HONDURAS: Deportados, un problema inesperado

El retorno de deportados de Estados Unidos constituye un problema inesperado para el gobierno de Honduras que preocupa por sus consecuencias sociales en un país con graves problemas de desempleo, pobreza y delincuencia.

Además, se carece de políticas de atencion a los repatriados que regresan sin dinero, frustrados y con la incertidumbre de si podrán encontrar empleo y adaptarse a las nuevas condiciones de vida.

"El sueño americano" es para muchos hondureños una ilusion que dura poco tiempo.

En el primer semestre de este año, al menos 2.735 hondureñas han sido deportados de Estados Unidos, casi el triple que en 1995, según datos de la Dirección de Población y Política Migratoria del Ministerio del Interior.

Expertos migratorios estiman que, de mantenerse esta tendencia, el número de repatriados puede superar los 4.000 a fines de este año.

La decisión estadounidense de reformar a partir de abril su Ley de Inmigracion y Naturalizacion, sin duda "nos golpeó fuertemente al ser algo que no esperábamos", reconoció Carlos Sánchez, de la Dirección de Población y Política Migratoria del Ministerio del Interior.

En los países centroamericanos se dasató una ola de temor, porque ninguno había previsto una política hacia los repatriados, que contemplara su atención en intentara reinsertarlos en la sociedad y la realidad centroamericana.

Aunque la fiscal general de Estados Unidos, Janeth Reno, anunció la suspensión temporal de las deportaciones para revisar la legislacion aprobada, los ilegales siguen llegando y los países centroamericanos no saben como manejar la situación, dijo Sánchez.

El Ministerio del Interior propuso hace dos meses la formación de una comisión de alto nivel para que analizara el tema de los deportados y diseñara programas en materia de salud, vivienda y asistencia jurídica, señaló el funcionario.

Muchos de ellos presentan problemas vinculados al consumo de drogas, trastornos mentales y enfermedades infectocontagiosas que ameritan asistencia.

Una de las propuestas de las autoridades migratorias hondureñas consiste en crear centros temporales de asistencia a los repatriados, mientras se logra su reinserción laboral.

Los ilegales hondureños en Estados Unidos generan divisas por medio de las remesas familiares, están acostumbrados a otro ritmo de trabajo, una remuneración más alta y adopotaron patrones culturales diferentes a los del país centroamericano, dijo a IPS el analista Víctor Meza.

"Todos estos aspectos hay que tomarlos en cuenta, estudiar el fenómeno y proponer soluciones para evitar que la situación política y social se desborde por aspectos que no han sido tomados en cuenta y que sin duda incidirán en la economía hondureña", afirmó Meza.

Alcides Hernández, presidente del Colegio de Economistas de Honduras, considera que el fenómeno migratorio se manifiesta primero a nivel interno, cuando el campesion emigra del campo a la ciudad, para luego trasladarse al plano internacional cuando decide irse a otro país en busca de mayor suerte.

Según cifras oficiales, residen en Estados Unidos cerca de 800.000 hondureños, 500.000 de los cuales en forma ilegal.

En conjunto, estas personas envían a sus familiares en el país centroamericano cerca de 300 millones de dólares anuales, pero las autoridades estiman que esta cifra caerá sustancialmente a fin de año a causa de las deportaciones.

Por el momento, sólo la organización católica Cáritas ha iniciado un programa de atencion a los deportados, especialmente en el oeste del país, en la frontera con Guatemala, uno de los corredores más usados para llegar a Estados Unidos, donde cuenta con dos refugios temporales. (FIN/IPS/tm/ag/pr/97

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