El destituido presidente de Ecuador, Abdalá Bucaram, tendrá que despedirse definitivamente de la política de este país andino, tras una decisión del parlamento unicameral que le cerró todas las posibilidades de retornar a un cargo electivo.
El Congreso aprobó en la noche de este miércoles una ley que establece que ninguna persona que haya sido descalificada en sus funciones por el parlamento, ya sea por corrupción o incapacidad física o mental, podrá ser candidato a un cargo o dignidad de elección.
La misma suerte correrán aquellos contra quienes se haya dictado una orden judicial de detención, dentro de un proceso penal iniciado en su contra, por delitos de peculado, concusión y cohecho.
La moción fue aprobada por 64 de los 82 diputados que integran el Congreso. "No se trata de una ley que lleve dedicatoria, sino de principios que debieron contemplarse desde hace mucho tiempo en nuestra Constitución", aseguró Heinz Moeller, presidente del parlamento.
Bucaram, fundador y actual líder del populista Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), llegó a la presidencia en 1996 después de dos intentos fallidos y logró hacer de la tarima una verdadera trinchera, por sus aptitudes para dirigirse al pueblo.
A inicios de febrero, Bucaram fue cesado en sus funciones por el Congreso, que lo declaró disminuido en sus facultades mentales para ejercer el cargo.
Para algunos observadores, la nueva resolución del parlamento es una respuesta a la campaña que Bucaram emprendió en contra de la consulta popular que se llevará a cabo el próximo día 25.
El martes, el gobierno de Ecuador denunció que Bucaram financiaba una millonaria campaña, por medio de varias radioemisoras locales, en contra de la consulta.
La consulta tiene por objeto lograr una ratificación popular de la destitución de Bucaram y la designación del actual gobierno interino.
La destitución de Bucaram, según numerosos analistas, contó con apoyo masivo de la población, ya que el gobierno de este singular personaje de la política había logrado, en los seis meses que duró su mandato, revertir el apoyo de la población en rechazo.
"Declararlo incapacitado mental fue el único camino legal que tuvo el parlamento para cumplir con la voluntad del pueblo, que se expresó en una gran marcha de rechazo, el pasado 5 de febrero", dijo a IPS Napoleón Saltos, presidente de la comisión de fiscalización del Congreso.
Denuncias por corrupción, nepotismo y abuso de poder contra Bucaram y sus ministros acompañaron los últimos meses del llamado "bucaramato".
Estas acusaciones, que en un principio surgieron de grupos de la sociedad civil, pronto trascendieron al exterior, cuando el embajador de Estados Unidos en Quito, Leslie Alexander, denunció la existencia de corrupción en el sistema aduanero y en las empresas estatales en proceso de privatización.
Tras su destitución, Bucaram partió a Panamá, desde donde inició una gira por varios países de Latinoamérica para buscar apoyo ante lo que llamó "un atentado contra el país, preparado por cuatro golpistas".
Sin embargo, no encontró el respaldo que esperaba, pues mientras presidentes como Carlos Menem de Argentina y Alberto Fujimori de Perú lo recibían, las cancillerías de sus respectivos países emitían reconocimientos oficiales al nuevo gobierno encabezado por Fabián Alarcón.
El mes pasado, el gobierno panameño otorgó asilo político a Bucaram y su familia, lo que provocó la reacción de las autoridades ecuatorianas, que dejaron en suspenso las relaciones diplomáticas con ese país al no enviar a su nuevo embajador.
"Bucaram no ha respetado los acuerdos internacionales de asilo", consideró este miércoles el canciller ecuatoriano José Ayala, "nosotros esperamos que el gobierno de Panamá repare en esto, para poder continuar con nuestras relaciones de amistad y cooperación".
Según Ayala, el ex presidente ha manifestado en varias oportunidades que pretende ser presidente de Ecuador en las elecciones de 1998 "y continúa con su actitud de desprestigio hacia el país y sus instituciones", y así "no debe expresarse un asilado político".
La resolución del parlamento "es una acción para proteger al país", pues "en la política es muy fácil olvidar y Bucaram podría hacerse presente en otro proceso electoral", consideró Saltos. (FIN/IPS/mg/jc/ip/97
