/DERECHOS HUMANOS/CHILE: Misteriosa colonia genera intrigas y suspenso

En la Colonia Dignidad, un misterioso enclave alemán ubicado en Chile, se escenificó durante los últimos días una novela de intrigas y suspenso protagonizada por decenas de policías que llegaron hasta allí para detener al esquivo líder de este conglomerado, sin conseguirlo.

Policías a caballo y helicópteros realizaban este viernes rondas alrededor del predio de 15.000 hectáreas ubicado a unos 340 kilómetros al sur de Santiago, mientras periodistas chilenos y extranjeros mantienen una vigilia permanente, en medio de una creciente tensión.

El líder de esta Colonia que en la práctica opera como una secta enclaustrada en su territorio, Paul Schaefer, tiene una orden de detención pendiente desde agosto de 1996, acusado de haber violado a tres niños de la zona.

Desde el comienzo de esta semana se esperaba que la policía adoptara medidas definitivas para su captura, como un allanamiento al terreno donde se asienta la Colonia, llamado Villa Baviera.

Los operativos comenzaron este martes con la llegada de decenas de policías hasta el predio, una acción que se repitió el miércoles y el jueves, sin que pudiera ubicarse a Schaefer, quien ha anunciado que no se entregará, pues considera que no existen garantías para un proceso justo.

Dentro de "Villa Baviera" los policías han revisado algunos edificios, recorren caminos, realizan inspecciones con alta tecnología para detectar subterráneos, en medio de fogatas e himnos entonados por los "colonos".

Pero la falta de resultados hace que se repita con insistencia la pregunta de "¿dónde está Schaefer?" en algunos diarios, mientras observadores políticos, incluidos algunos parlamentarios de la alianza gubernamental, critican una presunta tibieza en los operativos policiales.

Todo esto contribuye a alimentar la leyenda de inmunidad que rodea a este enclave de alemanes, establecido en Chile desde los años 60.

En 1968 un joven alemán escapó de la Colonia y acusó a Schaefer de haberlo abusado sexualmente, pero ya entonces la acusación no prosperó, dando inicio a casi 30 años durante los cuales no se habían dado pasos concretos para develar los alcances de este enclave, pese a reiteradas denuncias.

La Colonia Dignidad también logró notoriedad por las acusaciones de que fue utilizada para actividades represivas durante la dictadura militar (1973-1990), y a una serie de denuncias sobre irregularidades que van desde secuestros hasta evasión tributaria y permanencia ilegal en el país.

En Alemania también existen denuncias contra Schaefer, y tanto autoridades judiciales como editorialistas de medios de ese país no han disimulado su extrañeza por la forma en que ha logrado esquivar a la justicia durante tantos años.

Aunque la Colonia Dignidad tiene algunas fachadas hacia el mundo exterior, como un hospital, una escuela e incluso una venta de especialidades gastronómicas alemanas, su interior es misterioso.

Testigos y desertores de la Colonia relatan que no existen las familias y hombres, mujeres y niños viven por separado, sin contacto con el mundo exterior pues no se permiten radios, televisiones ni periódicos.

Todos defienden a Schaefer, a quien se refieren como "Don Paul" y tratan como patriarca, y aparecen en filmaciones de la televisión local llorando mientras la policía realiza diligencias para apresarlo.

La actitud de devoción y la similitud con el accionar de las sectas ha generado temores de que pueda haber un desenlace fatal, tesis que fue reafirmada por una carta de "ancianos de Dignidad" quienes incluso insinuaron la posibilidad de suicidio, que luego fue atribuido a error de traducción.

La tibieza de las operaciones policiales ha sido atribuida a la intención de preparar cuidadosamente una operación más definitiva, que no implique un enfrentamiento.

Representantes de la Colonia incluso hicieron circular una versión según la cual se estaría negociando una entrega de Schaefer en condiciones especiales, pero el juez a cargo de la investigación, Hernán González, aseguró que "no se ha hecho ningún ofrecimiento".

"Quiero que quede muy claro: la orden es detener a un sospechoso", afirmó el juez. (FIN/IPS/lac/dg/ip/97

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