El presidente del parlamento de Ecuador, Heinz Moeller, presentó hoy un proyecto para adelantar la instalación de la asamblea constituyente, atendsiendo reividicaciones de imdíogenas y camepinos.
La asamblea, que podría instalarse en octubre, trabajará durante 90 días y tendrá poderes absolutos, entre los cuales acortar el período del actual gobierno de Fabián Alarcón, desintegrar al parlamento y nombrar a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, que actualmente se encuentra acéfala.
La decisión de Moeller sorprendió a dirigentes políticos, pues hace dos semanas había impulsado la tesis de aplazar la instalación de la asamblea para agosto de 1998, cuando asumirá un nuevo gobierno, tesis que finalmente fue aprobada por la mayoría de los legisladores.
Contra esa decisión, se movilizaron la semana pasada organizaciones indígenas y campesinas, para las cuales la asamblea debe instalarse como máximo en octubre, como estaba previsto inicialmente.
La nueva postura de Moeller contó con el respaldo de su partido, el derechista Social Cristiano (PSC), el de mayor presencia en el parlamento, y "al parecer con el visto bueno del Alarcón", dijo a IPS Miguel Lluco, diputado por el movimiento indigenista Pachakutik.
Luis Macas, jefe de Pachakutik, consideró que la movilización de la semana pasada "rindió sus frutos y el PSC tuvo que reaccionar".
Para el expresidente (1988-92) Rodrigo Borja la propuesta será aprobada por el Congreso y "tendrá el respaldo de Alarcón", pues el PSC "es el que gobierna tras bastidores".
La idea de conformar una organismo que promueva una nueva Constitución o reforme la vigente surgió de varias organizaciones sociales tras la destitución del presidente Abdalá Bucaram, en febrero.
Entonces "la intención era instalar lo antes posible la asamblea para que el próximo gobierno, que entrará en funciones el 10 de agosto de 1998, trabaje bajo un nuevo orden jurídico", explicó Lluco.
Pero fue en el referéndum de mayo que la constituyente se consolidó con el voto mayoritario de los ecuatorianos. En esa ocasión también se ratificó la destitución de Bucaram y la designación de Alarcón como presidente.
"El cambio de actitud es positivo", dijo Borja, "pero puede explicarse también por los apetitos electorales del PSC", pues "hay que recordar que las elecciones presidenciales están cerca", concluyó el ex presidente. (FIN/IPS/mg/dg/ip/97