Líderes empresariales, civiles y políticos participantes en la Cuarta Cumbre Afro-Afroestadounidense que finalizó hoy en Zimbabwe subrayaron la necesidad de desarrollar lazos económicos que unan Africa y América.
Más de 1.000 delegados recomendaron un acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y Africa subsahariana, y estimular las relaciones entre esta región y los americanos de origen africano.
Asimismo, sugirieron la creación de un directorio de empresas en Africa, América del Norte y el Caribe, para fortalecer los lazos entre empresarios.
La Declaración de Harare, que puso fin a la cumbre, iniciada el 22 de julio, se refirió al compromiso de los participantes "de intensificar la integración económica africana para identificar mercados viables, estables y confiables para la inversión extranjera y la industrialización" de los países africanos.
En la conferencia participaron jefes de Estado de Senegal, Botswana y Swazilandia, el primer ministro de Angola y delegaciones de Gabón, Costa de Marfil y la Organización de la Unidad Africana (OUA), y empresarios de Africa y América.
Las referencias al pasado y el tráfico de esclavos fueron evitadas en la agenda de la cumbre, aunque convocó a africanos y personas de origen africano del otro lado del Océano Atlántico.
Las discusiones abordaron también temas como democracia y paz, sida, derechos de la mujer, prensa, comunicaciones, seguridad alimentaria y eliminación de la pobreza.
Los delegados prometieron respaldar esfuerzos para fortalecer el sistema educativo africano, "como una importante contribución al proceso de construcción de la paz, el fortalecimietno de la sociedad civil y el desarrollo socioeconómico y político del contintente".
"Debemos reconectarnos a través de más ayuda y desarrollo, y por fórmulas de desarrollo mutuo", dijo Jesse Jackson, reconocido defensor de los derechos civiles y ex precandidato presidencial del Partido Demócrata de Estados Unidos.
"Nuestro parentesco no sólo está en la etnicidad, sino también en la ética, en el carácter, en los valores humanos. Radica en los valores compartidos, no para que algunos pocos ricos se emborrachen con el poder, sino para erradicar la desnutrición y el analfabetismo", agregó Jackson.
Los participantes también identificaron las malas condiciones de la infraestructura en muchos países africanos como un obstáculo a la inversión y el desarrollo a ser eliminado, y recomendaron que el gobierno de Estados Unidos ayude a desarrollar sectores como telecomunicaciones, redes viales y vías férreas en Africa.
El secretario de Transporte de Estados Unidos, Rodney Slater, aseguró que Washington intenta promover el desarrollo de Africa, y señaló como evidencia de ello una iniciativa legislativa anunciada pocas semanas atrás por el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.
"Para los países que están liberalizando sus economías, rompiendo barreras comerciales y abriendo mercados, la iniciativa del presidnete ofrecerá acceso sin precedentes a los mercados de Estados Unidos", dijo este viernes Slater.
La iniciativa "aumentará la inversión privada en Africa mediante la creación de garantías de préstamos a través de la Corporación de Inversión Privada y aportando 650 millones de dólares en fondos para infraestructura", explicó.
Así mismo, Jackson destacó que el gobierno de Clinton pone más énfasis en sus relaciones con Africa. El presidente de Estados Unidos, que visitará "próximamente" el continente, "contempla Africa como una tierra de futuro, y no de problemas".
Clinton "pretende una relación bilateral basada en la cooperación y no en el paternalismo", aseguró Jackson, copresidente de la delegación de Estados Unidos a la reunión de Harare.
En opinión de Jackson, resulta indispensable una nueva relación entre Africa y Estados Unidos, ya que los estadounidenses están en deuda con los africanos.
"Africa es el acreedor, y Estados Unidos, el deudor", dijo Jackson. Los esclavos africanos contribuyeron al desarrollo de Estados Unidos, y luego, empresas estadounidenses se enriquecieron con materias primas y petróleo obtenido en Africa, señaló.
"Los opulentos barones petroleros de Texas obtuvieron más beneficios del petróleo de Africa que las masas africanas", agregó.
"Las corporaciones que extrajeron crudo y minerales (de Africa) tienen que adoptar una política de reinversión. Chevron, Texaco, Gulf, Shell, los industriales y las empresas de telecomunicaciones deben participar" del nuevo esquema de coooperación, afirmó Jackson.
La Declaración de Harare también compromete a los jefes de Estado y de gobierno de Africa, a Estados Unidos y a las organizaciones afro-estadounidenses, a trabajar por la integración económica de Africa y la reducción de la deuda del continente.
Como resultado de las tres primeras cumbres, fueron condonadas deudas de los países africanos por más de 60.000 millones de dólares.
Las cumbres también fueron antesala de inversiones superiores a 500 millones de dólares y promovieron el llamado programa de los 1.000 maestros para Africa, que comprende la participación de 450 instructores en el mejoramiento del sistema de educación de 10 naciones africanas.
Así mismo, 250 ejecutivos del sector financiero reclutados en todo el continente participan en un programa de entrenamiento en gestión bancaria.
Las cumbres Afro-Afroestadounidenses se han realizado cada dos años desde 1991, a iniciativa de Leon Sullivan, líder de derechos humanos en Estados Unidos.
Su objetivo principal consiste en estrechar los lazos históricos de amistad y solidaridad entre los africanos y los afroestadounidenses y contribuir al desarrollo de Africa. (FIN/IPS/tra-en/lm/kb/lp-ff/ip/97