ESPAÑA: Sólo ETA podrá abir una negociación

Con la extradición desde Santo Domingo de su histórico dirigente Eugenio Etxebeste, "Antxon", la organización separatista vasca ETA ha recibido el mensaje unívoco del gobierno español de que si quiere negociar deberá decretar una tregua unilateral y prolongada.

Antxon fue el máximo representante de Euskadi ta Askatasuna (ETA, patria vasca y libertad) en las conversaciones que entre 1986 y 1989 sostuvo en Argel con el gobierno español presidido por el socialista Felipe González.

Al fracasar las negociaciones, el gobierno español negoció con el argelino y con el dominicano para que Antxon y los demás etarras que participaron en la negociación fuesen deportados a República Dominicana, donde permanecieron hasta ahora en régimen de libertad vigilada con todos los gastos pagados por España.

Desde que asumió el gobierno en mayo de 1996, el centroderechista José María Aznar planteó al Ejecutivo dominicano que debía entregar los etarras a la justicia española.

Fuentes gubernamentales señalaron este lunes que "el vaso que colmó la paciencia" fue la actitud de Antxon ante el secuestro y posterior asesinato, a principios de julio, del joven concejal del gobernante Partido Popular (PP) Miguel Angel Blanco.

Antxon fue requerido, entre otros por el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, para que intercediera ante la dirección de ETA a fin de se respetase la vida de Blanco. Pero, añaden las mismas fuentes de gobierno, "no quiso ni pudo hacer nada y ni siquiera lo intentó".

Más allá de las razones esgrimidas por el gobierno y de las consecuencias penales que la extradición pueda acarrear a Antxon y otros dos etarras que también fueron entregados a la justicia española, el hecho tiene una importancia particular para el futuro del conflicto vasco.

En la práctica, la deportación acaba con un punto de referencia externa, utilizado tanto por las autoridades españolas -que mantenían contactos frecuentes con los deportados- como por dirigentes de la legal coalición electoral Herri Batasuna (HB), que acudían a menudo a Santo Domingo a dialogar con los etarras.

La deportación fue recibida de manera desigual en los medios políticos españoles.

El PP y el opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE) aplaudieron la medida y la respaldaron sin matiz alguno.

El moderado Partido Nacionalista Vasco, mayoritario en el País Vasco, una escisión suya, Eusko Alkartasuna, e Izquierda Unida (coalición basada en el Partido Comunista) critican la extradición por entender que cierra una puerta a un posible diálogo en búsqueda de una salida pacífica.

HB y fuerzas afines consideran que el hecho es una nueva medida represora que sólo logrará exacerbar el conflicto y alejar cualquier solución pacífica.

Para los próximos días se esperan protestas en todas las ciudades vascas. La policía reforzó las medidas de seguridad en previsión de posibles atentados.

Sobre la pertenencia de "Antxon" a la actual dirección etarra no existen fuentes fidedignas que puedan sostener una respuesta positiva o negativa.

Lo único cierto es que ETA designó a "Antxon" como su representante para sondear un posible diálogo a través de Pérez Esquivel en los últimos meses del gobierno socialista, en 1995.

Ahora el premio Nobel argentino cree que incluso con "Antxon" en una cárcel madrileña el gobierno español "tendría que llegar a establecer determinadas bases de acuerdo".

No obstante, la misión de Pérez Esquivel se considera fracasada y el gobierno se ha negado siquiera a recibirlo.

Para hablar, reiteran fuentes gubernamentales, "ETA debe dejar de matar y demostrarlo con hechos". (FIN/IPS/td/dg/ip/97)

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