Cuarenta y seis niños y adolescentes originarios de la isla caribeña de Montserrat se reponen en Cuba de la tensión que les provocó la actividad volcánica en esa colonia de Gran Bretaña.
María de los Angeles Varona, de la Cruz Roja de Cuba, afirmó que los jóvenes, instalados en un campamento de verano, no sufren ningún tipo de enfermedad, sino únicamente "el impacto psicológico" que causó en ellos la erupción del volcán La Soufrière.
El grupo, con edades que oscilan entre 10 y 16 años, llegó a La Habana el día 15 y permanecerá durante 20 días hospedado en seis casas de la playa de Tarará, en la costa norte de la capital cubana.
"Toda la gente está muy nerviosa, porque está esperando que (el volcán) explote ahora", dijo uno de los jóvenes a su llegada a Cuba.
Monserrat es una isla de las Antillas Menores de 102 kilómetros cuadrados de superficie. Sus 11.000 habitantes están afectados por la actividad cada vez más intensa del volcán La Soufrière.
En Monserrat se ha suministrado tratamiento antiestrés a parte de la población infantil, pero es la primera vez que se realiza una acción focalizada en las últimas edades de la infancia y la adolescencia.
El proyecto, sin precedentes en la región caribeña, está auspiciado por la Federación Internacional de Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, en coordinación con la Cruz Roja cubana.
Además de descansar en un lugar privilegiado de La Habana, junto al mar y rodeado de vegetación, los visitantes tendrán un programa de actividades recreativas que incluyen visitas a lugares de interés de la capital cubana.
Tarará fue hasta el comienzo de la crisis económica que Cuba vive desde 1990 un campamento de recreo para niñas y niños. Allí se encuentra el sanatorio que desde 1991 dio atención especializada y gratuita a unos 15.000 menores, en su mayoría ucranianos, que sufren secuelas del accidente nuclear de 1986 en la central nuclear de Chernobil.
Los visitantes, que están acompañados de 10 monitores juveniles pertenecientes a la Cruz Roja de Santa Lucía, San Vicente y Granadinas, Jamaica, Antigua y Monserrat, cuentan en Tarará con fuerte apoyo de un equipo médico y de psicólogos.
Eduardo Romero, delegado regional del Caribe de la Federación Internacional de Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, calculó en unos 20.000 dólares los gastos de la misión a cuenta de esas organizaciones.
La operación tiene respaldo económico de las sociedades de la Cruz Roja de Antigua y Barbuda, Alemania, Canadá, España, Francia, Gran Bretaña, Holanda, y Jamaica.
La compañía aérea Air Jamaica, que inauguró este año sus vuelos a La Habana, facilitó los pasajes de idea y vuelta en forma gratuita a todos los miembros del grupo.
El secretario general de la Cruz Roja cubana afirmó que el gobierno de la isla respondió con prontitud a la solicitud y dio todas las facilidades para agilizar los tramites migratorios y las condiciones de alojamiento de los menores incluidos en el proyecto.
Cuba garantizó el apoyo de la infraestructura de salud pública pero recabó la ayuda de la federación para los gastos de transporte y el presupuesto necesario para garantizar una buena alimentación de los visitantes. (FIN/IPS/da/ff/he/97