ESPAÑA-FRANCIA: Incidentes esconden puja por mercado alimenticio

La quema de camiones españoles y otros incidentes promovidos por agricultores franceses en la frontera entre los dos países es mucho más que una disputa sectorial y esconde una dura puja por el mercado alimenticio de la Unión Europea (UE).

La ministra española de Agricultura, Loyola de Palacios, protestó este martes ante su par francés, Philippe Vasseur, por el aumento de los controles oficiales sobre los camiones de frutas y hortalizas exportadas a ese país.

Por otro lado, la Comisión Europea (órgano ejecutivo de la UE) por exigencia de uno de sus miembros, el comisario europeo español Marcelino Oreja, estudiará el próximo jueves la adopción de medidas contra Francia, por los ataques contra los camiones.

Los motivos más inmediatos y aparentes del conflicto son los precios más bajos de los productos españoles en relación a los franceses. Los agricultores de Francia sostienen que los españoles aplican una competencia desleal o "dumping".

En realidad, la causa del conflicto es más profunda y se puede sintetizar en una lucha por el dominio del mercado europeo de la alimentación.

A aumentar su cuota en ese mercado aspiran países como Israel y Marruecos, pero al estar fuera de la UE su capacidad de competir queda reducida a los acuerdos comerciales, que establecen cuotas de importación y exportación.

Pero España y Francia están en igualdad de condiciones, al ser ambos miembros plenos de la UE. Ambos también se caracterizan por incorporar más valor añadido a sus productos agrarios, al poseer fuertes industrias agroalimentarias.

En 1996, por primera vez en una década, el comercio agroalimenticio hispano-francés resultó favorable a España, que registró un superávit en su balanza comercial del sector con el país vecino de aproximadamente 20 millones de dólares, con ventas por más de 3.000 millones de dólares.

Francisco Marín, dirigente de la Confederación de Cooperativas Agrarias de España, rechaza las denuncias sobre competencia desleal y afirma que sus mejores condiciones se deben a la calidad de la tierra, el clima y la experiencia y tecnología productivas.

Esas diferencias, sostiene, permiten que los productos españoles, como las papas y las fresas, lleguen al mercado francés antes de que en aquél país comience la campaña de recolección.

La competitividad agroalimenticia española se está haciendo notar también con pepinos, pimientos, pescados y mariscos.

Los controles administrativos franceses sobre los camiones españoles procuran obstaculizar el comercio, al demorarlos largo tiempo, lo que implica en sí mismo un aumento de los costes. Pero también influyen sobre la calidad del producto.

Como réplica, el gobierno autónomo de Andalucía, la región española más afectada por el conflicto, impuso también controles a los camiones franceses, pero con carácter intermitente.

Las organizaciones de agricultores españoles anunciaron una campaña en contra de los productos franceses, para "golpearlos donde más les duele, en su billetera".

A esos efectos, informan a los consumidores que todos los productos cuyos códigos de barras empiecen por los números del 30 al 37 son franceses, aunque estén etiquetados en otros países.

Los productores españoles quieren llevar esa campaña hasta las empresas propietarias de grandes superficies comerciales (hiper o supermercados) para que desistan de comercializar productos franceses.

Sin embargo, las dos organizaciones mayoritarias de consumidores españoles están en contra de las medidas, pues sostienen que pueden ser contraproducentes. El conflicto, dicen, debe ser resuelto negociando en los organismos de la Unión Europea, para evitar males mayores.

Esas organizaciones, y también los empresarios españoles del sector agroalimenticio tienen presente que, después del tradicional El Corte Inglés, las mayores grandes superficies pertenecen o están controladas por empresas franceses.

Esas llamadas a la calma, la firmeza y la negociación no han logrado evitar las manifestaciones de agricultores españoles.

Este martes, centenares de ellos desfilaron frente a los consulados de Francia en las ciudades de Sevilla y Cartagena, con lanzamiento de toneladas de tomates y docenas de huevos, como señal de protesta y repudio. (FIN/IPS/td/ag/ip-if/97

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe