A poco más de un mes de la euforia originada en Perú por el rescate de los rehenes en la embajada de Japón, el gobierno del presidente Alberto Fujimori parece enfrentar nuevamente el peligro de un golpe militar.
Desde extremos opuestos, el líder de la bancada oficialista en el Congreso, Carlos Torres y Torres Lara, y el parlamentario opositor Gustavo Mohme, coinciden en denunciar indicios de un enrarecido clima golpista.
Sin embargo, el sociólogo Flavio López estima que en realidad podrían estarse moviendo en las sombras dos proyectos de golpe, uno en contra de Fujimori y otro en su favor.
"Como consecuencia de la rápida erosión de la popularidad de Fujimori, que a un del rescate de los rehenes está nuevamente en el nivel de 45 por ciento de respaldo, los militares opositores han reabierto su campaña", afirmó.
Si estas presunciones son correctas, el escenario político peruano estaría retornando a la situación existente hace poco más de un mes, cuando Fujimori parecía tambalear por la crisis de la embajada, la rápida caída de su popularidad y la conspirativa acción de un sector militar opositor.
El 22 de abril, el exitoso rescate de los rehenes permitió a Fujimori salir de una grave crisis política, en la que se sumaban el fracaso social de su programa económico y la denuncia de crímenes contra los derechos humanos.
Los diarios y las estaciones de televisión opositores recibieron en marzo y abril pasado información de fuentes anónimas sobre violaciones de derechos humanos cometidos contra oficiales del Ejército y de inteligencia.
El desconocido sector militar y de inteligencia que alimentó la campaña con esas informaciones se habría propuesto provocar la destitución del comandante general de las Fuerzas Armadas, general Nicolás Hermoza, y del principal asesor presidencial en inteligencia, el abogado Vladimiro Montesinos.
Hermoza y Montesinos son piezas fundamentales en el aparato de poder de Fujimori, pero tienen mucha resistencia en sus respectivas instituciones porque su permanencia en el cargo cierra el paso a las expectativas de ascenso de generales y coroneles en carrera.
Fujimori utilizó la mayoría oficialista en el Congreso para, mediante una Ley Interpretativa que la oposicion impugna, preparar las condiciones en favor de una segunda reelección consecutiva en los comicios del 2000.
Si Fujimori fuera reelegido, probablemente mantendría en el cargo militar supremo a Hermoza, quien debió pasar a retiro en 1992, circunstancia que une a los generales frustrados en sus expectativas de ascenso con los partidos desplazados del poder.
La coincidente advertencia de Torres Lara y de su adversario Mohme discrepa en algo fundamental, pues uno afirma afirma que está en marcha un proyecto destinado a desestabilizar al gobierno de Fujimori en tanto que el otro advierte la posibilidad de un autogolpe inminente.
Ambos atribuyen a la prensa un papel desencadenante: según Torres Lara, se están aplicando las recetas de un "manual para derrocar gobiernos", extraído de un libro del politologo norteamericano Samuel Huntington, en el que se recomienda deslegitimizar a los gobiernos con una campana de prensa.
"La campaña de prensa tiene que ablandar a la opinión pública mediante insistentes denuncias de presunta corrupción y sobre supuestas violaciones de los derechos humanos", señala.
Según analistas locales, este procedimiento fue empleado por la cúpula de las Fuerzas Armadas de Ecuador para deshacerse del ex presidente de Ecuador, Abdala Bucaram.
Mohme afirma que el golpe en incubación es en realidad un proyecto de nuevo autogolpe, como el de abril de 1992, preparado por los generales del entorno de Fujimori para decapitar a la oposición y posibilitar la anticonstitucional reelección.
En su opinión, forman parte del escenario de pregolpe una serie de medidas y amenazas contra directores de medios de prensa opositores que denunciaron violaciones de los derechos humanos y casos de corrupción en las altas esferas militares.
Menciona como parte de este esquema de amedrentamiento de la prensa la detención del propietario de Radio Miraflores por deudas tributarias, la apertura de un juicio contra el dueño del Canal 2 de televisión por difamar a las Fuerzas Armadas y las denuncias contra el comentarista de televisión César Hildebrandt.
Fernando Rospigliosi, comentarista del diario opositor La República, señala con ironía que el lider de la bancada oficialista Torres Lara "no parece haber leído el libro de Huntington, pues es una guia para democratizadores moderados" contra gobiernos dictatoriales.
"Las acusaciones de corrupción y crueldad que aconseja Huntington se basan en que los gobiernos autoritarios son casi siempre corruptos y crueles", expresa.
"El obtener la neutralidad de las Fuerzas Armadas es otra recomendación de Huntington que irrita a los defensores de un régimen sustentado por la cúpula politizada de las Fuerzas Armadas", concluye Rospigliosi. (FIN/IPS/al/ag/ip/97
