La Organización de Naciones Unidas (ONU) denunció hoy el agravamiento de la situación de miles de refugiados en tres zonas asiáticas, localizadas en Afganistán y en la frontera de Bangladesh con Birmania y de Camboya con Tailandia.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) exigió por nota al gobierno de Bangladesh que detenga la repatriación forzada de birmanos musulmanes.
En otra demanda urgente, el ACNUR reclamó a las autoridades de Tailandia que permitan cruzar la frontera a ciudadanos camboyanos que huyen de la guerra civil en su país.
Mientras, nuevas columnas de civiles llegaron a Kabul, la capital de Afganistán, escapando de los combates que tropas del movimiento radical islámico Talibán, que controla la mayor parte del país, libran en la zona norte contra las fuerzas rebeldes.
Pamela O'Toole, portavoz de ACNUR, precisó que Bangladesh obligó este martes a regresar a su país a 212 musulmanes birmanos que estaban refugiados en el campamento de Kutupalong.
Las autoridades bengalíes enviaron a la frontera con Birmania efectivos de la policía antimotines, que usaron gases lacrimógenos y balas de caucho para reprimir la resistencia de los musulmanes birmanos al traslado forzoso.
O'Toole describió escenas dramáticas que se registraron cuando la policía expulsó al último grupo de refugiados, integrado – según dijo- por enfermos y numerosos niños y mujeres.
Las fuerzas de seguridad de Bangladesh destruyeron el lunes las viviendas precarias de los refugiados, que pasaron la noche en una barraca común de Kutupalong.
Divididos en dos grupos, en la mañana del lunes fueron llevados a la cercana frontera con Birmania. Por el punto limítrofe de Taungbro pasaron 68 personas, mientras que las 144 restantes entraron en territorio birmano por el puesto fronterizo fluvial de Teknaf.
Esos 212 refugiados formaban parte de un grupo de 7.500 personas que fueron separadas para su repatriación a Birmania. De ese conjunto, sólo dos familias habían aceptado la repatriación de manera voluntaria.
Mientras, fuentes del ACNUR informaron que prosigue el éxodo de musulmanes birmanos a Bangladesh.
Algunos refugiados musulmanes arribados el último fin de semana denunciaron al ACNUR la persecución que sufren en Birmania, donde les fueron confiscadas sus tierras y se vieron obligados a realizar trabajos forzados.
Uno de los musulmanes prófugos aseguró a un funcionario del ACNUR que prefería morir antes que regresar a Birmania.
La oficina del ACNUR advirtió también que miles de personas podrían concentrarse en la frontera de Camboya con Tailandia, para intentar atravesarla.
Las autoridades tailandesas informaron que únicamente permitirán el ingreso a su territorio y otorgarán asilo a personas sometidas a grave peligro en Camboya.
O'Toole expresó preocupación acerca de la suerte de miles de personas concentradas en la frontera norte de Camboya, en el paso de Chong Chom.
Fuentes de organizaciones no gubernamentales aseguraron a los funcionarios de la ONU que unos 20.000 personas camboyanos podrían reunirse en las cercanías de Chong Chom para tratar de cruzar la frontera, actualmente cerrada.
Las autoridades militares tailandesas denegaron autorización al personal de ACNUR para trasladarse hasta la zona de Chong Chom.
Muchos de los refugiados que llegan a la frontera pertenecen al FUNCINPEC, el grupo político que respalda al primer ministro Norodom Ranariddh. Otros son miembros de la alianza opositora Unión de Demócratas Camboyanos.
Ranariddh fue desplazado del gobierno el 6 de este mes, debido a un golpe de Estado que encabezó el segundo primer ministro, Hun Sen, quien ostenta actualmente el poder en Phnom Penh.
Según miembros del FUNCINPEC llegados a la frontera, las tropas de Sen, que controlan aparentemente gran parte de Camboya, torturan y asesinan a partidarios de Ranariddh.
El diplomático suceo Thomas Hammarberg, representante especial del secretario general de la ONU para Camboya, confirmó este martes en Ginebra que la situación en ese país es "muy grave".
Las noticias recibidas por Hammarberg confirman que más de 50 personas murieron y cerca de 100 resultaron heridas en combates librados inmediatamente después del golpe de Estado.
Desde entonces, afirmó, otras 30 personas murieron "en actos deliberados", la mayoría mientras se encontraban bajo custodia.
El ACNUR informó también el agravmiento de la situación en Kabul debido al arribo el fin de semana de más de 15.000 personas que huyen de la región norte de Afganistán.
La mayoría procedían de la ciudad de Charikar, que la semana pasada cayó en manos de los rebeldes que combaten a los milicianos de Talibán.
Unos 200.000 afganos abandonaron las zonas septentrionales para refugiarse en Kabul a partir de enero, cuando el avance de Talibán desplazó el frente de guerra al norte del país. (FIN/IPS/pc/ff/pr/97