El incremento de la pesca ilegal y el turismo registrado en los últimos siete años son los problemas más graves que enfrenta el archipiélago ecuatoriano de Galápagos, patrimonio natural de la humanidad, señala un informe difundido hoy.
El documento es resultado de una larga investigación realizada por la Fundación Natura de Ecuador y el Fondo Mundial para la Naturaleza.
Destaca que mientras la pesca ilegal y el turismo se incrementaron sustancialmente de 1989 a 1996, los recursos destinados a la preservación de las islas se mantuvieron estables.
En ese período se registraron un total de 141 denuncias por la pesca ilegal de especies como atún, langosta y pepino de mar, aunque la mayor parte de las denuncias corresponden a los tres últimos años.
De 23 embarcaciones que se detectaron realizando actividades ilícitas sólo cinco correspondían a Ecuador, mientras que el resto navegaba con banderas de otras naciones.
"El aumento de las denuncias se puede explicar, en parte, por una mayor conciencia de la población. Sin embargo, es evidente que conforme pasa el tiempo la pesca ilegal tiende a incrementarse", consideró Teodoro Bustamante, director de la Fundación Natura.
Si en la década anterior la pesca ilegal de langosta era la más común, ahora es la de pepino de mar la que más preocupa a las autoridades, ya que este producto tiene gran demanda en países asiáticos como Japón, Corea y Taiwan, dijo Eliécer Cruz, director del Parque Nacional Galápagos.
El 97 por ciento de la superficie del archipiélago de Galápagos, una de las 21 provincias del Ecuador, es parte del Parque Nacional.
Una de las soluciones para reducir el problema de la pesca ilegal, según Bustamante, sería la destinación de mayores fondos para el Parque, lo que permitiría contar con una flota más grande encargada de vigilar las costas.
De los 228 millones de dólares generados entre 1992 y 1996 por el turismo al archipiélago el Parque Nacional sólo obtuvo 3,1 por ciento. De esa proporción se destina en promedio 4,7 por ciento a la protección de los recursos marítimos.
"Los recursos que se otorgan a la conservación del patrimonio natural son excesivamente bajos en comparación a lo que generan por las actividades turísticas", señaló Bustamante.
Los problemas generados por el turismo radican en que es cada vez más masivo y en la concentración de los visitantes en pocos centros de atracción.
De acuerdo al informe, 68 por ciento de la población insular se dedica a las actividades turísticas, que se nuclean principalmente en la Isla Santa Cruz, la más habitada del archipiélago.
En 1974 el plan de manejo del Parque Nacional estableció un límite anual de 12.000 turistas. En 1978 los visitantes fueron más de 25.000.
En 1991, las autoridades impulsaron el llamado Plan Global de Manejo Turístico de Galápagos, que suprimió el tope de turistas pero optó por promover una desconcentración de los puntos visitados, un aspecto que no se ha cumplido de acuerdo al estudio. (FIN/IPS/mg/dg/en/97