Diálogo y transparencia son la clave para establecer una cultura de cooperación entre los bancos multilaterales de desarrollo y la sociedad civil, constató un seminario internacional realizado esta semana en esta capital.
Los bancos sufren aún de la lógica del secreto con respecto a sus operaciones y programas, particularmente en las oficinas regionales en los países en desarrollo, afirmaron varias organizaciones no gubernamentales (ONG) presentes en el encuentro.
El seminario, organizado por la agencia de noticias IPS, contó con la participación de representantes del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ONG de Chile, Brasil y Uruguay, periodistas locales y especialistas de Estados Unidos.
El objetivo del encuentro fue aumentar el nivel de conocimiento sobre la forma de trabajo del Banco Mundial y del BID, y avanzar en la creación de redes entre periodistas, la sociedad civil y esas instituciones.
La frecuente animosidad entre las ONG y los bancos y gobiernos suele tener sus raíces en la absoluta ignorancia mutua, que genera actitides defensivas, destacaron varios de los participantes.
Sandra Cesilini, cientista política argentina y funcionaria del Banco Mundial, destacó que ella misma -proveniente del mundo de las ONG- representa un esfuerzo considerable del Banco para establecer lazos sólidos con la sociedad civil.
Sin embargo, Cesilini subrayó la debilidad de los 200 profesionales de las ciencias sociales recientemente incorporados por el Banco Mundial para profundizar una visión social de sus actividades, frente a los 8.000 economistas empleados por la entidad.
"Podemos representar una opción de cambio, pero no cambiar el Banco entero", dijo.
La reunión fue inaugurada por el presidente del Banco Central de Uruguay, Humberto Capote, quien describió los efectos de la globalización de los mercados financieros y el nuevo papel y desafíos de los bancos centrales, enfrentados a un movimiento incontrolado de capitales.
El secretario general de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI, Antonio Antunes, destacó la importancia de la inversión externa en los procesos de integración y desarrollo de América Latina.
Mario Lubetkin, director regional de IPS para América Latina, abordó un ángulo diferente y argumentó sobre la necesidad de abrir canales de comunicación más fluídos entre la sociedad civil, las ONG y los bancos de desarrollo.
Este último aspecto fue el que dominó los debates del seminario, que tuvieron su centro en un diálogo a veces áspero entre los representantes de los bancos y de las ONG.
Tanto Ricardo Carrere, de "Red Bancos", como Silvia Ribeiro, de "Amigos de la Tierra", reclamaron mayor transparencia en los proyectos que el BID desarrolla en América Latina.
Ribeiro señaló con energía las trabas que ha encontrado en el BID la organización Ríos Vivos para obtener información concreta y rápida sobre los efectos que tendrá en el ambiente la habilitación de la hidrovía Paraná-Paraguay, de la que participan Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Ríos Vivos es una red integrada por más de 300 organizaciones ambientalistas, sociales e indígenas del cono sur de América.
"Se afectará el trabajo de poblaciones indígenas, provocará erosión del lecho de los ríos y tendrá impactos severos sobre la la flora, la fauna y los peces del Pantanal brasileño, el mayor del mundo", dijo Ribeiro.
William Large, representante del BID en Uruguay, rechazó con energía las acusaciones, que calificó de políticas, e indicó que el banco tiene una política de transparencia, pero que la información suele estar segmentada según las áreas operativas en la región.
Roberto Bissio, director del Instituto del Tercer Mundo, hizo notar que tanto el Banco Mundial como el BID tienen la obligación de que la información sobre sus proyectos llegue a la sociedad civil y que ambos organismos adoptaron esa política general luego de la presión ejercida por diversas organizaciones.
No obstante, advirtió, muchas veces el acceso es lento y dificultoso y aunque se cumple, se hace muchas veces sobre la fecha de vencimiento para interponer cuestionamientos y con un volumen tal de documentos que hace casi imposible el análisis de los mismos.
Pero, dijo Bissio, "es necesario exigir la transparencia de los proyectos para que la sociedad civil pueda discutirlos antes de que se aprueben en silencio".
Abid Aslam, corresponsal de IPS especializado en banca multilateral de desarrollo, describió por su parte cómo la estructura de los organismos financieros está organizada de manera de mantener en la sombra sus relaciones con el sector privado.
También subrayó, como Bissio, que los bancos de desarrollo están lejos de conformar unidades monolíticas, y que dentro de ellos se desarrollan conflictos y contradicciones similares a los del mundo externo, entre los conservadores y quienes abogan por políticas crediticias e informativas más innovadoras. (FIN/IPS/rr/ak/ag/cr-dv/97