AMERICA LATINA: OIT pide bajar el listón de exigencias a empresas

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) planteó que "se baje el listón" de exigencias legales a las empresas en América Latina, para enfrentar el atosigante fenómeno del sector informal, que nutre 57 por ciento del empleo.

"El reto es formalizar esa ingente masa de latinoamericanos para lograr que alcancen la ciudadanía económica", dijo Daniel Martínez, de la oficina regional de la OIT, durante una reunión en el Sistema Económico Latinoamericano (SELA), en Caracas.

Martínez explicó que hay que "repensar" cómo enfrentar un problema que aumentó en medio del actual período de crecimiento económico, y planteó que la legislación vigente en la región "puso el techo muy alto incluso para las empresas formales".

La OIT, sintetizó, considera que los últimos siete años han sido malos para el empleo en América Latina, porque la política de estabilización económica anuló muchos de los beneficios esperables por la flexibilización de las condiciones laborales.

Un estudio realizado por la OIT en cuatro países representativos de la región mostró que sólo la mitad de las microempresas pueden cumplir con las exigencias legales.

El análisis basado en datos de Chile, Colombia, Jamaica y Perú también mostró que si todas las microempresas pasaran a cumplir con la totalidad de los requisitos legales, sólo sobreviviría el 15 por ciento.

La OIT, cuya sede regional está en Lima, dijo ante ministros y representantes gubernamentales de los 27 países miembros del SELA que en 1980 eran 40 de cada 100 trabajadores los que estaban en el sector informal, mientras que ahora ese nivel llegó a casi 60.

De hecho, en esta década, 83 por ciento del empleo creado lo ha sido fuera del circuito formal, mientras el sector más moderno de la economía bajó de capturar 51 por ciento de la mano de obra a 44 por ciento. El empleo público suma 13 por ciento el total.

En promedio, los ingresos en el mercado informal "pasan con apuro el nivel del salario mínimo", que se une a su poco valor productivo, además de que se trata de una ocupación basada en compartir la demanda que existía.

"Donde antes había dos vendedores de tomate, ahora hay tres, que se reparten la misma demanda", acotó Joseph Ramos, de la Comision Económica para América Latina (CEPAL), quien analizó junto con Martínez el impacto del crecimiento económico en el empleo, como parte de un foro sobre políticas industriales.

En 1990, la desocupación regional era de 5,7 por ciento, mientras este año supera el nivel de ocho por ciento, ya que la generación de empleo crece a una tasa de 2,9 por ciento y la de la población a un ritmo de 3,3 por ciento.

Un elemento positivo dentro de la mala evolución del mercado laboral, destacaron Martínez y Ramos, es que la mujer incrementó su presencia en el circuito del trabajo como nunca antes, así sea en parte porque la familia no puede sostenerse con un sólo ingreso.

Pero ello aumentó el desempleo general y la informalidad.

Para el asesor especial de la OIT, cualquier estrategia de crecimiento que no se plantee otorgar lo que definió como ciudadanía económica al explosivo ejército de precarizados trabajadores, no puede llamarse tal.

Pero es difícil que la situación se revierta cuando la legislación vigente para las empresas es tan exigente, con nuevas y combinadas cargas tributarias, administrativas y de obligaciones laborales.

Citó como "un enfermante círculo" que el poder central haya reducido los aportes fiscales a los municipios, lo que llevó a éstos a crear una serie de impuestos locales para obtener ingresos, que se suman a crecientes gravámenes generales.

Puso como ejemplo un impuesto de siete por ciento del salario para un fondo de vivienda en Perú, cuyo destino se desconoce, como admitió el propio presidente Alberto Fujimori.

Aseguró que la OIT llegó a la conclusión que por lo ingente de la precarización laboral, soluciones como la creación de microempresas o el mayor acceso al crédito y la capacitación de los informales no son sino gotas en el océano.

Lo que hay que hacer es "bajar sensiblemente para los formales" las demandas en materia de trámites administrativos, impuestos generales y locales y obligaciones laborales, porque eso hará que "los informales queden más cerca del listón".

Así, aseguró Martínez, se promoverá que los informales "se animen a hacer el esfuerzo de formalizarse y alcanzar la ciudadanía económica, que es lo que va a permitir que tengan acceso a todos los instrumentos de promoción del desarrollo". (FIN/IPS/eg/jc/pr-lb/97

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