SUDAN: El gobierno procura unidad territorial a punta de pistola

Un grupo que lidera el vicepresidente de Sudán y cuyo objetivo es mantener la unidad territorial del país aun por la fuerza anunció que entrenará a partir de esta semana a pobladores del sur para luchar contra los rebeldes secesionistas.

El flamante Frente Interno del Sur de Sudán (SSIF) incluye entre sus principales figuras al vicepresidente George Kongor Arop, los gobernadores de los diez estados del sur, ministros federales, parlamentarios y altos funcionarios del gobierno.

Pero este grupo incrustó una cuña entre el gobierno y los grupos secesionistas que firmaron en abril un acuerdo de paz con el régimen fundamentalista islámico de Omar Hassan Al Bashir. El pacto prevé que la ciudadanía de la región solucionará el asunto en las urnas dentro de cuatro años.

Una declaración del SSIF que circuló el domingo anuncia que el frente planea movilizar y brindar entrenamiento militar a partir de esta semana a habitantes del sur de Sudán fieles a Jartum, en previsión de eventuales enfrentamientos armados con rebeldes secesionistas de esa región.

"La meta de este frente es la unidad de la nación, la unidad de nuestro pueblo, que ha sufrido durante los 42 años pasados desde la independencia", sostiene la declaración del SSIF.

"El sur de Sudán se compone de tribus y, si se permite la constitución de un estado (independiente en el sur), nos mataremos entre nosotros", dijo Lino Rol, ex secretario general del estatal Consejo Supremo para la Paz, quien integra el nuevo grupo.

Lino, quien se convirtió al Islam el año pasado, dijo que el SSIF se opone a la creación de un estado en el sur de Sudán, idea que es defendida por grupos rebeldes que firmaron el mes pasado un acuerdo de paz con Jartum.

En el sur predominan frente a los musulmanes las religiones tradicionales animistas y el cristianismo, a quienes ha hostigado el régimen que encabeza el Frente Nacional Islámico (NIF).

La participación del vicepresidente Kongor Arop deja en evidencia la intervención del gobierno en la creación del SSIF, dijo a IPS un dirigente político procedente del sur de Sudán que reclamó reserva sobre su identidad.

"Las fuerzas del SSIF se comprometieron a combatir contra aquellos que se declararon separatistas, como Riek Machar", uno de los firmantes del acuerdo de paz con el gobierno de Omar Hassan Al Bashir, alertó el informante.

Machar, líder del Ejército Independiente del Sur de Sudán (SSIA), encabeza el recién fundado Frente Unido de Salvación Democrática (UDSF), compuesto por su grupo armado y las restantes seis facciones que firmaron en abril el acuerdo de paz.

El pacto establece que el sur del país será administrado por los propios residentes de la zona durante los cuatro años, al cabo de los cuales la ciudadanía irá a las urnas para decidir si permanecen en Sudán o conforman un estado independiente.

Un dirigente del UDSF dijo a IPS que los antiguos rebeldes aún aguardan que el gobierno implemente sus compromisos. "Lo primero que queremos ver es quién violará el pacto", sostuvo.

La debilidad del acuerdo radica en que no figura entre sus firmantes el principal grupo rebelde del país, el Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán (SPLA) que lidera John Garang, que ha combatido por un estado secular e igualitario desde 1983.

La creación del nuevo frente generará, al parecer, más divisiones en el ya convulsionado mapa político del sur.

Varias facciones del SPLA, entre ellas la liderada por Machar, rompieron con el grupo en 1991 y formaron facciones que han luchado de forma alternativa contra Garang y contra Jartum.

La entrada del SSIF en escena obedece, al parecer, a la intención de Jartum de impedir la secesión del sur dentro de cuatro años, en especial porque Machar declaró que aún desea que la constitución de un estado independiente.

La realineación de las fuerzas políticas de Sudán incluyó en diciembre la formación en el exilio de la Alianza Democrática Nacional, coalición formada por el SPLA de Garang y seis grupos opositores del norte con la meta de derrocar a Al Bashir.

Las fuerzas de la Alianza ocuparon desde enero zonas del este del país en la frontera con Etiopía, mientras el SPLA continuaba su ofensiva en el sur y ocupaba gran parte de Bahr el Ghazal y Equatoria, regiones limítrofes con Uganda y Zaire.

Desde la firma del acuerdo con Machar en abril, el UDSF emprendió una ofensiva diplomática contra la Alianza con la intención de asilarla.

Una delegación del frente mantuvo este mes conversaciones con autoridades de Uganda, y Machar anunció que pronto se reunirá con representantes del gobierno de Eritrea y Etiopía.

Jartum ha acusado en reiteradas ocasiones a Uganda de apoyar al SPLA, y a Etiopía y Eritrea de ayudar a la Alianza.

Machar expresó la semana pasada su voluntad de derrotar a Garang en todos los frentes, y agregó que sus visitas a países vecinos tuvieron por fin desarmar al principal grupo del SPLA, tanto en lo político como en lo militar.

Pero el propio UDSF está amenazado por la división. Postino Garang, portavoz del frente, señaló que surgieron diferencias sobre la formación de un gobierno en el sur entre Machar y Kerubino Kwanyein Bol, líder de la facción Bahr el Ghazal, según el diario independiente Alwan.

No se ofrecieron detalles sobre la disputa, pero trascendió que Bol se opone al liderazgo de Machar en el UDSF y que la división también es étnica.

Machar pertenece a la comunidad nuer, mientras Bol, al igual que Garang, es de la etnia dinka, la mayor del sur y tradicional rival de los nuer.

Mientras tanto, otros acontecimientos conmueven el escenario político de Sudán. El propio presidente Al Bashir confirmó que mantuvo contactos con el ex primer ministro Sadiq al Mahdi, a quien depuso en 1989 y vive desde entonces en el exilio.

El mandatario afirmó que Al Mahdi, quien integra la Alianza, solicitó que se le permitiese volver a Jartum pero "no quiso que el asunto se hiciera público".

El ex primer ministro pidió que se convoque a una conferencia constitucional seguida por un período provisional durante el cual se organizarían elecciones multipartidarias, pero el gobierno rechazó la propuesta, agregó el presidente.

"No hay necesidad de una conferencia constitucional, porque ya existe una comisión constitucional y no es necesario un período intermedio", dijo Al Bashir.

Incluso el ex presidente Jaffar Mohammed Nimeiri, derrocado en 1985 en un sangriento golpe militar tras un levantamiento popular, ingresó al escenario político.

Según el semanario New Horizon, Nimeiri visitó algunos países árabes para convencer a varios líderes opositores del norte exiliados de volver a Sudán y pelear por la unidad del país. (FIN/IPS/tra-en/nb/kb/mj-ml/ip/97

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