Hoteleros y agentes de viaje de Kenia temen que la violencia desatada en la ciudad portuaria de Mombasa, un popular destino turístico 500 kilómetros al sureste de esta capital, aleje a los visitantes extranjeros.
El número de muertos a consecuencia de los disturbios iniciados el miércoles 13 llegó a 29, informaron este lunes medios locales de prensa.
La violencia estalló cuando un grupo de hombres que se decían defensores del sistema federal y que darían al pueblo indígena de Mombasa una mayor participación en la conducción de sus propios asuntos atacaron la principal estación policial en Likoni, un bullicioso suburbio de Mombasa, y la cercana Unidad Policial para el Turismo.
En ambas estaciones, los hombres robaron 30 pistolas automáticas y 5.000 piezas de municiones.
Más de 2.000 personas habrían sido desplazadas por la violencia que, según versiones no confirmadas, está dirigida a los residentes no indígenas de Mombasa, aunque hasta el momento no se informó de ningún turista herido.
La policía informó este lunes que detuvo a 69 sospechosos, incluidos varios líderes opositores de Mombasa, en relación con los disturbios.
Entre los detenidos se encuentran Mohamed Khelef Khalifa, miembro fundador del partido no registrado Safina; Ali Chidzondo, presidente del partido Unión Nacional Democrática Africana; Amiri Banda, imán de la mezquita Masjid Jihad, y Alamin Mazrui, un alto funcionario de la Comisión de Derechos Humanos de Kenia.
Najib Balala, presidente de la Asociación Turística de Mombasa y la Costa, declaró el domingo a la prensa que los disturbios asestaron "un duro golpe" a la industria del turismo, y agregó que la violencia llegó en mala hora, en alusión a la alta temporada turística.
Las autoridades de Mombasa aconsejaron este lunes a los visitantes extranjeros que permanezcan en sus hoteles y procuren protección policial cuando pretendan salir.
Así mismo, la policía reforzó la seguridad en todos los lugares turísticos, incluyendo playas, tras una serie de visitas a Mombasa del jefe de policía de Kenia, Duncan Wachira.
Los disturbios, que según el diario estatal Kenia Times está extendiéndose a Kongowea y Kisauni, suburbios de Mombasa, se producen cuando el turismo de Kenia está recuperándose de varios años de depresión.
La industria, que constituye la segunda fuente de divisas del país después de la agricultura, comenzó a recuperarse en 1996, registrando un incremento de 2,4 por ciento sobre el año anterior.
En 1995, tanto las ganancias procedentes del turismo como la llegada de visitantes se habían reducido 20 por ciento, la mayor caída de la industria en casi 10 años, según el Informe Económico de Kenia 1996.
La reducción fue parcialmente atribuida al debilitamiento de las economías de los países industrializados de donde proceden la mayoría de los turistas, así como a la publicidad negativa en la prensa internacional sobre la inseguridad en el país de Africa oriental.
La industria turística de Kenia representa más de 10 por ciento de su producto interno bruto y emplea a unas 350.000 personas, al menos.
Un reciente informe del Servicio de Fauna de Kenia sostiene que la industria precisaría crecer cinco por ciento al año para obtener retornos significativos.
Además, el turismo nacional también se enfrenta a la rivalidad de Tanzania, Zimbabwe y Botswana.
Los disturbios de Mombasa se produjeron luego de dos sangrientas manifestaciones, el 7 de julio y el 8 de agosto, organizadas por partidos radicales de oposición que exigían reformas constitucionales. Más de 10 personas murieron en ambos incidentes.
Desde entonces, agentes de viaje y hoteleros se han quejado sobre los efectos de la violencia sobre la industria turística.
Inmediatamente después de los disturbios del 8 de agosto, algunos operadores turísticos afirmaron que 10 por ciento de los extranjeros que habían realizado reservas las cancelaron debido a la inseguridad reinante.
El presidente Daniel Arap Moi atribuyó los incidentes a disputas tribales, que según él son alentadas por ciertos políticos para satisfacer intereses propios.
El periódico Kenia Times afirmó este lunes que un grupo desconocido que se autodenominó Rebeldes Opositores Unidos está por detrás de los disturbios de Mombasa.
Además, el diario publicó una carta, supuestamente escrita por un líder del grupo rebelde, que recibió Francis Gichuki, el jefe de policía de Mombasa.
"El régimen de Moi está llegando a su fin. Tenemos 876.247 soldados registrados y 64 por ciento de las fuerzas armadas están de nuestro lado. Estamos muy comprometidos con la lucha por la democracia, y en pocos meses verán lo dedicados que somos", advierte el grupo en la carta. (FIN/IPS/tra-en/mn/kb/ml/ip-if/97