La principal organización de derechos humanos de Estados Unidos afirmó dos días antes de las elecciones en Irán que el proceso hacia las urnas no ofrece libertad de opción a los ciudadanos.
Human Rights Watch/Medio Oriente (HRW) dijo que la posibilidad de traspaso del poder en Irán es "un acontecimiento notable en una región donde la mayoría de los líderes no dejan el gobierno de forma voluntaria ni se someten a ningún tipo de proceso electoral abierto".
Los iraníes concurrirán a las urnas este viernes para elegir presidente por séptima vez desde la revolución islámica de 1979, que puso fin al régimen autoritario que encabezó durante 26 años el shah Mohammed Rezah Pahlevi.
En su informe "Dejando de lado los derechos humanos: el contexto de las elecciones presidenciales", HRW advirtió, sin embargo, que el proceso no fue libre debido al "arbitrario ejercicio del poder por parte del Consejo de Guardianes".
Este consejo es un organismo de 12 integrantes, uno de cuyos cometidos, de acuerdo con la constitución de la República Islámica de Irán, es la supervisión de las elecciones.
Al mismo tiempo, la situación de los derechos humanos se deterioró el año pasado, lo que no conduce a una atmósfera de libre elección entre los ciudadanos.
De las elecciones emergerá el sucesor del actual presidente, Alí Akbar Hashemi Rafsanjani, quien cumplió dos períodos de cuatro años, el máximo admitido por la constitución iraní.
Rafsanjani tiene estrechos vínculos con los comerciantes de clase media (la denominada "bazaar") y reputación de liberal en cuestiones sociales y económicas y de pragmático en cuestiones internacionales, lo que se refleja en su tendencia a mejorar la relación con Estados Unidos.
Pero su gestión en ese sentido fue obstaculizada por el Majlis, el parlamento dominado por religiosos conservadores.
Washington considera a Irán el "estado canalla" por excelencia y contempla el proceso electoral con interés, mientras continúa su estrategia de "contener" y aislar a la república islámica.
Zbigniew Brzezinski y Brent Scowcroft, los principales asesores en materia de seguridad de los ex presidentes estadounidenses Jimmy Carter y George Bush, opinaron el mes pasado que las elecciones en Irán podrían generar cambios en la gestión del gobierno de Bill Clinton hacia Teherán.
Al fin del período de registro de candidaturas a presidente en abril, 238 ciudadanos iraníes, entre ellos nueve mujeres, presentaron las suyas. Pero el Consejo de Guardianes vetó el día 8 todas las postulaciones menos cuatro.
Los favoritos son el presidente del Majlis, Alí Akbar Nateq- Nouri, y el ex ministro de Asuntos Islámicos, Mohammed Khatami.
HRW atribuyó al consejo la falta de libertad y justicia en las elecciones de este viernes. Al decidir quiénes pueden continuar en carrera hacia la presidencia, el organismo "ejerce un poder extraordinario", dijo Elahe Hicks, autor principal del informe.
Para colmo, el consejo aplica criterios muy vagos, como la constatación de "piedad y sabiduría", para autorizar una candidatura. Ninguna norma le obliga a explicar sus decisiones, que no pueden ser apeladas ante ninguna autoridad.
La naturaleza arbitraria de su poder tuvo su confirmación en el rechazo de la candidatura del ex legislador Said Rajai-e- Khorasani, cuya postulación a una banca en el parlamento había sido aprobada con anterioridad, según HRW.
El Consejo de Guardianes anuló las elecciones parlamentarias en ocho ciudades, lo cual dejó sin sus bancas a varios aspirantes que habían sido avalados antes por el mismo organismo.
Nateq-Nouri, el candidato favorito, es un conservador que cuenta con la adhesión de la Sociedad de Clérigos Combativos, un grupo de mullahs (clérigos) que resistieron el impulso reformista de Rafsanjani, en especial en materia económica, competencia extranjera e influencia occidental.
Khatami es apoyado por el más liberal Siervos de la Construcción y la Asociación de Clérigos Militantes, un grupo religioso que reclama una mejor distribución de la riqueza. También cosecha simpatías entre estudiantes y activistas por los derechos femeninos.
Los seis integrantes del Consejo de Guardianes en representación del clero pertenecen a grupos religiosos que apoyan a Nateq-Nouri. Algunos analistas pronostican que el organismo intervendrá en forma directa si Khatami gana las elecciones.
Los actos proselitistas de Khatami en las localidades de Mashhad e Isfahan fueron interrumpidas por manifestantes radicales, algunos de los cuales portaban armas. Rafsanjani deploró esos incidentes.
HRW deploró también la exclusión de todos los candidatos ajenos a los círculos clericales. Tres candidatos laicos, todos ellos ex ministros de gobiernos islámicos, se quejaron de falta de autorización para celebrar actos públicos.
"Se nos cerraron las puertas de todos los espacios públicos. Ni siquiera los establecimientos privados nos dan acceso a sus instalaciones porque temen por su seguridad", se lamentaron los tres frustrados candidatos en una declaración pública.
Las elecciones regulares en Irán son "un avance progresista en la región", pero "la clase política se está asegurando de que no haya una apertura", dijo Joe Stork, investigador en cuestiones de Medio Oriente. (FIN/IPS/tra-en/jl/mj/hd ip/97


