Negociaciones de cinco días sobre nuevos compromisos de países industrializados para reducir las emisiones de gases que provocan el cambio climático finalizaron el jueves 7, en medio de dudas de que un futuro pacto mundial para detener el fenómeno sea realmente efectivo.
Los países se reunirán en diciembre en Kioto, Japón, para firmar el pacto final, cuyo borrador fue planteado en esta ciudad por unos 600 delegados de 140 países.
"Todos deberíamos preocuparnos ante el lento avance en esta reunión", dijo este jueves Michael Zammit Cutajar, secretario ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
El borrador del texto para Kioto es largo y "muchas secciones incluyen una variedad de posiciones de negociación", admitió el secretario ejecutivo, quien no obstante espera que haya suficiente voluntad política en la próxima ronda de negociaciones, a realizarse en octubre.
Sus preocupaciones son compartidas por organizaciones defensoras del medio ambiente.
Klaus Milke, de la no gubernamental Germanwatch, urgió al canciller (jefe de gobierno) alemán, Helmut Kohl, a que ejerza su influencia política siguiendo el compromiso que demostró en la cumbre del Grupo de los Ocho (el Grupo de los Siete países más industrializados más Rusia) en Denver y en la sesión especial de la Asamblea General de la ONU en Nueva York en junio.
Bill Hare, de Greenpeace International, estuvo de acuerdo en que se necesita presión política, ya que "muy poco" se logró durante los cinco días de conversaciones del llamado grupo ad hoc instalado en Berlín hace dos años.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) también criticó a los negociadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por no avanzar hacia un acuerdo en el combate contra el recalentamiento del planeta.
Tanto Greenpeace International como WWF señalaron a Japón y Estados Unidos como principales responsables del fracaso.
WWF cree que la capacidad de Japón para ser anfitrión de la reunión de diciembre en Kioto "está en duda". Yurika Ayukawa, de WWF/Japón, expresó su desaliento ante el hecho de que su país no presentó ninguna propuesta para reducir las emisiones de los gases causantes del efecto invernadero.
La Unión Europea (UE) propuso en marzo que los países industrializados recorten las emisiones en 15 por ciento a los niveles de 1990 en el 2010.
Esta fue la primera, y hasta ahora única propuesta formal de países industrializados para incluir una meta numérica en la reducción de las emisiones de gases invernadero.
Los llamados gases invernadero -dióxido de carbono, metano, óxido nitroso y fluorocarbonos-, podrían provocar aumentos potencialmente catastróficos de las temperaturas mundiales.
Los objetivos propuestos por la Unión Europea se aplicarían inicialmente al grupo de los tres primeros gases, y luego se añadirián otros. Además, se sugirió un objetivo interino de 7,5 por ciento antes del 2005.
Estados Unidos también fue acusado ante la falta de avances, y de estar "paralizado por presiones de la industria de combustibles fósiles", dijo Hare.
Clinton declaró repetidamente que había una necesidad de pasar de la retórica a la acción, pero los negociadores estadounidenses en Bonn se caracterizaron por muchas palabras y pocas propuestas de medidas concretas.
En claro contraste con el descontento generalizado ante los resultados de las negociaciones de cinco días, el presidente del grupo ad hoc de Berlín, el embajador Raúl Estrada-Oyela de Argentina se mostró optimista.
"Hoy dejamos Bonn con varias opciones totalmente articuladas y aclaradas para que todos vean y comprendan. Cuando volvamos para la sección final en octubre, los gobiernos estarán en igual posición para elegir entre ellas", dijo a los periodistas el embajador.
Bajo la Convención de Cambio Climático aprobada en la Cumbre de la Tierra en Rio de Janeiro, en junio de 1992, los países industrializados se comprometieron a tomar medidas para reducir sus emisiones de gases invernadero a los niveles de 1990 antes del 2000. (FIN/IPS/tra-en/rj/jmp/lp/en-ip/97