En Honduras se está dando una mayor presencia de la mujer en las esferas de decisión. El último ejemplo lo constituye la elección por primera vez de una mujer como rectora de la Universidad Nacional Autónoma.
La nueva rectora, la química Ana Belén Castillo, electa este mes por un período de tres años, tendrá a partir de julio la responsabilidad de administrar y reformar el principal centro de educación superior de este país centroamericano.
Castillo asumirá el cargo en momentos en que la Universidad enfrenta su peor crisis administrativa y educativa, al cuestionarse la calidad de los profesionales que egresan y por su alto grado de politización del grupo conservador que la controla.
Electa por mayoría absoluta, con la abstención del grupo progresista, Castillo se convirtió en la primer mujer que en 150 años de vida de la principal entidad de educación superior de Honduras accede al Rectorado y, con ello, prácticamente el control femenino de los centros de educación superior en el país.
La nueva rectora declaró a la prensa que luchará por profesionalizar la Universidad y, sobre todo, rechazará cualquier esquema que privatice la educacion superior, "como quieren los organismos financieros internacionales".
"No a la privatización, si a la transformación académica", dijo Castillo, quien prometió continuar un plan reformista impuesto por el actual rector, René Sagastume, para mejorar el nivel de la educación.
Con la elección de Castillo, el control de la educación superior en Honduras está en manos de mujeres. Además de la ministra del sector educativo, otras tres mujeres son rectoras en las universidades del país.
En el parlamento, hay nueve diputadas titulares y 11 suplentes. A nivel de alcaldías, 38 de las 297 del país están en manos de mujeres y de los nueve magistrados que integran la Corte de Justicia, tres son mujeres.
No obstante, esta representación femenina a nivel de cargos públicos sigue siendo baja.
Pero sin duda, este panorama también ha cambiado en comparación con los últimos 10 años, donde las mujeres en la actividad pública sólo sobresalían cuando se las nombraba como ministras de Cultura o de Educación.
En un país eminentemente machista, las mujeres también han alcanzado dos puestos importantes en el área de la fiscalización de los fondos publicos, al nombrarse también por primera vez a mujeres como Controladora General y Directora de Probidad Administrativa.
Ellas son Vera Rubi y Zelma Ucles, dos mujeres que en tres meses de gestión ya se han mostrado inflexibles ante los casos de presunta corrupción en Honduras. (FIN/IPS/tm/ag/pr/97