El xoloitzcuintle, un perro prehispánico en peligro de extinción en México, rodeado de mitos y discriminación, es el centro de una exposición sin precedentes en este país que se inauguró el día 24.
La muestra, titulada "El xoloitzcuintle en la historia de México", incluye figuras de barro, datos sobre la historia del perro, con más de 2.000 años de antigüedad, fotos, pinturas y hasta esqueletos encontrados en tumbas de caciques indígenas.
"Buscamos revalorizar al animal símbolo de la historia e identidad mexicana", dijo a IPS Raúl Valadez, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La exposición, que tiene lugar en el museo Dolores Olmedo de la capital, es la primera que se realiza con el objetivo de rescatar la presencia de un perro al que adoraron los indígenas.
Sin pelo, de color negro o rojizo, y de no más de 40 centímetros de altura, el perro prehispánico aún puede ser visto en zoológicos e incluso en algunas casas particulares, de personas acaudaladas, intelectuales o artistas.
La exposición es producto de seis meses de investigaciones antropológicas, biológicas e históricas, señaló Valadez, quien añadió que con ella se ha llenado un vacío, pues nunca se había hecho un estudio multidisciplinario del xoloitzcuintle".
En una parte de la muestra se exhiben piezas de barro de más de 1.500 años de antigüedad, que presentan al xoloitzcuintle como símbolo, deidad y protector. Varias de las figuras representan al perro en actitudes propias de seres humanos, bailando o caminando en dos patas junto a su amo.
En otra sección se puede ver su esqueleto, cuadros de los pintores Diego Rivera y Frida Kahlo donde aparece el animal, fotografías y esculturas. En total son 80 piezas.
El animal fue perseguido durante la época colonial, pues los españoles lo asociaban a prácticas religiosas paganas, y además se los mataba masivamente por temor a las infecciones y la rabia.
Los que lograron sobrevivir fueron los que junto a sus amos huyeron de las zonas de presencia española y se refugiaron en el campo.
"Por diferentes circunstancias históricas, el xoloitzcuintle ha llegado a nuestros días como una especie sin el valor que merece", expresó Valadez.
El experto indicó que actualmente existen pocos "perros pelones (sin pelo)" en México, pues siempre fueron considerados animales feos o sólo para exhibición.
Los xoloitzcuintle, cotizados en más de 1.000 dólares en el extranjero, aún pueden verse en poder de algunos campesinos o incluso como perros callejeros en el noroeste de México, en las costas del Pacífico.
Y aún son venerados en algunas poblaciones. En la zona de Xochimilco, vecina a la capital, se considera al pequeño perro un guía de los hombres cuando mueren, mientras que en la oriental ciudad de Tlaxcala, se lo valora como un ahuyentador de "malos espíritus".
En excavaciones realizadas en zonas donde vivieron indígenas se han encontrado tumbas humanas, donde el muerto aparece acompañado de su perro.
Las investigaciones indican que el animal era comido, en forma excepcional, en actos religiosos cuyo objetivo era pedir a los dioses por la fertilidad de la tierra.
Mientras permanezca abierta la exposición sobre el xoloitzcuintle se realizaran talleres y seminarios para estudiantes sobre la vida de los antiguos animales domésticos y los mitos que los rodean. (FIN/IPS/dc/ag/cr/97
