El Banco Mundial no implementa las estrategias que él mismo diseñó para reducir la desigualdad entre géneros, afirmó una red de organizaciones no gubernamentales.
La campaña Ojos Femeninos sobre el Banco Mundial fue lanzada para vigilar la gestión de la institución a la luz de los compromisos que asumió en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing en 1995.
La filial estadounidense de la campaña estableció que el banco no cuenta con estrategias coherentes para identificar el modo en que sus programas afectan a hombres y mujeres ni para promover la igualdad entre géneros.
El Banco Mundial debería establecer procedimientos obligatorios para garantizar que las mujeres y otros grupos marginalizados tengan voz en el diseño de sus proyectos y programas, según la red de organizaciones no gubernamentales (ONG).
El informe reclama mejoras de política, más datos sobre género y mayor respaldo político y financiero para mecanismos establecidos para mejorar la actuación del banco sobre la cuestión.
El grupo de ONG observó que la Corporación Financiera Internacional (IFC) y la Agencia Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA) son las ramas de más rápido crecimiento del Banco Mundial.
Pero, como lo admiten los propios funcionarios, estas agencias operan de forma aun peor que el banco, y sus gestiones quedan fuera de la órbita del panel de inspección independiente que supervisa la gestión de la institución.
"Las empresas del sector privado que reciben miles de millones de dólares del Grupo Banco Mundial no se sujetan a ningún criterio en materia de género o derecho laboral", denunciaron las ONG.
El presidente del banco, James Wolfensohn, se comprometió al asumir en 1995 que implementaría con toda su fuerza el plan de acción emanado de la conferencia en Beijing.
Casi dos años después de la conferencia mundial, el informe de Ojos Femeninos afirma que el Banco Mundial "no está implementando" su política de "dimensión de género del desarrollo", un documento de una página aprobado en 1994.
Ese documento contiene el compromiso del banco a "reducir las desigualdades de género y fortalecer la participación de las mujeres en el desarrollo económico de sus países al integrar consideraciones de género en sus programas de asistencia nacionales".
Funcionarios del banco explicaron que la agencia debió lidiar en los últimos 24 meses con años y años de negligencia en la materia. Además, agregan, el banco abrió sus puertas a grupos consultores, entre ellos varias ONG, después de la conferencia en Beijing.
Además, se redactaron "planes de acción sobre género" dirigidos a cada región del mundo, y expertos en la materia fueron contratados para ayudar en la implementación de esas y otras líneas de trabajo cuando se formulan proyectos y programas nacionales. (FIN/IPS/tra-en/aa/jl/mj/dv pr if/97


