Organizaciones y autoridades de Africa Austral acusaron a grupos defensores de los derechos de los animales de darles prioridad ante el desarrollo de las poblaciones humanas.
La acusación fue hecha durante la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), celebrada en esta capital desde el 9 hasta el 20 de junio.
El ministro de Medio Ambiente y Turismo de Zimbabwe, Chen Chimutengwende, dijo a IPS, sin mencionar ninguna organización en particular, que algunos grupos de defensa de los derechos animales son "fanáticos amantes de los animales".
"Prefieren los animales a los seres humanos, y algunos afirman que el elefante es tan inocente que no debe matarse. Quieren que Africa sea preservada como gran parque nacional para visitar y ver especies silvestres y gente negra, como en un zoológico", acusó Chimutengwende.
Acusando a grupos occidentales de utilizar su poder para "maltratar a los africanos", el ministro dijo que "ese es el problema de ser un pequeño país. No podemos ir a Estados Unidos y decirles cómo criar pollos o gatos, pero ellos pueden venir y decírnoslo".
Zimbabwe, Botswana y Namibia pretenden que CITES prohiba el comercio de elefantes y productos de elefantes, una disposición retirada por la conferencia. No obstante, los tres países proponen la regulación de este comercio.
La afirmación de que los grupos occidentales defensores de animales los prefieren a las personas se ha escuchado a menudo en los corredores de la 10 Conferencia de las Partes de CITES (COP10).
Pero los defensores de los animales la creen injusta.
"Estamos en una convención legal para discutir sobre poblaciones animales", protestó Jared E. Blumenfeld, consejero del Fondo Internacional por el Bienestar de los Animales (IFAW), con sede en Estados Unidos, y añadió que "hay una amplia gama de organizaciones y convenciones que se ocupan exclusivamente del bienestar humano".
No obstante, Blumenfeld admitió que "si no tenemos en cuenta las preocupaciones humanas, nuestros intereses" no se cumplirán, y recordó que recientes encuestas demuestran que 80 por ciento de la gente en Estados Unidos se opone a la matanza de elefantes, cualquiera sea el motivo.
En respuesta a la acusación según la cual los grupos como su organización tienden a situar a los animales en un lugar privilegiado ante los humanos, el activista preguntó "¿Quién ocupa el primer lugar entre tu primer hijo y tu segundo hijo?".
Wayne Pacelle, de la Sociedad Humana de Estados Unidos (HSUS), dijo que "ambos objetivos de protección del bienestar humano y animal son mutuamente compatibles".
Pero Lamson Maluleke, quien representa a comunidades sudafricanas en la reunión de CITES, aseveró que los intereses de los defensores de animales "van en contra de los intereses de la población local".
"Nosotros somos quienes estamos afectados por compartir la tierra con la vida silvestre. Los animales sobreviven gracias a nosotros, por lo tanto, a cambio sentimos que tenemos que beneficiarnos de ellos", dijo Maluleke.
La genuina protección de elefantes o recursos naturales "no puede hacerse desde un rincón alejado", sólo es posible hacerlo "con el apoyo y la asistencia de comunidades que conviven con esos animales", destacó Taperandava Maveneke, director ejecutivo del Programa de Gestión de Areas Comunales para Recursos Indígenas (CAMPFIRE).
En países de Africa Austral, las áreas en que aún se encuentran huellas de recursos naturales y especies salvajes son sitios donde las actividades agrícolas son marginales y las comunidades llevan modos de vida basados en la subsistencia, subrayó Maveneke.
"La venta de productos de elefantes y otros recursos naturales sólo tiene por objetivo las ganancias", añadió, y dijo que "esta es la razón por lo cual tenemos la oposición de estos colonialistas ambientalistas y fundamentalistas".
"Lo que están haciendo es llegar por la puerta trasera para controlar y dictar a Africa y los africanos lo que tienen que hacer, como sucedía en los años '60", sostuvo el activista. (FIN/IPS/tra-en/lm/kb/lp/en/lp/97