AMERICA: La OEA a la hora de las reformas

Aunque dos temas políticos, corrupción y derechos humanos, dominen la reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA) que se lleva a cabo en Perú, tal vez el resultado más importante de la cita se vea en el plano institucional: la reforma de los mecanismos del organismo.

El tema de la reforma de la OEA, que se discute discretamente, fue anticipado por su secretario general, el ex presidente de Colombia César Gaviria, como una respuesta necesaria a los nuevos vientos que soplan en la comunidad internacional.

Cancilleres de 34 países de la región y alrededor de 600 invitados se reunen desde hasta este jueves en medio de estrictas condiciones de seguridad, en el Hotel Oro Verde y en el vecino colegio religioso Santa Ursula, ubicados en el residencial barrio limeño de San Isidro.

"Por primera vez en una reunión de la Asamblea General de la OEA, las credenciales de prensa no sirven para abrir puertas sino para cerrarlas", se quejó al respecto un corresponsal extranjero.

El ejército custodia el orden en las calles de San Isidro, aduciendo que hace poco más de un mes sus tropas "debieron" rescatar militarmente a 72 diplomáticos, funcionarios y empresarios secuestrados por un comando guerrillero en la embajada de Japón.

La situación de riesgo potencial en Lima indujo a la OEA a difundir entre sus funcionarios que asisten a la Asamblea una cartilla de instrucciones que recomienda "poner al día sus documentos importantes" y tal vez hacer testamento, antes de venir a esta ciudad.

Algunos de los cancilleres asistentes, como Guido Di Tella, de Argentina, y Ricardo Alberto Arias, de Panamá, retornaron ya a sus países de origen, pero antes suscribieron el "Compromiso de Lima: Hacia una cultura de paz y desarrollo en las Américas".

El referido documento reafirma la intención de los estados miembro de combatir y erradicar la corrupción, el terrorismo y el tráfico ilícito de estupefacientes, así como promover la consolidación de la democracia, el respeto de los derechos esenciales de la persona y la modernización del Estado.

Se remarca también que el respeto a los tratados, la limitación de los armamentos convencionales y la solución pacífica de las controversias entre países permitirán a la OEA cumplir su papel de instrumento principal para la consolidación de una nueva relación hemisférica basada en la cooperación.

En la segunda cumbre hemnisférica, que se realizará en Santiago en marzo de 1998, se evaluarán y perfeccionarán los mecanismos de concertación aprobados en Lima y en citas anteriores.

La presidencia de la 27 Asamblea de la OEA recayó en el canciller peruano Francisco Tudela, herido durante su rescate en la embajada de Japón, aplaudido cuando hizo su aparición en silla de ruedas.

Tudela dijo en su discurso que "la corrupción política y el terrorismo son ataques directos contra la estabilidad democrática y contra la vigencia de los derechos humanos en el hemisferio"

Los cancilleres de Ecuador, José Ayala, México, Miguel Angel Gurria, y Venezuela, Miguel Angel Burelli, y el propio Tudella depositaron los instrumentos de ratificación por sus países de la Convención contra la Corrupción, aprobada en Caracas en marzo de 1996.

Por su parte, el canciller haitiano Fritz Longchamp entregó el documento de ratificación de su país de la Convención "Belem do Para", por el que los estados de la OEA se comprometen a erradicar la violencia contra la mujer.

Gaviria expresó en un aparte con un grupo de periodistas que "la Asamblea que se realiza en Lima es una ocasión para avanzar pasos concretos y amoldarse a las nuevas necesidades mundiales".

El secretario de la OEA recibió de México y Perú propuestas de reformas institucionales que harían más flexible y dinámica la función de la OEA.

Fuentes de la Cancillería local informaron a IPS que la propuesta peruana de modernización de la OEA consiste en un reforzamiento de los mecanismos de consulta presidenciales.

México, según otras fuentes, formula una propuesta más radical que consiste en convertir a la OEA en una especie de "secretaría ejecutiva" de citas cumbres, que deberían efectuarse más seguidamente.

Enrique Iglesias, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID, entidad que por primera vez participa en una Asamblea de la OEA) tocó indirectamente el tema de la necesidad de efectuar reformas institucionales.

Iglesias instó a los cancilleres asistentes a promover el fortalecimiento de los vínculos con la Organización Mundial del Comercio (OMC) y "aprovechar la nueva visión de Estados Unidos sobre el mercado latinoamericano". (FIN/IPS/al/dg/ip/97

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