EX ZAIRE: El júbilo deja un espacio a la incertidumbre

A la mayoría de los habitantes de Zaire, rebautizada República Democrática de Congo, les place la caída del dictador Mobutu Sese Seko, pero algunos políticos y ciudadanos de a pie manifiestan su incertidumbre respecto del futuro.

La euforia de los conductores de programas de radio y televisión se refirieron al ingreso de los rebeldes de Laurent- Desiré Kabila a Kinshasa, la capital, como una "liberación", lo que reflejó del júbilo de la población.

"Los zaireños no existen más. Ahora somos todos congoleños. Estamos orgullosos por nuestra liberación", dijo Manda Tsebua, presentador de un programa de la antigua Tele Zaire, que, en sintonía con los nuevos aires, fue rebautizada Televisión Congolesa.

"Estamos muy felices de que el liberador haya llegado. La esperanza ha vuelto a nuestros corazones. Larga vida a 'Papa"', dijo, por su parte, un joven que llamó a un programa de radio y que aplicó para Kabila el mismo apelativo de veneración que antes se reservaba al dictador Mobutu.

"Al diablo con Zaire y con Mobutu. Hemos nacido de nuevo y debemos comenzar todo desde el principio", agregó el joven.

Muchos confían en que el acceso de Kabila al poder implique un giro en un país que durante 32 años sufrió el reinado con mano de hierro de Mobutu, pleno de corrupción, luchas étnicas y miseria abyecta.

"El presidente Kabila conoce el país y conoce nuestras tribulaciones. Sabe cómo sufrimos en la antigua Zaire, cómo la gente dejó de trabajar y se dejó hundir en la pobreza", dijo el escritor, periodista y dirigente político Tassinda Uba Tassinda.

"Ahora estamos en una república democrática. Todos deben obtener un trabajo, ser capaces de cuidar a los hijos y enviarlos a la escuela. Músicos, escritores y soldados deben comer bien y ganar un buen salario", agregó Tassinda.

Pero no todos en el país centroafricano han salido ilesos de los últimos años de turbulencia política.

Los rebeldes ingresaron a Kinshasa casi sin luchar el sábado, si bien la televisión nacional mostró varios cadáveres de soldados y civiles en las calles.

La filial de la Cruz Roja en el país informó que más de 200 integrantes de las hoy disueltas Fuerzas Armadas Zaireñas y civiles que se dedicaron a saquear comercios fueron muertos el fin de semana.

La calma ha retornado a la capital, pero algunos cuestionan la legitimidad de la presidencia de Kabila, proclamada por él mismo el sábado en la segunda ciudad del país, Lumumbashi, pocas horas después de que sus tropas ocuparon Kinshasa.

El jefe de estado de la nueva República Democrática de Congo presentó su programa de gobierno, abolió la constitución de Zaire y reemplazó la bandera zaireña con una nueva, azul con estrellas amarillas.

La proclamación de Kabila se produjo menos de 24 horas después de la huida de Mobutu de Kinshasa. El dictador prosiguió el fin de semana su viaje hacia Togo, desde donde partió hacia un lugar desconocido.

Casi 110 familiares suyos y ex funcionarios de su gobierno cruzaron el río Zaire desde Kinshasa hacia Brazzaville, capital de la vecina Congo, donde esperan que algún país les conceda asilo político.

Entre ellos figura el último primer ministro de Zaire y hombre fuerte del ejército, Likulia Bolongo.

La caída de Mobutu es, para la mayoría, un fin bienvenido a más de tres decenios de tiranía, pero existe temor de lo que vendrá.

Kabila disolvió el parlamento de transición, asignó a la AFDL la autoridad de transición, prometió la instalación de un gobierno de salvación nacional y anunció elecciones para la constitución de un nuevo gobierno y una asamblea constituyente, si bien no explicitó la fecha.

Al líder de la AFDL no se le admitirán errores ni tropiezos, alertó Tassinda.

"Kabila ha dicho que todo lo que sucedió en la Conferencia Nacional ya no tiene validez y anunció la constitución de un nuevo gobierno y una nueva asamblea. Es su modo de ver las cosas, y no nos satisface", afirmó el dirigente.

Para Tassinda, "Zaire o la República Democrática de Congo ya estaba en camino hacia la democracia". "Si la democracia no ve la luz del día, la gente se indignará", advirtió.

La Conferencia Nacional Soberana que sesionó en 1991 y 1992 intentó diseñar un futuro democrático para Zaire, pero Mobutu obstaculizó todos los pasos en esa dirección.

Otros líderes, como el reverendo Steve Hamaweja, presidente del opositor Partido Cristiano Liberal refugiado en Brazzaville, no están nada felices.

"Lo que ha hecho Kabila no es más que un golpe de estado. Le invitamos a respetar la legalidad constitucional tal como lo estableció la Conferencia Nacional. Su declaración unilateral significa que abandonamos la tiranía para caer en otra dictadura", dijo Hamaweja.

Pero Jacques Lungwele, presidente de la Asociación de Periodistas por la Democracia y el Desarrollo de Africa, recordó que, sin Kabila, Mobutu aún estaría en el poder.

"Lamentamos la violencia, pero no había alternativa. Es injusto considerar a Kabila un dictador como Mobutu. Hemos experimentado una verdadera liberación después de 32 años de dictadura", manifestó Lungwele.

Un joven refugiado de la antigua Zaire en Congo, hoy a la espera del retorno, se mostró escéptico. "Hoy es un día de júbilo. Mañana habrá desilusión. La gente sufrirá el desencanto", dijo. (FIN/IPS/tra-en/nrn/jm/kb/mj/ip/97

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