El próximo secretario general de la ONU quizá no tenga la oportunidad de pasar 10 años en el cargo como los anteriores, pues una abrumadora mayoría de los países miembros aspiran a eliminar la posibilidad de reelección.
El embajador de India ante la ONU (Organización de Naciones Unidas), Prakash Shah, dijo que esa fue una de las principales coincidencias en el grupo de trabajo sobre fortalecimiento del foro mundial que copresidió en los últimos dos años.
Shah explicó que el único desacuerdo al respecto fue la extensión del período único, y que las preferencias sobre el punto variaron entre cinco y ocho años. La cuestión podría ser abordada en la próxima sesión regular de la Asamblea General, que comenzará en septiembre.
En la actualidad, el secretario general permanece en su puesto durante cinco años y puede presentarse a la reelección. Cinco de los seis jefes máximos en la historia de la ONU fueron reelegidos, y algunos de ellos duraron 10 años en el cargo.
Con la excepción del egipcio Boutros Boutros-Ghali, antecesor inmediato del actual, el ghanés Kofi Annan, los anteriores cinco estuvieron más de cinco años al frente del foro mundial. El primero fue el noruego Trygve Lie, cuyo mandato transcurrió entre 1946 y 1953.
Lie fue sucedido por el sueco Dag Hammarskjold, quien fue secretario general entre 1953 y su muerte en un accidente aéreo en Africa en 1961. El birmano U Thant permaneció en el cargo entre 1961 y 1971 y fue seguido por el austríaco Kurt Waldheim (1972- 1981) y el peruano Javier Pérez de Cuéllar (1982-1991).
La candidatura de Boutros-Ghali a la reelección el año pasado fue vetada por Estados Unidos. Cuando el diplomático egipcio asumió el cargo en enero de 1991, se comprometió a ocupar el cargo un solo período, pero cambió de parecer cinco años después.
Annan comenzó su mandato en enero y continuará en él, si nada sucede, hasta diciembre del 2002.
En un informe de 25 páginas a la Asamblea General, el grupo de trabajo sobre fortalecimiento de la ONU afirma que "la duración del período o los períodos, incluso la opción para uno único, deberá ser considerado antes de la designación del próximo secretario general".
Edward Luck, presidente emérito de la no gubernamental Asociación ONU-Estados Unidos, dijo que "si un país miembro quiere favorecer a un sobrino o favorito político en alguna posición en la ONU, es difícil para el secretario general decir que no si pretende apelar a ese país por la reelección".
"Un período único dará al secretario general mayor independencia", agregó Luck.
Shah sostuvo que la Asamblea General debería ceñirse al criterio de "buscar al mejor candidato disponible en el mundo para este trabajo" en la próxima instancia de selección del jefe de la ONU.
No debería haber condiciones ineludibles de escolaridad o geográficas para el puesto, sostuvo el diplomático indio.
"El grupo de trabajo no consideró apropiado establecer criterios obligatorios", si bien se debe evaluar "la rotación geográfica" y "la equidad de género", dijo Shah.
El intento reeleccionista de Boutros-Ghali se debió, según sus propios argumentos, a que sus antecesores europeos, asiáticos y latinoamericanos tuvieron dos períodos y que Africa debía contar con la misma posibilidad.
Tanto el Consejo de Seguridad como la Asamblea General estuvieron de acuerdo con ese criterio, y, por eso, eligieron al ghanés Annan.
El bloque de naciones asiáticas pretenden que el próximo secretario general sea de su continente, pero Europa oriental argumenta que, hasta ahora, ningún jefe de la ONU ha procedido de esa región.
Un estudio patrocinado por las fundaciones Ford y Dag Hammarskjold atribuyó el año pasado a las principales potencias mundiales manipulaciones de la elección del secretario general y postuló un período único de siete años.
"Muchos gobiernos, entre ellos algunos de los más poderosos, no quieren un líder fuerte e independiente como secretario general", según Brian Urquhart y Erskine Childers, antiguos altos funcionarios de la ONU.
Para los autores del informe, la elección del secretario general es procesada por una especie de "red de ex alumnos".
Urquhart y Erskine acusaron a las grandes potencias de favorecer un proceso que apenas procura encontrar "un candidato razonablemente aceptable que pueda superar cinco posibles vetos".
El estudio exhorta a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad a renunciar a su derecho a veto en lo que refiere a la designación del secretario general.
Esto se equilibraría con el abandono de la tradición de que ningún ciudadano de esos cinco países pueda ser candidato al cargo, agregaron los autores.
En su opinión, la Asamblea General debe ampliar el mandato del secretario a siete años, pero sin posibilidad de reelección. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/mj/ip/97