NIGERIA: Medicinas falsas amenazan a la salud y las exportaciones

El gobierno de Nigeria admitió por segunda vez en pocos años que parte de los medicamentos que circulan en el país son falsos o adulterados, lo que podría poner en vilo a otros países de Africa occidental que importan esos productos.

El reconocimiento del problema es también un llamado de alerta a quienes compran sin prescripción médica drogas a vendedores informales debido a los altos costos de la atención de la salud.

La gubernamental Agencia de Control de Drogas y Alimentos de Nigeria (NAFDAC) reveló que en los últimos tres años se incautó de 22,9 millones de dólares en drogas falsas, lo que generó una intensa polémica.

Mojisola Bolaji lleva en la cabeza, en delicado equilibrio, una cuenca llena de botellas y paquetes que contienen medicinas de todo tipo, desde analgésicos hasta jarabes para la tos, pasando por vitaminas.

Bolaji es vendedora ambulante en Lagos. Sus clientes son pobres que no pueden pagar el costo de la atención hospitalaria.

"Me dicen 'doctora' porque les entrego medicinas. Después de atender sus quejas, les doy pastillas o cápsulas que curan sus enfermedades. Mis prescripciones han sido efectivas. Mis remedios son baratos. No es necesario que vayas al hospital para que te cures", dijo a IPS.

Las consultas a un médico cuestan por lo menos 60 centavos de dólar estadounidense en un hospital estatal, una suma que pocos pueden pagar, y entre cuatro y seis dólares en uno privado. Para que lo admitan como paciente, un nigeriano debe pagar entre 30 y 70 dólares en depósito.

Por lo tanto, muchos pobres dependen de "doctores" como Bolaji. Ella y muchos otros colegas suyos obtienen sus medicinas de comercios libres que abundan en Nigeria. En ocasiones, estos negocios, a su vez, son provistos por empresas que elaboran o importan medicinas falsas o de mala calidad.

"Nos resulta difícil aun tratar algunas enfermedades simples debido a las drogas falsas o la automedicación" que consumieron los pacientes antes de solicitar ayuda profesional, dijo Sola Olagunju, médico de un hospital privado en Lagos.

La abundancia de drogas falsas o adulteradas en este país de más de 100 millones de habitantes generó reclamos de mayor vigilancia sobre los importadores y fabricantes de estos productos.

Los industriales del sector temen que las revelaciones de la NAFDAC provoque una disminución de las exportaciones de medicamentos hacia a otros países de Africa occidental.

"La declaración de la NAFDAC podría ocasionar otra prohibición a la importación de medicamentos nigerianos por parte de países de la región", advirtió en una declaración pública la filial en Lagos de la Sociedad Farmacéutica de Nigeria (PSN).

La organización se refería a las "pérdidas colosales" que se registraron hace algunos años cuando el Ministerio de Salud de Nigeria alertó que 70 por ciento de las medicinas que circulaban en el país eran falsas. Los países de la región prohibieron entonces la importación de drogas nigerianas.

La PSN calificó de "no comprobados" y "exagerados" los datos difundidos por la NAFDAC.

El ex Jefe de Estado Mayor del ejército nigeriano general Salihu Ibrahim es hoy presidente de una compañía farmacéutica en Owerri, en el oriente del país, y manifestó su coincidencia con la declaración pública de la PSN.

De todos modos, Salihu se preguntó cómo podría la agencia gubernamental combatir contra "el gigantesco ingreso de todo tipo de drogas de todas partes del mundo", lo que atribuyó a que empresas farmacéuticas internacionales "ven a Nigeria como un basurero".

El militar retirado aseguró que la mayoría de los medicamentos falsos o adulterados se producen fuera del país, aunque coincidió que también se fabricaban en la clandestinidad dentro de Nigeria.

Salihu sugirió la prohibición de importaciones de medicamentos que pueden producirse en el país como primer paso en el combate contra la falsificación y adulteración de esas drogas.

Algunos empresarios reclamaron también campañas públicas a cargo de personal especializado para alertar de los peligros de las medicinas falsas, y sostienen que esta actividad delictiva acabaría pronto si se castigara a los fabricantes clandestinos con las sanciones que ya impone la ley.

Los condenados por la importación o distribución de drogas falsas pueden recibir una pena de entre cinco y ocho años en la cárcel, pero la ley no se ha cumplido, según la PSN.

Daniel Akoh, presidente del Instituto de Análisis Público de Nigeria, sostuvo que el problema se podría solucionar mediante la imposición del máximo castigo previsto por la ley contra los infractores y la constitución de asociaciones de consumidores.

El estado occidental de Oyo prohibió el voceo de medicamentos en ómnibus y mercados y creó una comisión de trabajo presidida por un militar para vigilar la actividad de los vendedores ambulantes y callejeros. (FIN/IPS/tra-en/to/kb/mj/he ip/97

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