El drama de 62 mexicanos, la mayoría sordomudos, que eran tratados como esclavos por traficantes de indocumentados en Estados Unidos es apenas una de las múltiples expresiones de un negocio criminal que mueve millones de dólares al año.
La policía de Nueva York descubrió el sábado 19 la existencia de una organización que obligaba, con amenazas, golpes y agresiones sexuales, a decenas de sordomudos, entre ellos 10 niños, a mendigar y vender llaveros y plumas en las calles de esa ciudad estadounidense.
Los "polleros", como se conoce en México a quienes trafican con personas que buscan ingresar a Estados Unidos, mantenían a 44 de los indocumentados en un departamento de cuatro habitaciones y un baño y a otros 18 en un vivienda de dimensiones similares.
"Es un caso muy dramático y lo estamos siguiendo en detalle para que nuestros compatriotas puedan regresar sin mayores problemas a sus lugares de origen", dijo este lunes el embajador de México en Estados Unidos, Jesús Silva-Herzog.
A través de notas escritas y lenguaje de señas, los mexicanos explicaron a la policía que se les obligaba a trabajar para pagar el pasaje y los gastos de su traslado a Estados Unidos.
Juana García, madre de Ismael Santiago, un sordomudo de 22 años que fue encontrado en una de las casas de la organización de "polleros", explicó en entrevista con una radioemisora de la capital mexicana que su hijo viajó a Estados Unidos en 1996, luego de contactar a un supuesto empresario, también sordomudo.
Según autoridades, existen más de 150 organizaciones delictivas mexicanas que por pagos millonarios desplazan cada año a miles de indocumentados de América Central y México hacia diversas ciudades de Estados Unidos.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) afirma que el tráfico de personas es un negocio que produce ganacias por alrededor de 7.000 millones de dólares anuales, lo que coloca a esa actividad en el rango de otras ilegales como el contrabando de armas y la trata de blancas.
Se calcula que cada minuto un indocumentado de algún país de América Latina intenta cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. Un 80 por ciento de ellos lo hace bajo las órdenes de un "pollero".
"Los polleros tienen redes desde América Central hasta Canadá. Estos criminales van hasta las casas de los interesados y por una fuerte cantidad de dólares les prometen viaje y trabajo en Estados Unidos", señala un estudio de la no gubernamental Academia Mexicana de Derechos Humanos.
A pesar de que entre los gobiernos de Estados Unidos y México se mantiene una coordinación estrecha para combatir a las mafias de traficantes y se endurecen las sanciones penales a quienes cometan ese tipo de delitos, la actividad se mantiene sin mayores cambios, asegura la Academia.
Víctimas de golpizas, discrminación y abusos, los indocumentados pagan hasta 10.000 dólares por trasladarse desde un país centroamericano hasta el sur de Estados Unidos.
Los más pobres viajan escondidos en trenes de carga, mientras otros se juegan la vida en pequeñas lanchas o en largas caminatas a través de zonas desérticas, donde quedan expuestos a morir por hambre o por la acción de bandas delictivas.
Documentos internos de las secretaría de Gobernación (Interior) de México difundidos en mayo de 1996 indican que muchos de los "polleros" son apoyados por agentes del Instituto Nacional de Migración.
Cuando los indocumentados llegan a Estados Unidos, donde reside 95 por ciento de los mexicanos que están en el extranjero, son contratados por empresarios que mantienen tratos con "polleros" o quedan en total abandono y expuestos a abusos de todo tipo, incluidos los de las policía.
"El caso de los sordomudos es muy grave", pero también lo es el de otros indocumentados que, sin saberlo, están sufriendo mucho en Estados Unidos, señaló el arzobispo de México, Norberto Rivera.
"México es un importante centro de tránsito y destino para migrantes objeto de tráfico", indica la OIM. (FIN/IPS/dc/dg/pr-ip-hd/97)
