La inestabilidad persiste en el mercado de cambios de Kenia luego de una caída de 10 por ciento del chelín, la moneda nacional, determinada por la decisión del FMI de congelar un crédito para obligar al gobierno a enfrentar la corrupción.
"El pánico es general. Muchos comerciantes compran dólares, libras esterlinas y marcos alemanes para asegurar su dinero", advirtió un operador de cambios de Nairobi.
El dólar, cotizado a 64 chelines, podría llegar a los 70 esta semana, con el consiguiente perjuicio para las importaciones, señaló el operador.
El FMI (Fondo Monetario Internacional) postergó el desembolso de un crédito por 215 millones de dólares por entender que las autoridades no combaten la corrupción. La medida pone en riesgo la recuperación económica del país, sostienen políticos y expertos locales.
El presidente Daniel Arap Moi llamó al público a la calma para superar la situación.
Moi afirmó que el golpe infligido por el FMI al presupuesto será compensado por los ingresos generados por las exportaciones de café, té y leche, que aumentarán debido a la depreciación del chelín.
Agregó que los africanos deben buscar la autosuficiencia para terminar con su dependencia de la ayuda del exterior y evitar en el futuro problemas como el que provocó en Kenia el aplazamiento del crédito del FMI.
Los operadores del mercado de valores habrían recibido una avalancha de llamadas de inversores de Estados Unidos y Europa ordenando la liquidación de sus posiciones en bonos del tesoro, según versiones circulantes en Nairobi.
El ministro de Finanzas, Musalia Mudavadi, admitió que el gobierno contaba con los fondos bloqueados por el FMI para el pago del presupuesto nacional.
"La diferencia podría desestabilizar la economía, si el caso no es resuelto de modo adecuado y urgente", dijo Mudavadi.
El FMI aprobó en abril de 1996 un préstamo de ajuste estructural para Kenia por 215 millones de dólares y a un plazo de repago de tres años, pero el desembolso fue condicionado a una serie de reformas en el país.
La agencia multilateral congeló la ayuda al conocer el manejo de las autoridades de un escándalo financiero multimillonario protagonizado por la firma Goldenberg International, con sede en Nairobi.
También señaló su preocupación ante la supuesta corrupción en el sector energético.
Pero Moi afirmó que su gobierno impulsó las reformas pactadas, con alyo costo social y político, y que el FMI tomó su decisión por motivos políticos.
La congelación del préstamo del FMI sucedió a manifestaciones callejeras reprimidas por la policía con el saldo de nueve muertos. Los manifestantes exigían la reforma de la constitución antes de las elecciones generales propuestas para fin de año.
Los disturbios perjudicaron a la industria turística, advirtieron fuentes de la Asociación de Agentes de Turismo de Kenia. Diez por ciento de los paquetes turísticos reservados por extranjeros fueron cancelados.
El turismo, segundo productor de divisas de Kenia, después de la agricultura, debe recuperarse rápidamente para evitar el retiro de inversiones extranjeras, señalaron empresarios del sector. (FIN/IPS/tra-en/mn/pm/aq-ff/ip/97