YUGOSLAVIA: Milosevic presidirá la Federación y todo sigue igual

El presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, asumirá el día 23 la presidencia de lo que queda de la República Federal de Yugoslavia, un cargo en esencia protocolar en la alianza entre Serbia y Montenegro.

Milosevic, a pesar de los poderes limitados de su nuevo cargo, seguirá siendo la figura política dominante en Yugoslavia debido al control de que su partido dispone sobre los aparatos militar, policial y económico.

"Nada cambiará. Milosevic ya tenía poder sobre Serbia y Yugoslavia y lo seguirá teniendo en adelante", dijo Vuk Draskovic, líder del principal grupo opositor serbio, Partido de Renovación.

La única sorpresa fue lo repentino de su elección el martes 15, decidida en dos precipitadas sesiones de ambas cámaras del parlamento federal yugoslavo.

La resolución era esperada hace tiempo. Los comités parlamentarios a cargo de la designación confirmaron el lunes la candidatura de Milosevic, a quien la constitución de Serbia le impedía postularse para presidir su país durante un tercer período.

El comité decidió, una semana antes del plazo establecido por la constitución federal, que su candidatura era la única que cumplía con los requisitos legales entre las cinco presentadas.

El apuro intrigó a los observadores. "El único objetivo de la llegada de Milosevic al cargo es darle completo control de todo lo que ocurre en la ex Yugoslavia", opinó Zoran Sekulic, de la agencia de noticias FoNet.

"Quizá la rápida votación fue una medida precautoria contra las posibles dudas que tuvieran los legisladores de Montenegro", que, junto con Serbia, forma la República Federal de Yugoslavia, agregó Sekulic.

El Partido Democrático de los Socialistas de Montenegro, hermanado con el Partido Socialista de Milosevic, se encuentra en un estado de confusión. La línea dura interna, cercana a los socialistas serbios, puja con el ala reformista que apoya al primer ministro de Montenegro, Milo Djukanovic.

Los legisladores montenegrinos votaron el martes por Milosevic en el parlamento federal.

"No importa lo que digan las constituciones de Serbia o Yugoslavia sobre las facultades del Presidente. Lo que importa es quién es el hombre que está en el cargo en cuestión y lo que en verdad quiera hacer", dijo el analista político de Belgrado, Kosta Cavoski.

Y Milosevic sabe lo que quiere.

"El nacionalismo no es su ideología, ni el comunismo, o nada que se le parezca. La única verdadera ideología que tiene es la del poder. Cambia con facilidad de una cosa a la otra, sólo con esa idea en la mente", dijo quien fue uno de sus más cercanos colaboradores, Iván Stambolic, hoy alejado del líder.

Se preveía que la sesión de ambas cámaras el martes sería una confirmación de rutina de la candidatura aprobada por el comité.

Los presidentes de las cámaras informaron a los legisladores que debían votar ese mismo día porque una sola candidatura había sido confirmada. El procedimiento no se fundamentó en normas constitucionales.

El Partido Socialista, liderado por Milosevic, y el grupo Izquierda Unida Yugoslava, encabezado por su esposa Mira Markivic, dominan ambas cámaras.

Con el boicot de la alianza opositora Zajedno (unidos), que integra Draskovic y su Partido de la Renovación, el hoy presidente serbio fue confirmado por 88 votos contra 50 en la cámara baja y 31 contra nueve en la alta.

Eufóricos legisladores socialistas elogiaron el "valor, sabiduría y coherencia política" de Milosevic, quien no estuvo presente en la sesión. El cargo será suyo por cuatro años.

Milosevic, de 56 años, tiene un título de Derecho de la Universidad de Belgrado y fue un producto ejemplar de la vieja oligarquía comunista. Tras dirigir uno de los mayores bancos de Serbia en los años 80, se dedicó a la política y accedió con rapidez a la cima del Partido Socialista.

Su imagen pública es reservada y austera. Poco se sabe de su vida privada, aparte de que sus padres se suicidaron. Nunca concede entrevistas y rara vez aparece en público. Lleva una vida apartada con Markovic, su novia desde la infancia de ambos en el poblado de Pozarevac, en el este de Serbia.

Se considera que Markovic, profesora universitaria de marxismo, ejerce una fuerte influencia política sobre su esposo. Tienen dos hijos mayores.

Los países industriales consideran a Milosevic el principal arquitecto de las crisis que condujeron a la disolución de la antigua Yugoslavia y lo culpan por las guerras que se sucedieron en Croacia y Bosnia Herzegovina.

Su ambición por constituir una "Gran Serbia" que una los territorios de predominio serbio en Croacia y Bosnia provocaron el conflicto más destructivo que se haya desarrollado en Europa desde la segunda guerra mundial.

En 1994, Estados Unidos, frustrado por la situación, se mostró dispuesto a ayudar a Milosevic a cambiar su imagen y a convertirse en un "pacificador" de conflictos que, en gran medida, fueron generados por su propia iniciativa.

El líder serbio también estaba dispuesto a colaborar, debido a las draconianas sanciones que la Organización de Naciones Unidas (ONU) impuso a su país y, también, por la incipiente unión de la oposición política interna.

El líder cortó sus vínculos con los serbios de Croacia y Bosnia- Herzegovina, y no actuó cuando las fuerzas croatas recuperaron en agosto de 1995 la zona de Krajina, dominada por los serbios, lo que obligó a 200.000 serbocroatas a huir de Croacia a Serbia.

También en 1995, Milosevic hizo lo que Washington le pedía y obligó a los serbobosnios a participar de los acuerdos de paz de Dayton. Obtuvo su recompensa cuando en octubre de 1996 se levantaron las sanciones contra su país.

Sin embargo, con el gobierno de Milosevic, Serbia sufre una floreciente delincuencia, devastación económica y empobrecimiento.

Su rigidez impidió que Serbia ampliara sus reformas políticas o económicas, mientras la presión de la propaganda oficial y el aislamiento convirtieron a los serbios en una nación de xenófobos.

Su ambición transformó a Serbia en una "isla aislada y empobrecida" en Europa, de acuerdo con el analista de Belgrado Ognjen Pribicevic.

"Luego de todos los cambios que hubo en Europa oriental, Serbia sigue siendo el último país comunista en esta parte del mundo", sostuvo. (FIN/IPS/tra-en/vpz/rj/aq-mj/ip/97

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