Los ciudadanos de los países que abandonaron el comunismo en Europa han aprendido a defender sus derechos como consumidores, gracias, en parte, al alto grado de alfabetización de que disfrutan sus poblaciones.
Casi nadie en la zona de influencia de la disuelta Unión Soviética se hubiera atrevido en la era comunista a querellar en como consumidor al Estado, que entonces determinaba quién podría consumir qué y cuánto. Pero eso ha cambiado.
La no gubernamental Consumers Internacional (CI), organización con sede en Londres que tiene el objetivo de proteger los derechos de los compradores de bienes y servicios, constituyó 14 filiales en Europa central y oriental en los últimos ocho años.
La estrategia de CI es informar a los consumidores sobre sus derechos, denunciar posibles violaciones y respaldar a quienes decidan efectuar querellas en la materia. Sus filiales en esta región ya han obtenido algunas batallas legales.
Los activistas de la organización afirman que su tarea se vio facilitada por la alfabetización, que en el caso de los países que integraban la Unión Soviética fue, por paradoja, uno de los logros que se reconoce al régimen comunista.
Rimantas Stanikunas, de la Oficina de Protección al Consumidor de Lituania, informó a CI que recibió alrededor de 800 quejas y consultas, de las cuales más de 100 fueron efectuadas por instituciones. Noventa y dos por ciento de las quejas de consumidores privados procede de las ciudades.
Stanikunas estimó que "alrededor de 60 por ciento de las quejas eran justificadas y 70 por ciento se refería a la calidad de productos manufacturados, calzado en primer lugar y luego electrodomésticos y equipos de audio".
"Gracias a nuestros especialistas, muchos de esos productos pudieron ser cambiados o los vendedores devolvieron el dinero", agregó.
En la República Checa, los grupos de consumidores tuvieron éxito al reclamar pruebas de calidad a artículos tan variados como aspiradoras, patinetas, pelotas, automóviles, televisores, ropa interior, calzado y refrigeradores.
Anna Fiedler, funcionaria de CI a cargo del análisis de Europa central y oriental, atribuyó los avances en el reconocimiento de los derechos del consumidor en Europa oriental y central al alto nivel de alfabetización.
"Uno de los mayores logros de la disuelta Unión Soviética fue una alfabetización de casi 100 por ciento. Aun los nómadas que viven en los desiertos saben leer y escribir", dijo Fielder a IPS.
Los habitantes de la región no estaban acostumbrados a los productos de lujo antes de la caída del comunismo, ni siquiera a elegir los bienes que consumirían.
"Lo habitual era hacer cola, aunque el estado cubría todas las necesidades básicas de los ciudadanos. No había desempleo, el sistema de salud era bueno y la educación, gratuita", explicó.
Ahora, una nueva cultura consumista se apodera de las naciones de la antigua Unión Soviética y lo que fue su zona de influencia, lo que se relaciona con la difusión de los avisos comerciales de radio y televisión.
"Mi hermano es víctima de los avisos de televisión en Rumania. Trata de comprar todo lo que aparece en la pantalla", se lamentó Fielder.
Chris Evans, también funcionario de CI, sostuvo que el objetivo de la organización es crear una "tercera fuerza" para luchar por el reconocimiento de los derechos del consumidor.
"Junto a las empresas y los gobiernos necesitamos una tercera fuerza. Eso somos nosotros, las organizaciones de consumidores", dijo Evans a IPS.
CI fue fundado en 1960 con el nombre de Organización Internacional de Uniones de Consumidores (IOCU, por sus siglas en inglés), y reunía varios grupos pequeños que creían que obtendrían fuerza si construían vínculos que cruzaran las fronteras nacionales.
La organización creció con rapidez y fue reconocida como voz del movimiento internacional de consumidores en cuestiones tan diversas como control y estimación de calidad, ambiente, salud y políticas sociales.
La IOCU adoptó en 1995 el nombre de Consumers International, y hoy tiene cinco organizaciones regionales y más de 200 grupos miembro en más de 80 países, informó Alina Tugend, encargada de prensa y publicaciones. (FIN/IPS/tra-en/mn/mk/mj/if/97