Tappu por el Departamento de Conservación de Parques Nacionales y Vida Silvestre.

El proyecto comprobó que los parques y los habitantes locales pueden coexistir sin convertirse en una carga mutua.

"En mis 25 años de trabajo de conservación del ambiente, sólo desde que se implementan programas orientados hacia la comunidad como el PPP escuché decir a los aldeanos que el parque nacional es bueno para ellos", admitió Tirthaman Maskey, ex director general del Departamento.

El secreto del cambio de la opinión pública radica en el enfoque orientado hacia la comunidad del PPP. El programa pretende equilibrar la importancia de los recursos naturales con la consideración hacia la extrema pobreza de la comunidad local.

"Brindamos capacitación a los aldeanos sobre métodos de sustento alternativos para reducir su dependencia de los parques. También realizamos proyectos para mejorar el hábitat dentro de las reservas que limitan el interés de los animales por buscar alimentos afuera", dijo Anil KC, funcionario del PNUD en el PPP.

Los habitantes locales fueron estimulados a formar pequeños grupos de ahorro y crédito para crear empresas generadoras de ingresos. Existen más de 295 grupos formados por 13.000 miembros de 10.979 hogares cercanos a los cinco parques nacionales.

Las mujeres representan 35 por ciento de los integrantes de los grupos, y generaron más de 29.500 dólares en capital para la comunidad mediante los programas de ahorro.

El PPP también brindó capacitación sobre medios de sustento alternativos como las artesanías y la administración hotelera a pequeña escala con el fin de brindar servicio al creciente número de turistas que visitan los parques cada año.

Así mismo, la Unión Mundial de Conservación (IUCN) y organizaciones no gubernamentales como el Centro para la Tecnología Rural ayudaron a popularizar el biogás y las cocinillas y calentadores de energía solar entre la población local, disminuyendo la demanda de leña.

El gobierno también promulgó dos leyes que reinvierten en las comunidades locales entre 30 y 50 por ciento de los ingresos obtenidos por los parques y establecen amplias zonas adyacentes a las reservas para uso propio de la población, especialmente para bosques comunales y pastoreo.

En los últimos dos años, se plantaron más de 350.000 árboles en estas zonas, brindando a los aldeanos nuevas fuentes de leña y forraje y "disminuyendo la necesidad de ingresar a los parques" con ese fin, sostuvo Anil Chitrakar, del IUCN.

Los aldeanos "también utilizan tecnología económica y mejorada para restringir el consumo de energía. Sólo en la aldea de Khumroj, cerca del parque nacional de Real Chitwan, los habitantes utilizan unas 50 o 60 pequeñas plantas de biogás", señaló Chitrakar.

"El programa me brindó el beneficio de un hogar sin humo. Ya no necesito tanta leña", manifestó un residente próximo a la reserva natural de Parsa. (FIN/IPS/tra-en/sp/an/aq-ml/en/97

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