CARIBE: ONG de la cuenca discuten su papel en la integración

Representantes de la sociedad civil de la Gran Cuenca del Caribe, buscan desde hoy en Venezuela cómo insertarse en los procesos de integración de su región, para promover cambios que incorporen lo social y ecológico al proceso.

Delegados de organizaciones no gubernamentales (ONG) y entidades académicas de los 25 países insulares y continentales que forman la Asociación de Estados del Caribe (AEC) realizarán un foro para presentar proyectos y propuestas a los gobiernos, durante su próxima reunión en noviembre en Cartagena, Colombia.

Andrés Serbin, anfitrión del taller en Caracas, preparatorio del foro, dijo a IPS que la sociedad civil consolida su propia integración para actuar con más fuerza y capacidad de acción ante los procesos de integración de la AEC, América Central, la Comunidad del Caribe (Caricom) y el Grupo de los Tres (G-3).

Son procesos que también han comenzado a impulsarse en el resto de Sudamérica y que en un futuro convergerían para crear un movimiento regional para influir en la integración, de tal modo que trascienda el área económica para asumir los intereses de las sociedades latinoamericanas.

La unidad de los representantes de las ONG y grupos académicos se origina en pensamientos y objetivos comunes, que reconocen la diversidad prioridades de los actores.

El mensaje básico es que el proceso de integración "tiene muchos excluidos" que quieren participar en la definición de las prioridades de la agenda y en la toma de decisiones.

"La integración debe responder a las necesidades de la sociedad y atenderlas, porque si no, como sucede ahora, se queda en procesos y agendas muy incompletos", explicó Serbin.

Citó como ejemplo que la AEC tiene como sus temas de atención el comercio, el turismo y el transporte, pero no incluye aspectos como el empleo, el ambiente o la perspectiva de género, que la sociedad cívil considera vitales.

Serbin, presidente del Instituto Venezolano de Estudios Sociales y Políticos, dedicado a tender puentes entre el Caribe anglohablante y América Latina, también asignó importancia a la educación centrada en la identidad y sus puntos comunes, en etnicidad y cultura.

El foro de noviembre, que espera tener voz en la reunión formal de la AEC de los 15 socios de Caricom, los siete países centroamericanos, más Colombia, México y Venezuela como G- 3, también es organizado por la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales, con sede en Nicaragua.

Serbin dijo que la discusión del primer día mostró que el eje de la preocupación es qué tipo de integración se lleva a cabo, centrada en el economicismo y más precisamente en la apertura de mercados, sin contemplar lo que la base social requiere e incluso afectándola negativamente, al menos por ahora.

Además, se visualiza constantemente un panorama cambiante en la integración, lo que dificulta identificar interlocutores en los gobiernos.

Un segundo eje que preocupa a todos es cómo se articula el proceso de integración con el de la democratización y la gobernabilidad, y cómo la sociedad civil puede incidir para impulsar un papel propio en esos procesos de la democracia, la ciudadania y la representatividad.

A los dos primeros se agrega un tercer interrogante: cómo debe surgir un movimiento organizado a nivel regional de la sociedad civil, como sumatoria de sectores representativos nacionales o mediante otro proceso, y una vez decidido esto, cuál es la agenda regional y los mecanismos de participación en la toma de decisiones.

La salvadoreña Celina Monterroso, secretaria ejecutiva de la Concertación Centroamericana de la red de ONG, indicó que un problema adicional es que los gobiernos consideran la sociedad civil como sinónimo de sociedad en general, "con el objetivo de invisibilizar al movimiento organizado".

Es una manera, a juicio de la dirigente, de opacar las propuestas alternativas frente al proceso de desarrollo en su conjunto y también al de integración.

Monterroso destacó que la sociedad civil organizada está "muy a favor de la integración", pero no necesariamente del modo en que los gobiernos la conducen, porque se ha desviado hacia lo comercial, a la máquila (producción por cuenta de otros) y a la mano de obra barata, como forma de atraer inversiones.

Las condiciones de la población se agravan por la forma en que los gobiernos buscan atraer las inversiones, acotó Monterroso, para sintetizar que "se nos tira a la selva sin darnos ni una cantimplora o un cuchillo para sobrevivir".

También admitió que los grupos organizados detectan los problemas y los plantean, pero aún no ofrecen alternativas frente a los mismos, "quedándonos todavía en el muro de las lamentaciones".

Monterroso consideró que la acción regional de la sociedad civil mejorará las propuestas y la participación en las decisiones, porque permitirá mayor perspectiva y objetivización que las posiciones nacionales, cargadas del peso de la alta polarización interna en las relaciones de gobiernos y ONG.

La dirigente centromericana también indicó que una crítica colectiva es que los gobiernos no se preocupan por usar la integración para romper los desequilibrios que esa misma integración incrementa, como sucede con la mujer.

"Y en tanto no se superen esos desequilibrios, no se puede hablar de un proceso democrático que se consolide con la integración en su enfoque tenocrático actual", advirtió.

El mexicano Enrique Brito, del Foro de Apoyo Mutuo, dijo que también llegó el momento de definir qué es sociedad civil, ante el uso sesgado que de ella hacen otros sectores. Para él, es la que está integrada por grupos de personas organizadas en forma permanente o coyuntural con un fin específico.

Serbin, por su parte, definió a la sociedad civil como la integrada por grupos en los que no participa el gobierno, las Fuerzas Armadas o los partidos políticos, mientras que Monterroso prefiere delimitar el termino a sociedad civil organizada.

Establecer una definición más univoca, así como un plan de acción estratégico para transformarse en "actores de la integración", forma parte de la creación de una agenda sociopolítica de la integración del Gran Caribe, en el próximo trienio, cuyo punto de partida formal será el foro de noviembre.

En octubre, organizado también por Serbin y su instituto, se realizará en Argentina un taller similar al de Cracas, de los países del Cono Sur y andinos, con la intención de forjar una convergencia regional en una segunda etapa. (FIN/IPS/eg/ff/dv/97

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