El gobierno de México aumentó de seis a más de 10 millones de dólares el presuesto anual de sus programas de apoyo a los mexicanos que emigran a Estados Unidos, un país al que acusa de desconocer acuerdos previos y adoptar programas unilaterales contra la inmigración.
El incremento presupuestal, anunciado por la cancillería en la noche del viernes, permitirá fortalecer la presencia de personal consular en la línea fronteriza con Estados Unidos y la colaboración con organizaciones humanitarias y brindar apoyo a inmigrantes en materia de salud, educación y trabajo.
Las medidas se presentan tras la entrada en vigor esta semana de la Operación Río Grande, un programa de Estados Unidos contra la inmigración que incluye el aumento de la cantidad de agentes fronterizos y mayores patrullas en los sureños estados de Texas y Nuevo México.
La cancillería considera que el nuevo programa, adoptado sin ningún tipo de consulta con México, vincula la inmigración con la delincuencia, "lo que desvirtúa la imagen del trabajador".
El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton prometió en mayo, al visitar México, tratar el problema de la inmigración de mexicanos en forma mancomunada con su vecino.
Cuando se disponen medidas conjuntas los resultados son positivos, pero cuando son unilaterales, como la Operación Río Grande, el clima contra los inmigrantes se exacerba y se lesiona la relación bilateral, dijo el director de Protección Consular de la cancillería, Enrique Loaeza.
Portavoces oficiales indicaron que 86 mexicanos murieron en lo que va del año en la frontera con Estados Unidos.
Para eludir las operaciones Bloqueo, Guardián, Salvaguarda y Río Grande, lanzadas por Washington desde 1994, los emigrantes indocumentados intentan ingresar a Estados Unidos por zonas aisadas, desérticas o agrestes, donde ponen en riesgo su vida.
Cada año, alrededor de un millon de latinoamericanos, especialmente mexicanos, intentan entrar en forma ilegal en Estados Unidos. (FIN/IPS/dc/ff/pr ip/97