BRASIL: Duelo por la muerte de Betinho, líder de luchas sociales

Brasil perdió a Betinho, el gran lider de sus luchas sociales, que movilizó a millones de personas en el combate contra el hambre y el sida y en defensa de la ética, de la solidariedad y de los niños abandonados.

El sociólogo Betinho, cuyo nombre era Herbert de Souza, murió el sabado, por el colapso de sus funciones hepáticas, conmoviendo al país. Conforme a su deseo, su cuerpo fué cremado este lunes y las cenizas esparcidas en una finca en montañas cercanas a Río de Janeiro.

Era una "figura mesiánica, y como todo Mesías luchaba por los pobres, enjugaba lágrimas, mantenía viva la esperanza", dijo el teólogo Leonardo Boff en un acto ecuménico celebrado el domingo en homenaje a Betinho en la Asamblea Legislativa provincial de Río de Janeiro.

Boff, que dejó el sacerdocio tras una serie de sanciones del Vaticano contra sus libros de teología de la liberación, opinó que el Papa Juan Pablo II debería "canonizar a Betinho durante su visita al Brasil en octubre".

Su imagen de "santo" surgió de su infatigable disposición a promover campañas de movilización a favor de los pobres y desvalidos, arriesgando su débil salud.

Hemofílico, contrajo el sida (síndrome de insuficiencia adquirida) a causa de una transfusión de sangre, era extremadamente delgado. De 1,72 metros de estatura, al morir pesaba sólo 39 kilogramos y normalmente apenas superaba los 40 kilogramos.

Versión cristiana de Mohandas Gandhi, el líder de la independencia de India, sus campañas buscaban estimular la solidaridad y la sensibilidad social, y creía en la "radicalización de la democracia" como el camino hacia la justicia social.

Militante católico, soñó en su juventud con la revolución socialista, apostó por la lucha de clases y enfrentó la violencia de la dictadura militar, hasta exiliarse en Chile en 1971. Más tarde admitiría que "el maoísmo fué una de las enfermedades" de las que debió curarse.

El sida mató en los años 80 a dos de sus hermanos, también hemofílicos: el famoso caricaturista y escritor Henfil y el músico Francisco Mario de Souza, también hemofílicos. La hepatitis que destruyó su hígado también fue consecuencia de sangre transfundida.

Esas tragedias impulsaron su campaña por el control de calidad de los bancos de sangre, cuya negligencia provocaba enfermedades a quienes necesitaban transfusiones, como los hemofílicos.

Creó entonces una asociación para promover la prevención del sida, combatir prejuicios y proporcionar asistencia humana a los enfermos. Era un asumido portador del virus desde 1986 y su capacidad para resistir el sida, la hemofilia y una tuberculosis que sufrió en la adolescencia, aumentó su carisma.

Su debilidad física no le impidió lanzar y animar a partir de 1992 la mayor movilización popular contra el hambre de la historia de Brasil. El gobierno reconoció que había 32 millones de hambrientos en el país y un año después apoyó la iniciativa de Betinho.

Unos 2,8 millones de activistas se sumaron a la campaña, que tuvo el respaldo de gobiernos municipales, empresas y 900 organizaciones de todo tipo y dio lugar a la creación de 4.000 comités en todo el país.

El movimiento, bautizado "Acción de la Ciudadanía contra el Hambre y la Miseria y por la Vida", fue reconocidoo en el informe sobre Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.

Betinho sintetizaba en la palabra "ciudadanía" la conciencia social y política, la participación y la acción que deberían movilizar parcelas crecientes de la sociedad para acabar con las desigualdades, las injusticias y la miseria.

Al regresar del exilio en 1979, tras peregrinar por Chile, Canadá y México, fundó el Instituto Brasileño de Análisis Economico y Social (IBASE), introduciendo en el país el espíritu de las organizaciones no gubernamentales (ONG) como nuevo factor para el cambio.

Fue protagonista de todos los movimientos de gran impacto en la sociedad brasileña, desde la lucha por la reforma agraria a la campaña por elecciones libres y directas y el combate contra la corrupción política.

Así mismo, incorporó a la malograda candidatura de Río de Janeiro a sede de las Olimpiadas del 2004 una agenda social con la meta de ofrecer escuelas y alimentos a todos los niños de la calle y mejorar la vida de los pobres en la ciudad.

Ultimamente encabezaba un movimiento para que las empresas asumieran un carácter "ciudadano", ampliando sus acciones en favor de la sociedad y rindiendo cuentas de sus realizaciones en un "balance social" de carácter público. Varias asociaciones empresariales y grandes empresas se habían unido a la iniciativa.

Brasil perdió "a una de esas personas que surgen a cada siglo", de múltiples dimensiones. Betinho fué "el Gandhi brasileño, un Che Guevara desarmado, un (Nelson) Mandela que no llegó a la Presidencia", afirmó el historiador Francisco Alencar, que coordinó el acto ecuménico en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro. (FIN/IPS/mo/ff/hd/97

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