Las guerras no solo destruyen vidas y sociedades. También provocan el desvío de los escasos recursos destinados al desarrollo a largo plazo a la ayuda de emergencia, alertó hoy el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
En su informe anual Progreso de las Naciones, UNICEF observó que la asistencia humanitaria se quintuplicó, lo que se atribuye al resurgimiento de guerras civiles y conflictos étnicos en Asia, Africa, Medio Oriente, Europa y las antiguas repúblicas soviéticas.
Las asignaciones gubernamentales para mantener la paz y los aportes para asistencia humanitaria de emergencia aumentaron de menos de 2.000 millones de dólares en 1985 a 10.000 millones en 1994, según el informe.
"En la última década, la ayuda para el desarrollo ha sido desviada hacia la asistencia de emergencia pero ni siquiera los recursos con este fin alcanzaron para satisfacer las necesidades de la gente", aseguró UNICEF.
En 1985, las asignaciones para ayuda de emergencia y operaciones de paz eran equivalentes a cinco por ciento de la ayuda total que los países industriales otorgaban al desarrollo.
En 1994, estos fondos habían alcanzado más de 16 por ciento de la ayuda total. En la actualidad, la asistencia oficial al desarrollo que los países del Norte industrializado brindan a los del Sur equivale cada año a entre 50.000 y 55.000 millones de dólares.
"Esto significa que decenas de miles de millones de dólares que podrían haberse utilizado para el desarrollo a largo plazo fueron desviados para ayudar a aliviar los costos humanos de la guerra", señaló el informe.
El mayor pedido de asistencia humanitaria lo realizó la antigua Yugoslavia, que solicitó 800 millones de dólares en 1996 y 1997.
En segundo lugar figuró la solicitud de ayuda de emergencia por 565 millones de dólares para los países de la zona de los Grandes Lagos africanos, entre ellos Ruanda y Burundi.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) también solicitó 205 millones de dólares para el este de Zaire, 201 millones para Angola, 134 millones para el Cáucaso, 124 millones para Afganistán, 115 millones para Liberia y 99 millones para Irak.
Sin embargo, UNICEF afirma que la respuesta de los países donantes entre 1992 y 1996 fue 28 por ciento menor, en promedio, a los pedidos de emergencia efectuados por la ONU.
Los aportes no alcanzaron las cantidades requeridas en 13 de los 14 pedidos destinados a otros tantos países en 1996 y 1997. La respuesta en el caso de Irak fue casi 60 por ciento menor a lo solicitado, señaló UNICEF.
UNICEF y otras agencias de la ONU afirman que intentan integrar los programas de emergencia a esfuerzos de desarrollo a largo plazo. "Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, los conflictos socavan el desarrollo", explica el informe.
Yasushi Akashi, subsecretario general para Asuntos Humanitarios de la ONU, dijo que uno de los problemas más difíciles en la práctica es "el descarado desprecio que los bandos en guerra tienen hacia los valores humanos más fundamentales".
El trabajo de los voluntarios fue "difícil y a menudo peligroso", y las agencias "aprendieron a la fuerza que la asistencia puede convertirse con facilidad en un instrumento de guerra", declaró Akashi al Consejo Económico y Social (ECOSOC) la semana pasada.
La comunidad internacional, sigue presenciando crisis y conflictos que requieren asistencia para millones de personas desplazadas y afectadas por la guerra, observó Akashi.
"Las viejas crisis continuaron o reaparecieron mientras surgían nuevas. Las agencias humanitarias hicieron lo máximo que pudieron", añadió.
En un informe al ECOSOC, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo que la asistencia humanitaria en las zonas críticas no solo exige un eficiente sistema de servicios de alivio sino la capacidad para proteger a las poblaciones vulnerables para que puedan sobrevivir en un ambiente hostil.
"También requiere la capacidad para evitar convertirse en sustituto de la acción necesaria para erradicar las raíces del conflicto. La acción humanitaria se enfrenta al abuso, la distorsión y el cinismo", dijo Annan.
En un paquete de reformas de la ONU presentado la semana pasada, Annan propuso la creación de una nueva Oficina del Coordinador de Alivio de Emergencia y la eliminación del Departamento de Asistencia Humanitaria.
El objetivo es evitar la duplicación y coordinar mejor la asistencia de emergencia que los fondos, programas y agencias del foro mundial manejan en la actualidad.
La representante de Estados Unidos Melinda Kimble declaró ante la sesión del ECOSOC que "el status quo de los proyectos humanitarios no era aceptable en la práctica" y que "el Departamento de Asistencia Humanitaria no debe resurgir" con otro nombre.
"El Coordinador de Alivio de Emergencia debe tener un papel integral para asegurarse que los esfuerzos sean eficientes y efectivos, y debe viajar con frecuencia al terreno para adquirir una idea clara de cómo evolucionan las operaciones", agregó. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/aq-mj/dv/97