Banqueros y expertos de 18 países de América están reunidos desde la noche del miercoles en Panamá en busca de mecanismos que eviten el uso de los bancos para el "lavado" de dinero del narcotráfico.
El Primer Congreso Hemisférico de Prevención del Lavado de Dinero fue convocada por la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), el Financial Crimes Enforcement Newtwork (Fincen), de Estados Unidos, y la Asociación Bancaria Panameña.
El presidente panameño Ernesto Pérez Balladares advirtió en la inauguración del encuentro que la falta de mecanismos suficientes para prevenir el lavado de dinero en los bancos y en otras actividades económicas "puede poner en peligro la existencia de la democracia" en América Latina.
Tras indicar que el crimen organizado "es capaz de mutar sus métodos para evitar la acción de la justicia", Pérez Balladares afirmó que la experiencia de su país enseña que, para evitar ese riesgo, es necesario estar al día sobre la forma en que actúan los operadores del lavado de dinero.
A su juicio, el crimen organizado pasó de sus antiguos métodos de movilización de sumas colosales de dinero a otros procedimientos más sofisticados.
Juan Antonio Niño, presidente de la Asociación Bancaria Panameña, señaló por su parte que, para evitar el uso de los bancos para actividades ilícitas, es necesario crear nuevas reglas del juego para el sector financiero.
Niño explicó que, en el caso del centro financiero internacional que opera en Panamá, considerado uno de los más grandes de América Latina, los banqueros y el gobierno intentan promulgar una nueva ley bancaria, que podría servir de modelo para el resto de América Latina.
El proyecto panameño incluye la creación de un ente regulador encargado de supervisar la actividad bancaria, adopta los conceptos del Concordado de Basilea respecto a la supervisión y consolidación de la actividad y elimina el controvertido secreto bancario actual.
También incorpora el requisito de Basilea de adecuación del capital de riesgo a los activos de las entidades bancarias.
De esa forma, los nuevos bancos que se instalen en Panamá luego de la promulgación de la ley tendrán que disponer de un capital mínimo de 10 millones de dólares. Actualmente se exige un millón de dólares como capital inicial.
Niño añadió que, por la importancia del centro financiero panameño, los banqueros y el gobierno aspiran a que la plaza local sea reconocida "como el centro regional más apropiado para el desarrollo de un programa de capacitación en acciones para la prevención de lavado de activos".
El directivo del Fincen, Charles Klingham, dijo que entre las nuevas modalidades usadas para el lavado de dinero se cuenta la movilización de valores al portador a través de los bancos y de agentes de bolsa, según se ha detectado en Estados Unidos.
Klingham explicó que esa modalidad permite que los valores del caso "sean llevados de una cuenta (bancaria) a otra o de un corredor de bolsa a otro", para distribuirlo entre "varios fondos de inversión".
Otra fórmula empleado "es la combinación de diversas actividades económicas" cuyas operaciones resulten de difícil verificación, como la venta de comidas al público y ciertas maniobras en el mercado de bienes raíces.
Mientras, John Taylor, un experto estadounidense, advirtió que el conocimiento del cliente "es la mejor manera de combatir el lavado de dinero" ilegal.
Taylor también recomendó la prohibición de cuentas bancarias anónimas, un sistema de registro eficaz, normas para el uso de efectivo, políticas de detección y de información de transacciones sospechosas y "una buena línea de comunicación entre los entes reguladores, los abogados, las bolsas de valores y los bancos".
El congreso contra el lavado de dinero se extenderá hasta este viernes. (FIN/IPS/sh/ff/if ip/97