El prófugo líder de Colonia Dignidad, Paul Schäfer, enseñó técnicas de tortura a la policía represiva de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90) en Chile, afirmó hoy un médico que estuvo secuestrado en ese enclave de emigrantes alemanes.
El siquiatra Luis Peebles dio su testimonio al diario estatal La Nación luego de que el viernes la Corte Suprema ordenara al juez especial Hernán González investigar la suerte de 112 presos políticos desaparecidos presuntamente en la Colonia Dignidad.
González tiene a su cargo el proceso por violaciones sexuales de menores y otros abusos atribuidos a Schäfer, el ex cabo del ejército nazi de 76 años de edad jefe del enclave de 17.000 hectáreas situado unos 350 kilómetros al sur de Santiago.
La ampliación de las facultades del magistrado para que investigue crímenes contra los derechos humanos aumenta el elenco de delitos atribuidos a Schäfer, acusado de crear una secta que actúa como "un estado dentro del estado chileno".
El duro y arbitrario régimen de vida establecido en la colonia fue denunciado una vez más por el joven alemán de 24 años Tobías Müller, quien el 26 de julio se fugó del enclave con la ayuda del chileno Zalo Luna, de 18.
Schäfer, prófugo de la justicia chilena desde fines de 1996, estaría oculto en subterráneos construídos en áreas de la colonia cubiertas por bosques, según declaraciones de Müller y Luna en Alemania.
Müller dijo a la revista Der Spiegel que los numerosos allanamientos en busca de Schäfer fracasaron hasta ahora porque siempre fue alertado por jefes policiales de Parral, la ciudad más cercana a la colonia.
Esta afirmación fue desechada por el ministro del Interior, Carlos Figueroa, quien señaló que los operativos de allanamiento son ordenados exclusivamente por el juez González, sin conocimiento previo ni del gobierno ni de la policía.
El magistrado dijo en Parral que no le consta que sus órdenes pudieran haberse filtrado hacia los directivos del enclave alemán, pero en medios políticos se insistió en la necesidad de desmantelar la "red de protección" de la colonia.
El senador Sergio Bitar, presidente del Partido Por la Democracia, propuso en nombre de la coalición de gobierno que se cree una comisión policial permanente, que trabaje hasta dar con el lugar en que se ocultaría Schäfer.
El senador derechista Hernán Larraín, de la Unión Demócrata Independiente, un permanente defensor de la colonia, dijo que la negativa del jerarca alemán a entregarse al juez es "un desacato a la Justicia chilena".
Larraín insistió en que las acusaciones contra Schäfer no desvirtúan la "obra benéfica" de Dignidad y se mostró escéptico ante las denuncias sobre desapariciones forzadas, señalando que esos cargos deberán probarse.
La colaboración entre Schäfer y la Dirección Nacional de Investigaciones (DINA), policía represiva de Pinochet, fue denunciada internacionalmente desde los primeros años del régimen militar instalado tras el golpe de 1973.
Sin embargo, nunca se han llevado a cabo investigaciones al interior de la colonia acerca de su empleo como centro de torturas y desapariciones de izquierdistas detenidos por la policía secreta dictatorial.
Entre los presos políticos que habrían desaparecido en Dignidad se incluye al diputado socialista Carlos Lorca, recordó el diputado Camilo Escalona, actual presidente de esa colectividad, quien hizo la presentación ante la Corte Suprema.
Hace cinco años, un juez inculpó a efectivos militares y policiales de Parral por el secuestro de unas 12 personas que habrían sido llevadas a la colonia, pero el caso fue cerrado más tarde por la justicia militar basándose en la ley de amnistía de 1978.
Peebles, quien fue dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria en Concepción, 515 kilómetros al sur de Santiago, sostuvo que fue llevado a Dignidad en 1975 por el entonces coronel Pedro Espinoza, segundo hombre de la DINA.
El médico identificó a Schäfer como el hombre que lo torturó, de acuerdo a fotografías y filmes que le mostraron más tarde en Alemania luego de que fuera enviado al exilio tras pasar por varios campos de prisioneros políticos.
Los maltratos que cometía el jefe de Colonia Dignidad se caracterizaban por su crueldad y se hacían frente a efectivos de la DINA, que en esta forma eran instruidos sobre métodos de tortura.
Desde su condición de siquiatra, Peebles señaló que Schäfer tiene todas las características de un sádico sexual, para quien el maltrato físico y sicológico, así como la humillación de sus víctimas, es una forma de excitación. (FIN/IPS/ggr/dg/ip-hd/97)