Apenas 12 millones de los más de 900 millones de habitantes de India pagan impuesto a la renta, aunque en esta capital se venden mil automóviles nuevos cada semana y un tercio de las familias de clase media cuentan con teléfono.
El ministro de Finanzas, P. Chidambaram, advirtió a las personas que hayan viajado al exterior o que cuenten con teléfono, vehículo a motor o inmueble propio que deberán pagar impuestos.
"Es inaceptable que en un país con una población tan elevada haya tan pocos contribuyentes", declaró Chidambaram.
El gobierno tiene la intención de resolver su gran escasez de recursos con un esfuerzo creíble de recolección de impuestos. Las autoridades revisaron la administración impositiva y ofrecieron una amnistía a los evasores de impuestos hasta fin de año si regularizan su situación.
Chidambaram lanzó el Plan Voluntario de Declaración de Ingresos el 18 de junio, con el fin de detener la erosión de la base impositiva atribuida a la evasión y la corrupción y aumentar la recaudación.
Las personas deben pagar 30 por ciento de sus ingresos, mientras el porcentaje para las empresas será de cinco por ciento.
Se estima que el dinero sin declarar en India asciende a la mitad del producto interno bruto del país. Unos 50.000 millones de dólares se encuentran en el exterior. En 1996, una redada policial en la residencia de un ex ministro en Nueva Delhi detectó el equivalente a 550.000 dólares, guardados en valijas.
La recaudación del impuesto a la renta ascendió a 1.200 millones de dólares este año. El gobierno anunció que las nuevas declaraciones impositivas no serán utilizadas como evidencia contra los defraudadores de impuestos.
"La confianza en el sistema tributario no puede generarse con publicidad o declaraciones altaneras. La actitud tiene que imbuir hasta el nivel más bajo de los funcionarios, donde se implementa", dijo el consultor de impuestos de Mumbay (ex Bombay), Ninad B. Karpe, a la revista Business Today.
Este no es el primer plan de declaración voluntaria que se realiza. El primero fue en 1951, seguido por diez más. El que tuvo más éxito fue el de 1985, en el cual las declaraciones ascendieron a los 3.000 millones de dólares y generó 200 millones para el gobierno.
Los detractores del plan afirman que envía un mensaje equivocado a los contribuyentes honestos. La base impositiva no incluye en la actualidad a los agricultores, que están exentos del pago del impuesto a la renta.
Los partidos de izquierda y el derechista Bharatiya Janata (BJP) calificaron el plan de "inmoral" porque ayuda a las personas involucradas en lavado de dinero y otras transacciones ilegales, mientras penaliza a los buenos contribuyentes.
"El plan asombró a los contribuyentes honestos que se sienten estafados por el gobierno al que pagan sus impuestos", sostuvo el columnista T. N. Pandey, en el diario Business Standard.
Incluso el interventor y auditor general, funcionario que controla al gobierno, sostuvo en el pasado que la declaración voluntaria no inspira confianza.
La revisión del plan de amnistía de 1990 reveló que mientras el ingreso adicional de 131 millones de dólares que consiguió el gobierno representó apenas 13,9 por ciento del impuesto, la cantidad de intereses o multas que no se cobraron ascendió a 135 millones de dólares.
El informe reveló que los defraudadores de impuestos habían lavado el dinero "negro" pagando pequeñas cantidades de "dinero de conciencia" a cambio.
El gobierno no comenta la respuesta que recibió la actual oferta de amnistía. Aun los informes más favorables sostienen que el plan atrajo solo 80 declaraciones, equivalentes a apenas dos millones de dólares en impuesto a la renta hasta la primera semana de julio.
El ministro Chidambaram advirtió de que el plan es la última oportunidad para los defraudadores de impuestos. "La campaña actual es muy suave, pero, si las personas no cumplen, el gobierno tomará fuertes medidas contra ellos", dijo.
Se preveía que el sector empresarial respondiera gracias a que el gobierno fijó las menores tasas impositivas en la historia fiscal de India y a que los empresarios tendrán inmunidad judicial.
Pero el sector privado no está dispuesto a declarar todo por temor a la ira de sus inversores, que corren el riesgo de ser perseguidos por agencias de gobierno, instituciones financieras y accionistas.
"Aunque el plan asegura completa confidencialidad, la cantidad declarada deberá incluirse en los libros de contabilidad. Ningún ejecutivo se arriesgará a ser catalogado de evasor", según T.N. Pandey.
Expertos en materia impositiva del Ministerio de Finanzas admiten que mantienen sus resquemores sobre los resultados del plan. Fuentes independiente piensan que Chidambaram tendría suerte si logra recaudar al menos un cuarto de lo planeado. (FIN/IPS/tra- en/bbp/an/aq-mj/if/97