Grupos de ambientalistas advirtieron que una profunda división dentro del gobierno de Japón sobre la reducción de la emisión de gases invernadero podría afectar la eficacia de un acuerdo mundial contra el recalentamiento planetario.
El conflicto entre el poderoso Ministerio de Industria y Comercio y la Agencia Ambiental de Japón quedó en evidencia en la última ronda de conversaciones acerca de un borrador de acuerdo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre cambio climático, iniciada en Bonn el 30 de julio.
"El gobierno japonés tiene la magra ambición de que el protocolo de Kyoto estipule un objetivo débil (de reducción de las emisiones) o ningún objetivo y que sea revisado en una fecha posterior", señaló Stefan Singer, del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) de Alemania.
La ciudad japonesa de Kyoto será anfitriona de la tercera conferencia de partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
"Si las divisiones persisten, estará en peligro el éxito de la decisiva reunión de Kyoto, a comienzos de diciembre", advirtió Singer.
En la Convención Marco, acordada en 1992 en la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro y ratificada desde entonces por unos 170 países, las naciones industrializadas acordaron reducir sus emisiones de gases invernadero a los niveles de 1990 para el año 2000.
Pero en la primera conferencia de partes realizada en 1995 en Berlín, la comunidad internacional reconoció la necesidad de medidas más enérgicas para minimizar el riesgo de cambio climático, y formó el Grupo Ad Hoc sobre el Mandato de Berlín (AGBM).
La tarea que se asignó al nuevo grupo fue la de elaborar un acuerdo internacional que incluyera nuevos compromisos de los países industriales para reducir sus emisiones de gases invernadero en las primeras décadas del siglo XXI.
Se cree que los llamados gases invernadero (dióxido de carbono, metano, óxido nitroso y fluorocarbonos) son los responsables del recalentamiento planetario, que podría tener consecuencias ambientales catastróficas.
Si para este jueves no se logra un acuerdo sobre el texto del nuevo pacto sobre cambio climático, el borrador será discutido en una última ronda de negociaciones que se celebrará en octubre, también en Bonn.
WWF considera que la actitud de Japón "amenaza seriamente" el éxito del encuentro ministerial de Kyoto.
Un protocolo de Kyoto débil afectaría la confianza de la industria en el proceso de la Convención, porque no protegería eficazmente el ambiente, y "no alentaría a los países en desarrollo para involucrarse en esfuerzos posteriores", agregó.
Además, sería desastroso para el propio Japón, dadas las expectativas públicas y los incentivos ya otorgados a las industrias japonesas energéticamente eficientes.
Según WWF Alemania, Japón se concentra demasiado en "criticar la posición de la Unión Europea, pero no presenta una propuesta propia".
La Unión Europea propuso el pasado marzo que los países industrializados reduzcan sus emisiones de gases invernadero en 15 por ciento para el año 2010, con respecto a 1990.
La iniciativa fue presentada en el encuentro del AGBM realizado en Bonn, sede de la secretaría de la Convención, y constituyó la primera propuesta formal de naciones industriales para establecer un límite específico a las emisiones.
Otros países industrializados como Estados Unidos, Canadá y Japón aún no presentaron propuestas específicas, pero se espera que lo hagan antes del encuentro de la AGBM en octubre, que será la última antes de la reunión ministerial de Kyoto. (FIN/IPS/tra-en/raj/rj/ml/en/97