AMERICA LATINA: "Materia gris" emigrada, factor de desarrollo

Los científicos emigrados pueden constituir un factor de dinamismo social, intelectual y productivo para los países latinoamericanos si son aprovechados por gobiernos y universidades.

Así lo declaró a IPS Fernando Lema, un científico uruguayo encargado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) de conformar una red de profesionales latinoamericanos residentes en los países industrializados.

De acuerdo a este biólogo residente en París, investigador en el hospital Pasteur de la capital francesa, entre 50.000 y 100.000 especialistas de alto nivel abandonan cada año las naciones pobres para trasladarse a las del Norte.

El proceso se aceleró en las últimas décadas por motivos económicos y también políticos.

"Este nomadismo moderno ineludible puede transformarse en un nuevo desafío regional", considera Lema, para quien es indispensable conformar una red de intercambio interregional con el fin de dar paso a un "vasto tejido global de conocimiento científico-técnico interno y externo" en América Latina.

"Hay yacimientos desaprovechados. Es imposible que esa masa de científicos emigrados retorne a instalarse en sus países de origen, pero bien pueden vincularse a ellos si se sabe explotar sus capacidades", insistió.

Lema participó este mes en Montevideo en un seminario sobre la "diáspora" uruguaya en el que precisamente uno de los temas examinados fue la manera de establecer nexos entre los nacionales "de afuera" y "de adentro".

Hablando en particular del caso uruguayo, pero subrayando que lo mismo se podía aplicar a otros países del área, diversos participantes señalaron las dificultades que encuentran los especialistas de alto nivel emigrados hacia el Norte cuando intentan restablecer vínculos con sus países.

Lo mismo se verificó en un coloquio que reunió en julio, también en Uruguay, a especialistas, empresarios y funcionarios internacionales de América Latina y Europa convocado para examinar el funcionamiento de los programas de apoyo al desarrollo de la ciencia y la tecnología.

En ese encuentro, se constató la escasa interacción existente entre medios universitarios y productivos, y entre ellos y el Estado en materia científica y tecnológica.

"La difusión de la ciencia y del espíritu innovador en la sociedad pasa porque se constituyan marcos de cooperación entre los distintos actores involucrados", afirmó Lema.

"Internet permite ahora tejer contactos, intercambiar informaciones y trabajos, constituir un eficaz mecanismo de enlace", añadió.

El trabajo emprendido en el marco de UNESCO es llevado a cabo de manera conjunta por la Asociación Latinoamericana de Científicos, basada en París y animada por el biólogo uruguayo, y la Academia de Ciencias de América Latina, instalada en Caracas.

Ambas instituciones han conducido desde 1994 diversas iniciativas en América Latina y el Caribe, como la organización de cursos, mesas redondas, conferencias, exposiciones, creación de redes y foros electrónicos.

El proyecto, que está concluyendo su primera fase, permitió identificar y clasificar por especialidades y países de origen a unos 2.500 investigadores y profesionales latinoamericanos y caribeños que hoy viven en Europa, Australia, Japón, Israel, Camadá y Estados Unidos.

Habilitó también a programar una segunda etapa de actividades más ajustada a las necesidades relevadas en los países de América Latina.

Así, se creará un grupo de reflexión en la UNESCO y un foro electrónico sobre política científica regional, en el que intervendrán especialistas latinoamericanos y del Caribe agrupados en asociaciones y residentes fuera de su región.

También se prevé el establecimiento de acuerdos de cooperación con instituciones regionales, la realización de cursos para empresarios, científicos y tecnólogos, la adopción de mecanismos para facilitar el acceso a bases de datos bibliográficos y científicos.

Otra de las iniciativas programadas es un observatorio de situación y un foro electrónico sobre la enseñanza de las ciencias, con el fin de analizar las posibilidades de adaptar los programas aplicados en Europa y Estados Unidos a las realidades latinoamericanas.

"No se trata de trasplantar ni de solamente difundir tecnologías, metodologías sino de ver en qué manera puede establecerse una interacción entre científicos del Sur y del Norte", señaló Lema.

El programa pretende igualmente colaborar con los organismos estatales encargados de la definición de políticas científicas y tecnológicas en los distintos países de América Latina. (FIN/IPS/dg/ag/dv-ct/97

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